El Hoy No Circula. Cuarto engomado

Publicado el 29 de abril de 2016

César Nava Escudero*
Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM,
cenavae@unam.mx

Cuarto engomado: las medidas draconianas estériles y el principio de orquestación. Joseph Goebbels concibió, como parte de la propaganda nazi, el llamado principio de orquestación, que consiste en escoger un número reducido de ideas, repetirlas una y otra vez, y presentarlas constantemente desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto, para no dejar lugar a dudas. De aquí la famosa frase de que si una mentira se repite lo suficiente, acaba por convertirse en verdad. Esto es lo que precisamente nos quieren hacer creer las autoridades federales y locales al imponer la ampliación del HNC (del 5 de abril al 30 de junio) en el que todos los vehículos, sin importar holograma, descansen un día de la semana laboral, incluyendo los sábados, con la justificación de que con ello se habrá de proteger la salud. Esta forma de actuar es de las preferidas por gobernantes ignorantes y/o autoritarios que buscan justificar la imposición de medidas draconianas irracionales: éstas no sólo no resuelven de fondo el asunto que les dio origen, sino que se vuelven estériles e intrascendentes.

Recordemos que el HNC bajo el esquema de que los vehículos descansen, sin importar holograma, un día de la semana laboral, incluyendo los sábados, es una medida esencialmente temporal y excepcional (se refiere a unos cuantos días, cuando mucho una semana, y su aplicación es exclusiva para el tiempo de la contingencia, i.e. cuando se rebasen los puntos IMECA señalados, que hace unos días era de 180, y ahora de 150), y por tanto correctiva (con lo que se pretende reducir los altos niveles de contaminación y disminuir eventualmente la circulación del parque vehicular). Pero las autoridades federales y locales cambiaron las reglas del juego. Volvieron a retorcer (ellos le llaman “ampliar”) y a tergiversar (ellos le llaman “endurecer”) el HNC para el periodo del 5 de abril al 30 de junio. Y para justificar todo esto, crearon discursos mentirosos, que repiten y repiten, para hacernos creer que son verdaderos. Veamos de qué se trata.

Primero, no respetaron la idea de que una medida drástica, como lo es retirar de la circulación, sin importar holograma, todos los vehículos un día de la semana laboral, incluyendo sábados, sólo puede ser transitoria, amén de reproducir errores del pasado y crear algunos nuevos. Una medida dacroniana, transitoria, no puede durar casi dos meses y medio, pero engañosamente nos repiten que esta medida es temporal: una mentira que busca ser verdad. El HNC ampliado para este periodo no tiene nada de temporal conforme lo hemos explicado en este y en los engomados anteriores. En todo caso, se trataría de una medida estacional, particularmente por lo que mencionaremos a continuación.

Segundo, tampoco se respetó la circunstancia de excepcionalidad en la ampliación del HNC bajo un esquema drástico, el cual corresponde solo a una situación en la que se rebasan los niveles permisibles de contaminación. Lo retorcido de la decisión del pasado 30 de marzo es que al momento de anunciarse no se sabía si tendríamos esos episodios críticos, solo se pronosticaron escenarios de poca dispersión de contaminantes vinculados a una alta radiación solar, intensa estabilidad atmosférica y poca humedad. La excepcionalidad se volvió normalidad profética para el período anunciado, pero como veremos en el quinto y último engomado, el oráculo no correspondió a la realidad.

Tercero, el carácter correctivo del HNC es, por lógica, ex–post (una vez que ha ocurrido la contingencia) y no ex-ante (no es una medida preventiva). Sin embargo, la imposición del HNC bajo el esquema ya aludido, rompió con su esencia correctiva y se transformó en una medida para evitar o prevenir los altos niveles de contaminación. Así, la decisión “correctiva” enfrentará una situación que todavía no ha ocurrido, que es inexistente, y que es según las autoridades, la que protegerá la salud de la población. Lo que ahora será correctivo para el periodo del 5 de abril al 30 de junio, es el doble HNC siempre y cuando se rebase la concentración máxima, lo que ocurrió el miércoles 6 de abril con más de 150 puntos IMECA originando la activación de la “modernizada” Fase I del PCAA.

Cuarto, otra mentira que busca ser verdad es que la razón principal por la que se amplió el HNC es la protección a la salud. No dudo que esto sí les preocupe a algunas autoridades federales y locales, pero si verdaderamente les importara –como repiten y repiten– ¿porqué no han actuado los últimos años para evitar (o sea, prevenir) los episodios críticos atmosféricos? Nadie niega los logros alcanzados, pero ahí sigue el crecimiento urbano desmedido (Santa Fé); los megaproyectos (NAICM); el aumento de vehículos (5.5 millones); los incentivos para usar automóviles (segundos pisos en CDMX y EdoMex); el parsimonioso “mejoramiento” del transporte público; entre otros. ¿Entonces?

Por último, ¿por qué razón no se han deslindado responsabilidades para el episodio atmosférico de mediados de marzo? Insistimos: las autoridades federales y locales repiten engañosamente que la salud es lo que se debe cuidar, que es, como dijo el Presidente de la República “un bien mayor.” Sin embargo, no hay responsables por los daños ocasionados a la salud de los habitantes de la ZMVM, ni por las muertes prematuras ocurridas, como tampoco los ha habido en contingencias anteriores. Los estudios de morbilidad y mortandad desde hace años son alarmantes, pero a nadie se le castiga, a nadie se le destituye.

Entre medidas draconianas estériles y discursos basados en el principio de orquestación, las autoridades inducen directa e indirectamente a los jueces a no otorgar suspensiones provisionales a los particulares que interpongan amparo en contra de la restricción de circular, un día de la semana laboral, incluyendo los sábados (particularmente vehículos con holograma 0 y 00). Ahora resulta que quienes interponen amparos son irresponsables porque “con la salud no se juega”, cuando los irresponsables son las autoridades por imponer medidas draconianas con endebles bases científicas y sin fundamentos legales. Si existen responsables por los daños causados a la salud, y por las muertes prematuras ocurridas durante las contingencias (o incluso sin ellas), han sido las autoridades federales y locales que no han garantizado ni nuestro derecho de protección a la salud ni nuestro derecho al medio ambiente sano para nuestro desarrollo y bienestar, tal y como lo dispone el artículo 4º constitucional, párrafos cuarto y quinto, respectivamente.

NOTAS:
*Obtuvo el grado de doctor (PhD) en The London School of Economics and Political Science en 1998. Su tesis doctoral se publicó en 2001 por la editorial Ashgate, en Inglaterra, bajo el título de Urban environmental governance: comparing air quality management in London and Mexico City.



Formación electrónica: Ignacio Trujillo Guerrero, BJV