Con motivo del sexagésimo aniversario del nacimiento del doctor Sergio García Ramírez, el Instituto de Investigaciones Jurídicas invitó a sus integrantes y a un grupo de amigos de aquél a celebrar ese hecho con un homenaje acorde con la personalidad de quien ha sido uno de los juristas más destacados de la segunda mitad del siglo XX mexicano.
Entre todos ellos decidieron elaborar un libro a partir de un conjunto de ensayos acerca de temas jurídicos. El poder de convocatoria de don Sergio es tal, que los nombres más notables del ámbito jurídico se encuentran ahí presentes, pues sólo se establecen relaciones de amistad entre quienes, siendo diversos, son de algún modo semejantes y comparten un proyecto o fin común.
Se trata de: Liber ad honorem. Sergio García Ramírez, en cuya presentación, el doctor José Luis Soberanes, director del Instituto de Investigaciones Jurídicas, nos da cuenta en estos términos del propósito que anima a la publicación:
Recientemente se ha puesto de moda titular un libro de esta naturaleza con la locución latina liber amicorum: nosotros, inspirados en ella, también hemos recogido una locución latina, pero diferente; hemos seleccionado la de liber ad honorem, con lo cual hemos querido significar no únicamente que somos amigos de don Sergio, sino que además, por ese afecto, admiración y respeto, con este testimonio objetivo le rendimos homenaje.
Los dos tomos que reúnen los trabajos que sus amigos ofrecen en homenaje al doctor García Ramírez, son, a la vez, un compendio de conocimientos jurídicos, y no con menos peso, un tributo de afecto y admiración por quien así celebran.
El primero de ellos, en la sección denominada "Testimoniales", incluye tres ensayos que abordan expresamente la trayectoria de García Ramírez en su condición de maestro y de procurador general de la República. Se trata de los trabajos de Ignacio Carrillo Prieto, Juventino V. Castro y Miguel de la Madrid. Le sigue la sección titulada "Estudios jurídicos", que constituye el núcleo del primer tomo, y que recoge cuarenta ensayos, la mayoría de miembros del Instituto de Investigaciones Jurídicas, de modo que ahí podemos descubrir tanto las diversas facetas de García Ramírez como la riqueza y solidez del personal académico que integra ese Instituto.
Por su parte, el segundo tomo contiene treinta y ocho artículos de autores de origen diverso, bajo el rubro "Estudios penales", el cual nos revela a otro grupo de amigos del doctor García Ramírez, y con ello se arroja nueva luz sobre la figura del maestro.
En esos setenta y ocho ensayos -sin incluir los testimoniales- García Ramírez se encuentra presente de tres maneras. La primera es bajo la forma de dedicatoria: "Al maestro, con cariño", y que remite, con ese sencillo enunciado, a la muy valiosa labor docente del doctor García Ramírez quien ha formado, en la acepción más rigurosa del término, a múltiples generaciones de abogados y estudiosos del derecho. Esta obra del doctor Emilio O. Rabasa, complementa la anterior: "A Sergio García Ramírez: alumno sobresaliente, jurista consumado, con afecto". Ambas dedicatorias son testimonio del reconocimiento de quienes han tenido el privilegio de descubrir a García Ramírez en su dimensión de discípulo y de maestro. Sin duda, ambas experiencias han contribuido a forjar la singular personalidad de este notable jurista mexicano.
En los textos que constituyen la obra que comentamos, también figura García Ramírez como inspirador de una idea o de una temática, y en ellos se valoran las contribuciones de aquél, como es el caso de los trabajos acerca del Ministerio Público, los derechos humanos o el régimen carcelario.
En tercer término, encontramos en el libro ensayos en los cuales, sin referirse explícitamente a don Sergio, los autores han querido que se incluyan en el libro, para sumarse así a la intención general de éste.
Al volver cada una de las más de 1,500 páginas que constituyen el libro en honor de García Ramírez, va apareciendo una imagen del maestro que enriquece la que nos ofreció la precedente, y así, gracias a la visión que aporta cada uno de los ensayos, se amplía y diversifica nuestra comprensión de la obra y la personalidad de quien recibe el reconocimiento de sus pares y amigos.
Así, quienes están próximos al doctor García Ramírez, quienes hacen del afecto una vía de comprensión, al mismo tiempo sutil y eficaz, de cualidades que pueden escaparse a una mirada desinteresada y, por ello poco atenta, dan testimonio de las extraordinarias virtudes republicanas de García Ramírez: probidad, alteza de miras, responsabilidad y lealtad para con las instituciones y para la nación, a la cual ha servido con singular dedicación y patriotismo. Asimismo, los amigos de don Sergio ponen de relieve sus prendas intelectuales que le han permitido conjugar, con singular acierto, el riguroso cultivo de las ciencias penales con el pulido estilo propio de quien encuentra en la literatura una fuente generosa para incrementar su saber acerca de los hombres. Tal vez por ello, en García Ramírez, su cabeza de jurista no ha sido obstáculo para compadecerse de quienes sufren el régimen carcelario, y así ha conjuntado piedad y razón para definir un nuevo modelo de él, en defensa de los derechos humanos de quienes, con frecuencia, son considerados ajenos y al margen de todo derecho. Por lo anterior, creo yo, humanista es el término que mejor describe a García Ramírez, ya que nada de lo humano le es extraño, ni aun quienes, según el juicio de muchos, se hallan aniquilados por el delito, pues sobre ellos deja caer una compasión profunda, al tiempo que pone en juego su capacidad y conocimiento de jurista, para dar cuerpo a una esperanza de superación.
Todos conocemos la excepcional trayectoria de Sergio García Ramírez en esta universidad; su escrupulosa gestión en la Junta de Gobierno; su dedicación como profesor; las obras señeras en que ha plasmado su labor de investigador. Sin embargo, el libro de homenaje que hoy se presenta, se acerca más al ser profundo que constituye a García Ramírez, pues a ése sólo tienen acceso sus amigos. Ellos nos han permitido asomarnos a él. Por eso es un libro excepcional, como lo es el hombre al que con su publicación se rinde homenaje. Y, volviendo al latín del título, vale la pena recordar que ambas palabras tienen un origen etimológico común: homin.
Gracias al Instituto de Investigaciones Jurídicas y a los amigos de Sergio García Ramírez, por permitir acercarnos a él y enriquecer nuestro conocimiento de este maestro, investigador y funcionario ejemplar. Y, sobre todo, gracias a don Sergio por sus invaluables contribuciones a consolidar y engrandecer la vida académica de la universidad; por su permanente defensa de nuestra Institución; por ser un modelo viviente de jurista y de hombre de bien.