PALABRAS DEL DOCTOR DIEGO VALADÉS, PRONUNCIADAS EN LA TOMA DE POSESIÓN COMO DIRECTOR DEL INSTITUTO DE INVESTIGACIONES JURÍDICAS DE LA UNAM*

Doctor Humberto Muñoz,

Coordinador de Humanidades;

Doctor Máximo Carvajal,

Director de la Facultad de Derecho;

Doctor Héctor Fix-Zamudio,

Investigador emérito y maestro de todos nosotros;

Jorge Carpizo y José Luis Soberanes,

Señores ex directores de este Instituto;

Compañeros y amigos del Instituto:

He querido preparar estas palabras por escrito, porque el acto en que nos encontramos representa para mí uno de los más importantes de mi vida.

Mi lista de agradecimientos es muy larga. La encabeza el rector, gracias a cuya generosidad fui incluido en la terna, al lado de dos distinguidos investigadores y queridos amigos; le sigue la Junta de Gobierno, cuya indulgencia me ha traído a la dirección del Instituto. Pero no puede ser menor mi gratitud para con cada uno de ustedes, por sus expresiones de simpatía en un proceso de auscultación que resultó ejemplar, porque reflejó en todo momento el alto espíritu de concordia que une a los miembros de esta formidable comunidad.

Agradezco al señor coordinador de Humanidades sus afectuosas y estimulantes palabras, y le solicito transmitir al señor rector el testimonio de mi determinación por servir al Instituto y a la Universidad con el más comprometido sentido de responsabilidad, de entusiasmo por la noble labor que me corresponde, y de entrega sin reticencias a la prosecución de las tareas que mis admirados y respetados predecesores han llevado a cabo.

El proceso que culminó con la designación de director fue una demostración más del espíritu de cordialidad y compañerismo que caracteriza a nuestra comunidad. Con orgullo pertenezco a ella desde hace treinta años. Me integré aquí como miembro de la primera generación de becarios, a la que también pertenecieron Manuel Barquín, Ignacio Carrillo Prieto y nuestros añorados Urbano Farías y José Francisco Ruiz Massieu. La generosidad del maestro Fix-Zamudio inició un ciclo de incorporación de jóvenes investigadores, gracias al cual este Instituto se ha consolidado como uno de los más importantes en su género.

Comparto con ustedes el orgullo de pertenecer a esta comunidad. Servirla como director es un compromiso de gran magnitud, por la alta calidad académica de quienes la integran, y por la gran tradición de desarrollo sistemático que ha sido posible merced al entusiasmo, a la dedicación y al esfuerzo de todos los miembros, académicos y administrativos, de esta comunidad. La presencia en este acto, para mí tan significativo, de nuestros maestros, compañeros y amigos que han ocupado la dirección del Instituto, es una oportunidad que aprovecho para comprometerme, ante ustedes y ante ellos, a realizar mi esfuerzo máximo para proseguir la obra que ellos realizaron. Dirigir el Instituto de Investigaciones Jurídicas supone coordinar el trabajo de una comunidad experimentada e inteligente, a cuyo personal académico y administrativo solicito su total apoyo para que, juntos, prosigamos el camino iniciado hace ya varias décadas, y que en su momento protagonizaron, con energía y talento, después del maestro Fix, Jorge Carpizo, Jorge Madrazo y más recientemente José Luis Soberanes. Tenemos que seguir adelante, con nuestro trabajo intenso y conjunto, a la procura de soluciones para los grandes problemas jurídicos nacionales.

En especial, deseo subrayar que concluyen ocho años de extraordinaria gestión del doctor José Luis Soberanes. He expresado en otras ocasiones, pero es oportuno reiterarlo ahora, que el doctor Soberanes deja una huella imborrable en la historia del Instituto. Su talento, su capacidad de jurista, su pulso firme y su mano amiga, harán que su labor en la dirección del Instituto se tenga siempre como un paradigma.

Este acto me da también la oportunidad de refrendar el compromiso, que contraje ante el rector y ante la Junta de Gobierno, en el sentido de auspiciar nexos crecientes entre la Facultad de Derecho y el Instituto. Sé que al reafirmar este propósito, no hago sino expresar lo que constituye una decisión colectiva de los miembros del Instituto, que corresponde a su vez al que, me consta, alientan el director de la Facultad, sus colaboradores y los integrantes de la comunidad de esa institución. La creciente vinculación con la docencia, en cuyo empeño participaremos por igual con las Escuelas Nacionales de Estudios Profesionales de Acatlán y de Aragón, será uno de los más importantes objetivos a alcanzar en los próximos años.

Fue para mí un privilegio haber formado parte de la terna al lado de Sergio López Ayllón y de Víctor Martínez Bullé Goyri. Ambos son merecedores de respeto y aprecio general, dentro y fuera de este Instituto, que corresponde a su seriedad profesional, a su vocación universitaria y a su talento jurídico; ambos son también un ejemplo elocuente del extraordinario valor académico de una generación llamada a brillar por mucho tiempo en el panorama jurídico mexicano. Me siento orgulloso de ser su amigo y compañero de trabajo.

Se inicia para mí una nueva etapa en mi vida dentro del Instituto. Saben todos ustedes que comparto su misma idea de superación académica y de compromiso social; no seré sino un miembro más de la comunidad del Instituto al que circunstancialmente le corresponde desempeñar una tarea en la que sólo podré ofrecer buenas cuentas si cada uno de ustedes me apoya. Este es un Instituto que tiene por costumbre trabajar con intensidad, y me propongo no desmerecer esta tradición en la que tanto debemos a quienes nos han dirigido y, en especial, a quien con su inteligente y generoso ejemplo tanto nos estimula: el maestro Fix-Zamudio.

* La ceremonia se llevó a cabo el 1o. de septiembre de 1998 en el auditorio del propio Instituto.