Las TIC´s como parte de la reforma educativa en México

Publicado el 18 de noviembre de 2016

Miguel Angel Morales Sandoval
Profesor de la Facultad de Derecho de la UNAM,
msandovalm@derecho.unam.mx

En la actualidad, la Secretaria de Educación Pública ha implementado dentro de las escuelas, con calidad de obligatorio, incluir como una de las primeras diez competencias para la enseñanza, el uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación, mejor conocidas como TIC’s, con el fundamento de que “si la escuela no se pone al día se descalificará”. Esto da motivo al maestro Patrick Mendelsohn, responsable de la Unidad de Tecnologías de la Información en la Facultad de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universidad de Ginebra,1 de formular dos de los muchos propósitos fundamentales que tienen las escuelas, los cuales merecen que se les preste atención:

1.- Las personas nacen en una determinada cultura, en la que el deber del profesor es integrarse al universo de sus alumnos.

2.- Si la escuela ofrece una enseñanza que ya no resulta útil en el exterior, corre el riesgo de descalificarse.

Debemos pensar que las escuelas, y por supuesto los profesores, no pueden ni deben pasar por alto lo que sucede en el mundo, por lo que es, indudablemente, indispensable que los profesores se actualicen respecto al uso de estos nuevos medios de comunicación e información. Y que las escuelas, por su parte, cuenten con las herramientas y tecnologías suficientes para poder cumplir con las necesidades de los alumnos; y poder calificar a las mismas con el programa de escuelas de calidad.

Como lo había mencionado anteriormente, al citar al maestro Patrick Mendelsohn, las personas nacen en una determinada cultura; y si observamos con detenimiento, una de las características que identifican a la cultura de nuestra comunidad estudiantil mexicana es el uso continuo de estas nuevas tecnologías de la información y comunicación. Por lo que era necesario que los maestros mexicanos diseñaran e implementaran nuevas estrategias de enseñanza en el moderno contexto escolar, para incorporar actividades acordes a esta etapa de diferencias culturales; con los objetivos pedagógicos de estimular la creatividad, lograr un aprendizaje cooperativo y un correcto proceso de enseñanza significativo de cada uno de los temas. Así como obtener mejores resultados en las competencias a desarrollar, los aprendizajes esperados y la comprensión de textos,2 con el propósito de que al alumno le sea más fácil el procesamiento de la información, y que una vez interpretada la misma, no sólo se quede en la memoria a corto plazo, sino que de alguna manera, también pueda ser transformada y organizada, utilizando las nuevas herramientas tecnológicas, para que pase a la memoria a largo plazo;3 logrando en poco tiempo el dominio generalizado de las TIC’s, y en general de las plataformas digitales, como herramientas del pensamiento, la creatividad y la comunicación con otros individuos de su entorno.

Al respecto, el artículo 3o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que protege el derecho universal a la educación, establece en su tercer párrafo que, independientemente de que todo individuo mexicano tenga derecho a recibir educación laica, obligatoria y gratuita, el Estado tiene que garantizar la calidad en la educación, de manera que los materiales y métodos educativos, la organización escolar, la infraestructura educativa, y la idoneidad de los docentes y directivos, garanticen el máximo logro de aprendizaje de los educandos.

Por su parte, la Secretaría de Educación Pública publicó el acuerdo número 592, que establece la Articulación de la Educación Básica, y en donde prioritariamente señala los aprendizajes esperados y estándares que constituyen la expresión concreta de los propósitos de la Reforma Integral de la Educación Básica. El acuerdo incluye, como condiciones esenciales para la implementación del currículo, la transformación de la práctica docente, el logro de aprendizajes y la mejora de la calidad educativa, y lo sustenta en doce principios, de los cuales señalaremos únicamente el sexto; que exhorta a los maestros del sistema educativo a usar materiales didácticos educativos para favorecer el aprendizaje, en donde además de utilizar el libro de texto, empleen otros materiales —como audiovisuales, multimedia, internet y televisión educativa— para el aprendizaje permanente, con el objetivo de articular códigos visuales, verbales y sonoros, y generar un entorno variado y rico de experiencias, a partir del cual los estudiantes puedan crear su propio aprendizaje. También nos invita a usar otros tipos de materiales digitales y recursos educativos informáticos que puedan ofrecer herramientas para construir contenidos y propiciar el trabajo colaborativo dentro y fuera del aula.

Es importante recalcar que para sustentar y explicar a los maestros que imparten en las escuelas de educación básica estos principios, se creó en 2011 una guía y programa de estudio para el maestro, con el propósito de esclarecer a los profesores el entendimiento de ciertas normas y requisitos que si sólo se expusieran en acuerdos y leyes serían difíciles de comprender y asimilar.

Por otra parte, vale la pena tomar en cuenta la incidencia real de las reformas legislativas en las complejas realidades escolares. Los historiadores de las reformas educativas tienen cierta perspectiva acerca de los resultados de las múltiples reformas pasadas y los problemas que enfrentan. El investigador español Antonio Viñao4 señala que hay una retórica transnacional común a las reformas, pues todas aducen al fracaso de reformas anteriores y la necesidad de adecuar la educación a los cambios recientes (la informática y el inglés, por ejemplo). Viñao considera que las reformas tienden a fracasar por su amnesia histórica, y enlista varias razones: se ignora la heterogeneidad de las condiciones reales de las escuelas (en México la cantidad de escuelas multigrado y telesecundarias, por ejemplo), se importan reformas alejadas de la experiencia educativa local, y se generan contradicciones entre los componentes de la propia reforma (como exámenes que miden aspectos distintos a los prescritos en los objetivos educativos). Asimismo, advierte que hay reformas enunciadas en discursos inobjetables que ocultan los objetivos reales, como sacrificar la equidad en aras de una calidad educativa selectiva. Finalmente, Viñao indica que se tiende a legislar con la expectativa de lograr cambios totales a corto plazo, en lugar de consolidar cambios paulatinos; por ejemplo, digitalizar las escuelas con adquisiciones masivas de TIC’s a expensas de fortalecer la lectura;5 concluyendo que estas reformas, que pretenden reinventar las escuelas, corren el riesgo de perder el patrimonio pedagógico acumulado durante años, sin ganar nada a cambio.

NOTAS:
1 Perrenoud, Philippe, Diez Nuevas Competencias para Enseñar, México, Grao, 2004, p. 107.
2 Díaz Barriga, Frida, Estrategias Docentes para un Aprendizaje Significativo, 2a. ed., México, McGraw-Hill, 2002, pp. 99-298.
3 Meece, Judith, Desarrollo del niño y del adolescente, compendio para educadores, México, McGraw-Hill, 2000, pp. 147-149.
4 Viñao Frago, Antonio, Sistemas educativos, culturas escolares y reformas: continuidades y cambios, España, Morata, 2002.
5 Ramírez Raymundo, Rodolfo (coord.), La reforma constitucional en materia educativa: alcances y desafíos, México, Senado de la Republica-Instituto Belisario Domínguez, 2013, pp. 77-79.



Formación electrónica: Luis Felipe Herrera M., BJV
Incorporación a la plataforma OJS, Revistas del IIJ: Ignacio Trujillo Guerrero