PIPITONE, Ugo, La salida del atraso: Un estudio histórico comparativo, México, CIDE, FCE, 1994.

1. En esta obra de 470 páginas Ugo Pipitone ofrece un interesante estudio que permite el análisis comparativo del desarrollo entre ocho países, cuatro de los cuales han logrado salir del atraso y cuatro que no han tenido éxito. Entre los primeros están Dinamarca, Suecia, Japón e Italia y entre los segundos se cuentan Brasil, India, Nigeria y México.

Los países seleccionados resultan distintos unos y otros y a la vez hay ciertas similitudes, por ejemplo, buscar rasgos coincidentes entre Suecia y Japón, sería tarea muy difícil, sin embargo son países cohesionados que se han disciplinado desde siglos atrás por dinastías.

El sistema analítico se ha basado en una apretada síntesis histórica de cada uno de estos países resaltando con agudeza los factores que han intervenido en su desarrollo o en sus tropiezos económicos.

Es importante destacar que tres de los modelos desarrollados se ubican en Europa, en partes extremas: Dinamarca, Suecia e Italia, obligados a convivir, lo que motivaba múltiples relaciones aun cuando fueran guerreras; en tanto que Japón se mantuvo en el aislamiento hasta que advirtió que se atentaba contra su integridad lo cual motivo a buscar su desarrollo; aceleramiento que también se da en Italia, a pesar de que la integración nacional es tardía. No cuenta Italia con la solidez que se mantiene en Dinamarca, por ejemplo, que a base de granjas familiares y exportando sus productos se organizan muy temprano en cooperativas y basan su economía en la agricultura y sólo un poco en la industria que no llega a ser múltiple, sino fuerte.

2. Suecia, después de haber sido un país bárbaro se consolida como nación a partir de 1523 con la dinastía Vasa y consigue un ritmo de desarrollo que lo lleva a ser país pionero en el socialismo que puede calificarse como espontáneo. Entre los factores que el autor considera importantes está la transformación económica que se inicia a fines del siglo XIX y principios del XX en que se forman el Partido Socialista y la Gran Confederación de Trabajadores Suecos (LO) -1898- que trabajan por el sufragio universal y siendo depositarios de una extraordinaria confianza hace que de 16 sindicatos con 37 mil agremiados, en 1899, en 1929 con 36 sindicatos agremien a 500 mil trabajadores y sumen 2 millones en 1994. El cooperativismo tiene gran aceptación a partir de 1870 y se expande en todas las áreas. La cooperativa de cooperativas Vorbündet KF cuenta con 200 mil miembros en 1917 y para el año de 1937, el 60 por ciento de la producción agrícola se comercializa a través de las mismas. En 1912 se establece la organización patronal SAFpero la lucha de clases no es polémica, no hay antagonismo, el proletariado no exige la expropiación de la burguesía y ésta renuncia a su fuerza social. En 1937 se descubren algunos problemas de corrupción entre un magnate y algunos funcionarios y el rey encarga al Partido Socialdemócrata la organización de un nuevo gabinete que buscara elevar el nivel de vida de los sectores de más bajo ingreso, mejorar la distribución de los ingresos a través de políticas fiscales, reducir el desempleo, recuperar el mercado nacional para una reactivación económica para lo cual se toman medidas importantes como son: el apoyo a los agricultores, el impulso a obras públicas y a las cooperativas, principalmente a las agro-industriales; aumento de impuestos a las sucesiones y propiedades que excedan de ciertas sumas, al alcohol y al tabaco; aumento de aranceles para las exportaciones y la devaluación de la corona sueca, para contrarrestar la deflación en los precios.

Se trata de una sociedad dinámica con participación de todos los sectores, un dinamismo económico ligado al dinamismo social. Pipitone considera que con ello se demuestra que no se requiere de un retroceso en las condiciones de bienestar para crecer económicamente.

3. Dinamarca se desarrolla bajo una monarquía absolutista, a través principalmente de la agricultura, que también se organiza por cooperativismo, y se maneja el intercambio comercial. La educación agrícola para los jóvenes tuvo un singular impulso. A partir de 1874 se modernizan las estructuras productivas desmembrando latifundios y organizando pequeñas propiedades privadas, gracias a lo cual la distribución del ingreso es más igualitaria. Entre los años 1958-1974 se desarrolla, aunque tardíamente y motivado por la demanda de la población, el Estado benefactor, logrando la estabilidad en el empleo y mejorando la seguridad social aunque los impuestos se elevaron entre el 50 y el 68 por ciento. El desarrollo del Estado benefactor ocurre después del traspaso del Partido Agrícola al Partido Socialdemócrata y a la Confederación Sindical, dominando el movimiento laboral. Con una sólida estructura agrícola y con un comercio organizado, con mercado interno del campo y con un pueblo ahorrador se sentaron las bases para la industrialización. Se caracteriza por qué su figura social es la burguesía cooperativa y por que logró una buena combinación entre educación, agricultura y cooperación, que no funcionó en otros países. La voluntad comunitaria se ha convertido en elemento de distribución de riqueza, regida por valores de innovación, comercio y penetración en comercios internacionales. Desde luego existe una integridad nacional que, menciona el autor, "en el Estado Mexicano neo-azteca es una sacralidad impotente".

4. La unificación italiana (1861-1870) por su parte encuentra un desequilibrio presupuestal, deudas internas, externas y los gastos de su guerra, sin embargo, acelera su crecimiento en dos etapas, entre 1895 y 1915. Desarrolla la siderurgia, la industria textil, promueve la iniciativa privada protegiéndola de la competencia internacional y como resultado aparecen empresas como Olivetti, Fiat, Alfa, por ejemplo. Los productores de bienes de capital son quienes asumieron una función de vanguardia en la siderurgia, también impulsados por el gobierno.

La sociedad no está educada para la negociación, los salarios reales son los mismos desde la unificación, las jornadas son de 12 horas, no hay sindicatos y las huelgas se prohíben de 1864 a 1889, factores que motivan luchas sociales, la sindicalización y se crea el partido comunista por influencia rusa. En 1891 se organiza la primera Camara di lavoro. En 1895 estallan 126 huelgas, en 1901 son más de 1 mil y casi 2 mil en 1907.

En este periodo de 1895 a 1915 no existe un nacionalismo alemán ni un saintsimonismo francés; no es una nación cohesionada. Se promueven las relaciones entre Estado e Iglesia (Pacto Giolitti) para hacer frente común ante el avance de las reivindicciones sociales reprimidas en décadas anteriores

De 1922 a 1945 ocurre un periodo de efervescencia laboral; se crean los consejos de trabajadores, se establecen jornadas de 8 horas, se toman grandes fábricas en Milán, Turín y Génova y en la lucha laboral participan millones de trabajadores. La burguesía reacciona buscando dominio y el sector político rechaza la dirección del cambio nacional y opta por el autoritarismo. Con Mussolini el movimiento social se estanca, no hay ideología, ni capitalismo ni socialismo; hay rechazo al liberalismo político, inmovilismo de estructuras básicas de la economía: estancamiento y retroceso son los resultados.

El periodo de recuperación se inicia al fin de la Segunda Guerra Mundial cuando se aplica una política monetaria restrictiva, se hace una reforma agraria (reparto de latifundios, apoyo del desarrollo infraestructural con amplia base social) y el Plan Marshall dota al país con divisas para adquirir materia prima, industria, etcétera. Y para 1963 la economía italiana sale del atraso. La productividad y los salarios se mueven al mismo paso y el incremento salarial es similar en los sectores agrícola, industrial y comercial. Otro dato importante es el coeficiente capital/trabajo; que ante la baja de éste la productividad del trabajo aumentó gracias al incremento de la productividad del capital y de que fue sostenida por una progresiva expansión de mercado apoyada a su vez en el incremento del empleo y de los salarios reales.

La moraleja que destaca Pipitone en el caso italiano es que la parte fácil es la economía, la difícil la política. Se requiere inversión política y consolidación de estructuras políticas.

5. Japón se distingue de Dinamarca y de Suecia por su desarrollo militar paralelo al económico, al hacer de la guerra su principal negocio y su palanca de desarrollo, y trabajando con una obsesión expansionista que convierte en escudo protector contra los imperios extranjeros, sin embargo, el militarismo no es el factor de salida del atraso, sino otros como la capacidad demostrada desde la dinastía Meiji para modernizarse e integrarse nacionalmente y hacer del desarrollo una ideología nacional en que los elementos de cohesión crean condiciones de integración de mercado nacional y con ello el mantenimiento del nivel de vida de los trabajadores que se inició con la reforma agraria, después el empleo permanente entre las grandes empresas y el aumento a largo plazo de salarios reales que sólo han tenido una baja máxima de 2 por ciento no obstante periodos ultra conservadores, lo que implica que el control político y económico no afectó las condiciones materiales de los trabajadores asalariados.

6. Por otra parte los países que no logran salir del atraso coinciden en ser países grandes, con importantes recursos, entre ellos el petróleo, circunstancias que no existen en Japón o en Dinamarca, por ejemplo. Estuvieron sujetos al coloniaje, y no obstante su independencia no han logrado consolidar una política económica y han padecido épocas de desestabilización política, algunos con más duración que otros, y en circunstancias diferentes. El autor analiza también sus antecedentes históricos, sus programas de desarrollo y localiza las causas que impidieron el éxito.

En el caso de México hace mención del centralismo autoritario que se da con el imperio azteca, el porfiriato y con el presidencialismo actual. Es decir, que siempre hay un solo representante del país. El gran interés por la estabilidad permite que un partido político rija por 65 años a pesar de las críticas y la falta de credibilidad, que lo atribuye a que México es más bien un país conservador que se ha mantenido no por Porfirio Díaz, ni por el militarismo, ni por la burguesía o los terratenientes sino por ser un pueblo que busca la paz.

Pipitone marca cuatro oleadas en el intento de salida del atraso:

6.1. De la Independencia a 1910, en que heredada la estructura colonial su economía se basó en la hacienda; considera que el liberalismo y la Constitución de 1857 intentaron mejorar las condiciones de modo valiente y con lucidez política, pero que carecieron de la fuerza económica que tenían los conservadores apoyados por la Iglesia. Además se trabajó con la idea jeffersoniana de la pequeña y la mediana propiedad agrícola, sin reflexionar que era sistema de otra cultura. El crecimiento económico se hace a través de compañías extranjeras que tienen una mala impresión de los mexicanos.

6.2. De 1910 a 1933. El pueblo está insatisfecho con los resultados de la revolución; antes de iniciar el reparto de tierras ya no hay tierras qué repartir; la clase política se desmembra y la oligarquía reasume el control agrícola. El presidente Cárdenas es un conservador especial que tiene conciencia de la fragilidad política no obstante que el nuevo partido político fundado en 1929 logra la pacificación en la década de los años 30, pero ha habido un estancamiento económico. Está consciente de la necesidad del avance social y de la organización de la sociedad a través de sectores (campesino, militar, obrero y popular). Expropia 13 mil latifundios, nacionaliza el petróleo, crea el Banco de Crédito Ejidal, entre otras acciones y hereda un Estado fuerte.

6.3. De 1934 a 1970. Hay impulso económico, factor de fortalecimiento para la negociación de clases; se incrementa el cooperativismo obrero y por 30 años hay un crecimiento de 6.4 por ciento, suficiente para salir del atraso, que no ocurre porque no hay integración con la economía nacional. No se equilibraron los sectores. Es una época de industrialización; pero hay bajos salarios y el corporativio se usa para controlar a los obreros. Se olvida la agricultura y se tienen que introducir precios de garantía para ofrecer alimentos a bajo costo y aminorar el descontento de la población. Hay polarización en la distribución del ingreso, la urbanización es caótica, el gasto público es alto y hay baja capacidad para recaudar impuestos, hay desequilibrio en las cuentas públicas; la escasez crea inestabilidad para que pueda crecer el empleo. Con el problema de 1968 aumentan los problemas y se cierra un periodo económico con gran peligro de estancamiento.

6.4. De 1970 a 1991. Durante la gestión del presidente Echeverría, a pesar del interés por crear bienestar, no hay capacidad económica para avanzar, no se producen inversiones. En la gestión siguiente, con el presidente López Portillo se genera confianza financiera que coincide con el descubrimiento de nuevos yacimientos petrolíferos y se obtienen préstamos con tal endeudamiento que al país le cuesta un estancamiento económico de 10 años.

En los últimos doce años se da la apertura externa (GATT), la privatización de mil 155 empresas públicas y se celebra el Tratado del Libre Comercio, buscado por el presidente Salinas frente al fenómeno de regionalización que se da en el mundo y frente al Tratado de Mastrecht europeo y por la no obtención de inversión buscada en el oriente. Sin embargo, no hay recursos para el desarrollo económico; no es un pueblo de ahorradores (17 por ciento frente al 40 y 50 que se da en China y Shanghai, respectivamente) por lo tanto se requiere financiamiento extranjero en inversiones directas, capital productivo instalado en México, que es lo más atractivo para los socios del TLC.

7. Después de los trágicos acontecimientos que ocurren en el año de 1994 que cierra con el cambio de administración política la cual se inicia con una devaluación importante y se crea la nueva incertidumbre y desconfianza en la sociedad mexicana y en la financiera de los países socios. Sería interesante conocer los pronósticos de Pipitone, quien sin lugar a dudas, ha logrado localizar los puntos claves del atraso y también los de la salida de éste, aun cuando determina claramente que ningún modelo puede imitarse o seguirse en un país con los mismos resultados del país del cual se toma, porque se requiere de una combinación específica.

8. Como conclusión, destaca el autor que ni el atraso ni el subdesarrollo son una etapa previa al desarrollo, que el paradigma del capitalismo de países exitosos no resulta homogéneo.

En el desarrollo: la agricultura no es menos productiva que en otros sectores; el nivel del bienestar se mide por la diferencia de salarios entre los trabajadores del campo y los de la ciudad, hay integración geográfica con menos distancias entre áreas deprimidas y productivas; no hay polarización sino integración social; las estructuras estatales son sólidas, eficientes y con gran legitimación social; la sociedad es capaz de avanzar simultáneamente para operar cercanamente a niveles universales tecnológicos y científicos.

El subdesarrollo es el alejamiento de los elementos que se señalan y, si bien no hay modelos, ya que no se pueden fabricar, habrá que crearlos de acuerdo con la historia del país si hay factores comunes; que no necesariamente son requisitos:

A. Transformación y modernización de estructuras políticas y sociales. Con la agricultura como base de la economía para apoyo de otras estructuras con múltiples reacciones.

B. Reforzamiento del Estado. Estados nacionales con solidez estructural administrativa y consolidación de legitimación social.

Pipitone advierte que la historia es un instrumento para reabrir el presente, que hay que vencer la tentación de hacer paradigmas que pueden conducir a errores y que es necesaria una voluntad informada para mirar adelante.

Patricia KURCZYN