UNITED NATIONS HIGHT COMMISSIONER FOR REFUGEES 1993, The State of the World's Refugees, The Challenge of Protection, Penguin Books, 1993, 191 pp.

La situación de los refugiados en el mundo sigue siendo un problema creciente y sin aparente solución. Como lo señala el Alto Comisionado de Naciones Unidas, Sadako Ogata, en la presentación del libro en comento. En 1970 había 2.5 millones de refugiados, cifra que creció a 11 millones en 1983 para subir el año pasado a un número inmanejable de 18.2 millones. El mismo Alto Comisionado señala que:

Entre ellos, señala Odaka cinco razones; la lucha es, más que nunca, el producto de conflictos viciosos internos; el asidero perdido de los regímenes autoritarios y los destructivos efectos de la guerra civil son sostén de estructuras estatales frágiles; los conflictos internos provocan no sólo flujos masivos de refugiados sino el desplazamiento de gran número de personas (24 millones), que tienen la misma necesidad de protección; no sólo la depravación que afecta a la mayoría de la población mundial motiva a un gran número de personas, sino el deseo de buscar mejores formas de vida; además, la presencia de los refugiados exacerba la inestabilidad política y social; y debido al creciente número de refugiados han disminuido la solidaridad internacional y la institución del asilo.

Como bien señala el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, la necesidad de proteger a los afectados es mayor hoy en día que en el pasado, pues esa realidad cotidiana caracterizada por la persecución, la violación masiva de derechos humanos y los conflictos armados persisten en el mundo; por ello, es necesario encontrar nuevos métodos de protección y respuestas más flexibles para enfrentar el problema. El libro define la agenda actual para la protección de refugiados, en la cual destacan las estrategias que se están tomando, no sin ignorar la exigencia de realizar medidas preventivas para la protección, "promoción y consolidación de soluciones". Estas acciones humanitarias se inscriben en "un contexto más amplio de iniciativas políticas para promover la paz, los derechos humanos y el desarrollo".

El libro está dividido en ocho capítulos y cuenta con cuatro anexos, que brindan datos estadísticos, los textos de los documentos principales sobre la materia, la labor de la Comisión y una relación de la cronología de los eventos más importantes referente a 1993.

El capítulo primero se ocupa de la dinámica de los desplazamientos, los flujos y las respuestas. Se ilustra con los mapas de los conflictos y la ubicación de los refugiados, y sirve de sustento a esa dinámica, un comentario sobre el "factor étnico", las víctimas de la tortura y el plan de acción para Vietnam.

El siguiente capítulo nos refiere brevemente los orígenes del asilo, sus obstáculos actuales y explora los problemas derivados de la situación de los haitianos, palestinos y otros grupos que enfrentan la situación de una reubicación.

Los temas tratados en el capítulo tercero están relacionados con la información como una manera de protección, generados por los abusos de que son objeto los refugiados y de los temas de Bosnia, el racismo, la xenofobia y la necesidad de emprender campañas de información para crear una conciencia social de lo que sucede en torno al tema.

Los principios que se han ido aceptando en tiempos de conflictos armados son materia del cuarto capítulo, en donde se estudian situaciones como la violación de los menores en la guerra y la necesidad de proteger a quienes protegen a los necesitados. Evidentemente los conflictos de Bosnia y Herzegovina reciben especial atención, pues la crueldad de los acontecimientos y la violación de los derechos de la población civil no podría pasar por alto en un análisis preparado por una organización humanitaria como ésta.

"Respondiendo a las emergencias de los refugiados" es el título del siguiente apartado. Irak, la evacuación en Srebrenica, los campos de refugiados en Kenia, la crisis de Somalia y Malawi son materia de estudio y sirven para evaluar la cooperación de distintas agencias en caso de emergencia.

La repatriación voluntaria: cuando las condiciones que provocan los movimientos de desplazamiento cambian, se promueve ésta, que no deja tampoco de estar llena de problemas, ya que es necesario organizar esos nuevos movimientos y eliminar los obstáculos, así como vigilar la seguridad de los individuos que quieren regresar a su hogar. Camboya, Mozambique, Afganistán y América Central sirven para explicar estos puntos y señalar, también, las dificultades que implican para el Comisionado cualquier cambio.

México ha tenido en el pasado inmediato un importante papel que ha jugado con dignidad, no sin críticas y algunas fundadas, por lo que respecta a ciudadanos de América Central.

La trascendencia de las guerras internas y de los conflictos se sintió con motivo de los lamentables sucesos de Chiapas que en los primeros meses generaron docenas de miles de desplazados ante el temor de la guerra.

Los capítulos finales, el séptimo y el octavo, son muy interesantes, pues pretenden explicar lo que significa, en costos humanos y materiales, la falta de una política de prevención, por lo que detectar el mal a tiempo permite tomar medidas preventivas y proporcionar orientación y apoyo a los gobiernos y a los grupos que están bajo el peligro del gran mal que significa el tener o convertirse en un estado de desplazados y a los habitantes les ayuda a enfrentar la situación antes de alcanzar la calidad de refugiados.

Se trata de un libro muy bien logrado que difiere notablemente de los clásicos documentos oficiales, que ofrece información escalofriante de lo que sucede en el mundo, el cual da una visión real de lo que es el estado actual de los refugiados en el mundo. Creemos que este documento no sólo debe ser analizado por quienes se interesan por los derechos humanos, hoy tan en boga en nuestros países de América Latina, sino que su interés se debe extender a quienes de una manera u otra tienen que saber qué pasa en el mundo que habitamos y hasta dónde un problema que ignorábamos en el pasado, nos afecta en gran medida.

Juan Luis GONZÁLEZ ALCÁNTARA