Las TIC’s como recursos didácticos de apoyo al aprendizaje de la enseñanza del Derecho

Publicado el 21 de octubre de 2016

Miguel Angel Morales Sandoval
Profesor de la Facultad de Derecho de la UNAM
msandovalm@derecho.unam.mx

En la última década, las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC’s) han tenido un impacto importante en distintos ámbitos de la vida económica, social y cultural de las naciones, creando una sociedad de la información, la cual centra su atención en el manejo y la posibilidad de compartir información. Sin embargo, organismos internacionales, como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), han puesto énfasis, en los últimos cinco años, en la responsabilidad que tienen los Estados en propiciar la transformación de la sociedad de la información hacia una sociedad del conocimiento.

La noción de sociedad de la información se basa en los progresos tecnológicos; en cambio, la sociedad del conocimiento comprende una dimensión social, ética y política mucho más compleja, poniendo énfasis en la diversidad cultural y lingüística, así como en las diferentes formas de conocimiento y cultura que intervienen en la construcción de las sociedades, la cual se ve influida por el progreso científico moderno.

Bajo este paradigma, el sistema educativo debe considerar el desarrollo de habilidades digitales, tanto en alumnos como en docentes, que sean susceptibles de adquirirse durante su formación académica. En la educación, el esfuerzo se orienta por fomentar el desarrollo de habilidades digitales en los alumnos, sin importar su edad, situación social o geográfica, así como en la oportunidad de acceder a diversos dispositivos tecnológicos sin ninguna limitante.

De esta manera, las TIC’s apoyan al profesor en el desarrollo de nuevas prácticas de enseñanza y la creación de ambientes de aprendizaje dinámicos que permiten a estudiantes y maestros manifestar sus ideas, discutirlas y enriquecerlas a través de las redes sociales y otras herramientas que favorecen la diversidad de ritmos y estilos de aprendizaje de los alumnos. Para lograr este objetivo, y propiciar el desarrollo de habilidades digitales entre profesores y alumnos, se han generado nuevos tipos de materiales didácticos educativos, los cuales son utilizados como medios y recursos que facilitan el proceso de enseñanza-aprendizaje, dentro de un contexto educativo global y sistemático, y estimulan la función de los sentidos para acceder más fácilmente a la información, a la adquisición de habilidades y destrezas, y a la formación de actitudes y valores.1 De acuerdo con esta conceptualización, tanto el documento en que se registra el contenido del mensaje, como los aparatos utilizados para emitirlo, se consideran materiales didácticos. Por ejemplo, una transparencia —que sería el documento en que se registra el contenido del mensaje— y un proyector de acetatos, caerían dentro de la acepción de materiales didácticos.

Los medios de comunicación también son un recurso de instrucción que proporciona al alumno una experiencia indirecta de la realidad, y que implica tanto la organización didáctica del mensaje que se desea comunicar, como el equipo técnico necesario para materializar ese mensaje.2 Estos medios se pueden emplear en distintos lenguajes o formas de expresión: puede ser mediante un lenguaje verbal o auditivo (radio, cintas, discos), un lenguaje visual (el empleo de la imagen en transparencias, fotografías o carteles), un lenguaje escrito (libros, revistas, diarios y manuales) y una combinación de lenguajes (películas, audiovisuales, televisión, cine, etcétera).3

La conformación de una ciudadanía digital es una prioridad en la agenda de los países que han incorporado el uso de las TIC’s a la educación, como parte de la formación de los estudiantes. Por ello, la escuela se considera un espacio fundamental para fomentar, entre la comunidad educativa, una cultura de uso de tecnologías sustentada en valores como la ética, la legalidad y la justicia.

En la actualidad, toda profesión envuelve cierta responsabilidad social; preparación y actualización en el ramo especializado de la cultura referente a ese campo profesional. Así, el abogado debe estar formado en ciencias jurídicas, y el profesor que enseña Derecho debe estar preparado en pedagogía y didácticas jurídicas. Como dijera el maestro Rafael de Pina: “para enseñar es preciso no sólo saber la materia objeto de la enseñanza, sino también saberla enseñar”. Hay que ejercer una docencia crítica que no solamente esté nutrida por conceptos y puntos de vista del profesor; vale la pena recordar las palabras de Fiss Owen: “los estudiantes aprenden del amor que aporta el profesor a su materia y de la clase de curiosidad que ese amor engendra”.

El profesor debe enseñar con nuevos métodos, técnicas y procedimientos, considerando la motivación y el interés en el aprendizaje, tomando en cuenta como principio rector la planeación y organización de sus actividades docentes, para una plena enseñanza del docente y un correcto aprendizaje de los alumnos. No es suficiente con las palabras del profesor para enseñar, se requieren otros recursos o dispositivos didácticos de los cuales el profesor debe valerse, no sólo para transmitir el conocimiento, sino también el amor al mismo, y aún más importante, fomentar nuevas perspectivas en los alumnos, que generen en ellos nuevos proyectos y propósitos para su crecimiento y desarrollo personal.

NOTAS:
1 Ogalde Careaga, Isabel y Bardavid Nissim, Esther, Los materiales didácticos, medios y recursos de apoyo a la docencia, México, Trillas, 2011, p. 21.
2 Castañeda Yáañez, Margarita, Los medios de la comunicación y la tecnología educativa, México, Trillas, 2000.
3 Ibídem, p. 23.



Formación electrónica: Luis Felipe Herrera M., BJV
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