Educación jurídica y satisfacciones
Publicado el 27 de Febrero de 2017 Jorge Alberto González Galván Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM, jagg@unam.mx |
Doctor Lisandro Montesinos Salazar, representante del rector de la Universidad Autónoma de Chiapas; maestro Carlos Eugenio Ruiz Hernández, director de la Facultad de Derecho; doctor Julio Ismael Camacho Solís; maestro Raúl Vázquez Gutiérrez, secretario académico de la Facultad de Derecho; coordinadora de Investigación y Posgrado de la Facultad de Derecho, doctora Elizabeth Consuelo Ruiz Sánchez; colegas profesores; estimados alumnos; señoras y señores.
Agradezco a la Universidad Autónoma de Chiapas, en particular a la Facultad de Derecho y a su posgrado, por su invitación a formar parte de su claustro de profesores, lo cual me honra.
Cuando el arcángel san Gabriel me llamó por teléfono para hacerme saber que formaba parte del padrinazgo de esta generación me sentí feliz… y preocupado. Feliz porque es la primera vez que formo parte de un padrinazgo, ya que es un privilegio compartir, por una parte, el mérito con mi colega profesora Consuelo y, por otra, con ustedes su celebración por el término de sus estudios de maestría. Me sentí también preocupado, decía, por la responsabilidad, que al saber que es compartida me preocupé menos.
Parte de esta responsabilidad era esto, evitar estar nervioso por tener que decir estas palabras ante ustedes, delante de las autoridades universitarias, de colegas profesores, de sus padres, hermanos y familiares.
Como su profesor y padrino de generación, permítanme decirles, a nombre de las autoridades universitarias, del claustro de profesores y de sus familias, que estamos orgullosos de ustedes por su esfuerzo: ya que algunos tenían que desplazarse hasta aquí cada fin de semana desde otro lugar; ya que tenían que entregar sus trabajos a pesar de los trabajos de sus trabajos. También estamos orgullosos de ustedes por su capacidad demostrada para acreditar las evaluaciones que cada uno de sus profesores hicimos (si no pudieron dormir algunas noches por ello, me disculpo en nombre de todos, porque no fue esa nuestra intención).
¿Qué se busca cuando alguien tiene el privilegio de estar al frente de un grupo? Ser un buen líder. Y ello no se decreta, se tiene que demostrar con hechos: siendo puntual; respetando a todos y a cada uno de ustedes; dando la voz cuando necesitaban exponer su punto de vista; explicando las razones para convencerlos de hacer sus trabajos no por obligación, sino confiados; llamando la atención no para imponerse, sino para ser justo ante todos; hacer bromas con el fin de aligerar el momento; haciéndoles ver la aplicación inmediata, en su vida sentimental, familiar, vecinal, laboral y social, de los conocimientos adquiridos en clase.
Estoy convencido de que el compromiso asumido con su propio desarrollo humano y profesional hoy está de fiesta porque han cumplido: se han demostrado, una vez más, que lo que se propongan lo pueden lograr. Y quiero que sepan que las instituciones que nos representan, sus profesores y padres de familia, los seguiremos apoyando en cualquier esfuerzo académico que emprendan. Porque el desarrollo humano y profesional nunca termina y se tiene que hacer valer cada día. Siéntanse seguros de que estaremos con ustedes, acompañándolos en sus nuevos proyectos, ya que estamos en buenas manos: personas responsables, honestas, creativas, respetuosas, tolerantes, dispuestas a servir sin límites a los demás; sabiendo que la felicidad no consiste en estar con alguien ni tener algo, sino estar simplemente seguro de sí mismo.
La humanidad no nos debe preocupar, nos debe ocupar. La desigualdad, la injusticia, la inseguridad, las faltas a la dignidad humana, animal y a la naturaleza, son enfermedades del cuerpo social que nosotros, todos, como juristas sensibles, debemos atender dando el buen ejemplo y proponiendo, de buen fe, soluciones para erradicar dichos males.
Les pido estar agradecidos con la vida, con sus creencias, con sus padres y profesores, con la Universidad, porque a pesar de nuestros errores, ustedes lograron su meta. Recuérdenlo siempre para que en sus propósitos venideros sepan distinguir entre lo que depende de uno mismo y lo que depende de los demás.
El profesor Ruy Pérez Tamayo decía que una de las satisfacciones de un profesionista es que se convierte en su propio jefe. Lo cual quiere decir que aunque dependa de los demás laboralmente, sus decisiones, su creatividad, su responsabilidad, le pertenecen sólo a él, ya que a quien tiene que darle cuentas de su trabajo, antes que a nadie, es a sí mismo. Yo quiero recordar otras satisfacciones que deben tomar en cuenta: la libertad, la utilidad y el disfrute. Ejerzan su libertad para desarrollar sus buenos deseos, no permitiendo que se impongan los demás si no están de acuerdo con ellos. Utilicen el valioso tiempo de su profesión sólo para hacer el bien y, por supuesto, no hagan nada por obligación. Si aceptaron libremente, “Por la Conciencia de la Necesidad de Servir” (como establece el lema de nuestra Universidad), disfrútenlo con serenidad, con autocontrol, con tranquilidad, con agradecimiento.
Los quiero, los llevo en mi corazón. Le doy gracias a la vida porque me puso en su camino para contribuir con mi granito de arena, para que sean felices. Cuenten conmigo siempre. Gracias.
Formación electrónica: Luis Felipe Herrera M., BJV
Incorporación a la plataforma OJS, Revistas del IIJ: Ignacio Trujillo Guerrero