Derechos humanos, violaciones y populismo: caso Chablekal

Publicado el 16 de mayo de 2016

Juan Pablo Bolio Ortiz
Licenciado en derecho por la Universidad Autónoma de Yucatán; maestro
en Historia, CIESAS; investigador adscrito a CISEJUPE; doctorante en
Historia CIESAS y en Antropología UNAM. Abogado litigante en el
despacho jurídico “Abogado Héctor Bolio Pinzón”, en materia civil, mercantil y familiar
boliomania1@hotmail.com

Héctor Joaquín Bolio Ortiz
Licenciado en derecho por la Universidad Autónoma de Yucatán; maestro
en Trabajo Social, UNAM y en Planificación de Empresas y Desarrollo
Regional, Instituto Tecnológico de México. Investigador adscrito
a CISEJUPE; doctorante en Ciencias Sociales UADY. Abogado litigante en el
despacho jurídico “Abogado Héctor Bolio Pinzón”, en materia civil, mercantil y familiar
boliomania1@hotmail.com

Sería imposible no dar una opinión sobre el penoso caso de Chablekal que vivimos recientemente la sociedad yucateca; sin duda expone una serie de debilidades y problemas que pasan por el incumplimiento a la norma, violaciones a los derechos humanos, populismo político y nuevamente una sociedad que día con día nos damos cuenta que el Estado de derecho se ha convertido en un eslogan político que dista mucho de volverse una realidad. Pero, ante el caso, entran en juego valores sociales, morales y jurídicos que considero debemos observar en dos momentos cruciales que reflejan serias violaciones a lo que hoy conocemos como derechos humanos.

Primera. La fuerza pública en función del derecho humano al debido proceso

Me parece que en este punto debemos diferenciar una cuestión crucial, para llegar a la fuerza pública y al procedimiento de desocupación de un predio, naturalmente que se tuvo que pasar por un proceso judicial que en este caso desconozco pero debió transitar por una demanda, una fase probatoria, una alegatoria y una conclusiva (sentencia), es decir, tuvo que ser oído y vencido en un juicio alguna persona o bien tomarse medidas cautelares, todo con el fin de resguardar el derecho humano al debido proceso. Sé sin duda que la idea procesalista resulta cuadrada y limitativa para algunos, pero el derecho sustantivo necesita de instituciones procesales sólidas, pues no tenerlas redunda en una sociedad donde los derechos humanos no tienen cabida, no hay que olvidar que el respeto a éstos está en función del correcto ejercicio de las instituciones jurídicas que, ojo, es cierto que el derecho no necesariamente está ajustado a los convencionalismos sociales y a la moral. En esta tesitura, al menos de lo que yo observé en un video que circula por la red, se llevó a cabo una diligencia de fuerza pública por dos actuarios del Poder Judicial del Estado y un cuerpo de policías, la cual resulta necesaria para ejecutar diversos tipos de sentencias, civiles, mercantiles, familiares, laborales, entre otras, pues poniendo un ejemplo, si una persona da en renta su casa y los ocupantes no quisieran desocupar habría que ejecutar el convenio de desocupación y la consecuencia sería, en un extremo, recurrir a la fuerza pública para que el predio en cuestión regrese en posesión del propietario (repito que desconozco a detalle el origen del caso), por ello digo que vi que se llevó un proceso de ejecución, que no diferencia que haya o no haya habido un señor mayor de 90 años dentro de la propiedad (pues en este caso el derecho no observa edad, género, preferencia, sexual, grupo étnico, etcétera). También me pareció que un grupo de personas empezó a apedrear al actuario y los policías, lo cual me parece una violación al desarrollo de la función jurisdiccional que tampoco puede ser considerada como una acción adecuada y mucho menos podemos aplaudir.

Segunda. El uso indebido de la fuerza pública violatorio de los derechos humanos

Sin duda que dicho lo anterior, pasamos a otra idea de la fuerza pública sin fundamento legal alguno, ya no la que se llevó con un único fin una desocupación, si no la que se ejercitó desmedidamente contra los pobladores de Chablekal, pues también debe señalarse que usar gases lacrimógenos, golpear a jóvenes, señores, niños, irrumpir violentamente en una propiedad, etcétera, sí ya redunda en una seria violación a los derechos humanos de la comunidad de Chablekal. Y que sin duda tiene que castigarse a los policías que lastimaron a las personas, que detuvieron ilegalmente a ciudadanos, incluidos dos defensores de derechos humanos; Aquí sí el gobierno nos debe una explicación seria y muy urgente, pues lo que resulta todavía más irónico es que el gobernador cree que el problema se soluciona donando una vivienda al señor que fue desocupado de su propiedad, pues no, esto no tiene cabida pues no sé si al menos el gobernador tuvo la vergüenza de decirle al señor que él firmó y aprobó la fuerza pública de desocupación y que era su responsabilidad que dicha fuerza pública no se saliera de control, como sucedió. Por supuesto que el momento ha sido aprovechado igual por líderes de algunos partidos políticos a quienes les cuesta articular dos vocales, y es notorio que tienen que repetir tres veces los videos para poder hilar dos palabras.

No se trata de dar un discurso simplista, el tema de los derechos humanos es un tema complejo, estos derechos tenemos que verlos como conquistas que se han dado a través de la historia gracias a diversas luchas sociales, que sin duda no podemos dejarlos en el terreno del dogmatismo jurídico, pues, como diría Norberto Bobbio, “el problema de los derechos humanos es cómo tornarlos efectivos”. Me parece que la reflexión debe ser entonces bajo esos dos momentos y entendiendo que la irrupción de la sociedad en las funciones jurisdiccionales no es la solución, pues ello también resulta violatorio de los derechos humanos para quien ya ganó un juicio, pero tampoco por supuesto podemos permitir el uso desmedido de la fuerza y falta de gobernanza ya que es una violación a los derechos humanos de una comunidad y de nosotros como sociedad.




Formación electrónica: Luis Felipe Herrea M., BJV