Mujeres y democracia: en busca de una política plena y equitativa

Publicado el 08 de marzo de 2017

Karla Karina Peñate Pinto
Estudiante de la licenciatura en derecho de la División Académica de Ciencias Sociales y Humanidades, Universidad Juárez Autónoma de Tabasco. Tema de especialización: derecho procesal constitucional y derecho social,
karlangas-1591@hotmail.com

Introducción

La participación de las mujeres dentro de la vida política, está estrechamente ligado al ejercicio de los derechos de las mujeres. No obstante si no existe una política plena y equitativa no puede haber una verdadera democracia.

Ahora bien si hablamos de democracia no debe seguir existiendo una desigualdad entre mujeres y hombres. No se debe seguir dando la exclusión de la mujer en los actos sociales, políticos y económicos.

Las mujeres desde el siglo XIX lucharon por ejercer su derecho al voto y a una equidad política.

La mujer siempre ha estado en constante lucha para que exista o se de una verdadera transformación social y política en la que ella pueda ser partícipe de los mismos derechos que el hombre. El rol político hasta hace poco, podemos mencionar que era machista o excluyente, debido a que no permitía la participación de la mujer.

Aun sabiendo que las mujeres poseen las mismas cualidades que el hombre y que también es un ser con raciocinio por el simple hecho de ser un ser humano, no obstante son vistas como seres débiles, inferiores e incapaces para tener participación dentro de la vida política. Sin embargo, recordemos que en el ámbito político la mujer fue precursora del modernismo, protagonista del vasconcelismo y vanguardia en el movimiento estudiantil.

En los últimos años la participación de la mujer en la vida pública ha sido notable.

La mujer se ha hecho presente en foros y organizaciones que buscan una verdadera equidad de género. Se sigue demostrando que el considerarlas un ser incapaz es solo una falacia.

El Artículo 7 de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW) reitera la importancia de la representación de las mujeres en la vida política de sus países:

«…los Estados Partes garantizarán a las mujeres, en igualdad de condiciones con los hombres, el derecho a:
(a) Votar en todas las elecciones y referéndums públicos y ser elegibles para todos los organismos cuyos miembros sean objeto de elecciones públicas;

(b) Participar en la formulación de las políticas gubernamentales y en la ejecución de éstas, y ocupar cargos públicos y ejercer todas las funciones públicas en todos los planos gubernamentales.»

Cabe mencionar que las luchas feministas del siglo XIX han dado frutos. Con las cuotas de género, en la actualidad la mujer refleja mayor autonomía, mayor capacidad, mayor fuerza y desde luego un mayor liderazgo.

En las páginas siguientes se aborda algunas cuestiones sobre el tema. Se plantea como la mujer puede ser participe en el espacio público y no solo en el espacio privado, a su vez el liderazgo que una mujer puede tener frente al ámbito político, y cuál es la verdadera importancia que tiene el que la mujer sea participe dentro de la vida política.

La equidad de género en el espacio publico

No hace falta mirar a nuestro alrededor para percibir que la mujer tiene muy poca participación en los espacios públicos y con ello en la toma de decisiones.

La situación de la mujer en el ámbito público ha sido muy desigual, debido a la relación que le dan a un cargo público con el poder y este a su vez con el hombre.

Las mujeres siempre han tenido acto de presencia en los procesos y cambios sociales, pero no siempre ha sido reconocida su participación y lucha. Lo que sigue provocando una verdadera inequidad en pleno siglo XXI.

Para que exista una democracia verdaderamente equitativa es necesario que no exista una jerarquía en los espacios públicos y permitir que tanto mujeres como hombres participen de forma igualitaria, a su vez erradicar el problema de los prejuicios y tradiciones para que las mujeres puedan formar parte del espacio no solo privado sino también del espacio público.

Es preocupante y realmente importante que las mujeres formen parte de las actividades sociales, no solo por cubrir una cuota de género, como bien se puede estar dando en la actualidad. Si no que se actué con responsabilidad y un verdadero compromiso en los espacios públicos, aprovechando de esa manera la oportunidad de ser partícipes dentro de ese espacio.

Cabe hacer mención que como sociedad no debemos tener una visión en la cual se vea a la mujer en calidad de víctima y como un ser inferior y menospreciado por que no se le había permitido integrarse a las actividades sociales por parte de los hombres. Y que por la misma razón, sean ellos los que tengan la necesidad de incluir a las mismas dentro de las actividades sociales.

Para lograr lo anterior se deben romper tradiciones que se cambian a partir del tiempo, practicando los valores todos los días. En el espacio privado; buscando igualdad de responsabilidades. En el espacio público; implementando cambios regulatorios e institucionales en los cuales se integre a las mujeres y a los hombres por igual.

La perspectiva de género debe aplicarse en el espacio público y privado, la igualdad entre mujeres y hombres solo se lograra a partir de acciones en la vida cotidiana, en donde todos como sociedad erradiquemos una mentalidad vaga, donde no existan prejuicios, construyendo así sociedades con equidad de género.

Lograr la equidad de género debe ser un reto accesible para todas las sociedades, ya que ésta es fundamental para mejorar las condiciones de vida de las personas y con esto contribuir a la construcción de sociedades democráticas con una política plena y equitativa.

El liderazgo de la mujer y su despliegue al sector político

Un verdadero líder influye, persuadía, convence y conduce a las personas al objetivo de un bien común.

El planteamiento de una democrática que no excluya, conlleva a cambios profundos en la vida política. Tales cambios incluyen principios, valores, creencias, leyes, normas, patrones, que permite actuar en relación con ellos.

Las modificaciones democráticas no se pueden imponer; No ocurre por el hecho de que se remueven formalidades y estructuras en las leyes. Se trata de procesos paulatinos que no ocurren de la noche a la mañana, ya que se debe reconfigurar toda esa democracia y vida política y su compleja red de valores, creencias, normas y sobre todo de poder. En ese discurrir hacia otro modo de liderazgo.

El liderazgo es fundamental en el sector político y de él hablaremos en este apartado.

Si bien el liderazgo por parte de los hombres en la vía política no podemos juzgarlo como malo, ya que hay cosas verdaderamente rescatables. No obstante el liderazgo y la participación de las mujeres en lo político no son verdaderamente notables. Esto es notablemente contradictorio con la capacidad que una mujer posee como líder.

Uno de los verdaderos obstáculos a los que se enfrentaba la mujer para poder tener un verdadero liderazgo, eran las leyes e instituciones creadas que presentaban una verdadera barrera discriminatoria. Bajo este antecedente, se identificó la importancia de la inclusión de la paridad de género como parte de la reforma político electoral publicada en el Diario Oficial de la Federación el 10 de febrero de 2014, a través de la cual se reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en materia política-electoral.

Por lo que concierne a la actualidad un obstáculo que se hace presente es la fisura en las capacidades de la mujer, debido a que tienen una probabilidad menor en lo que respecta a la educación.

Como señala la resolución sobre la participación de la mujer en la política aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2011, “las mujeres siguen estando marginadas en gran medida de la esfera política en todo el mundo, a menudo como resultado de leyes, prácticas, actitudes y estereotipos de género discriminatorios, bajos niveles de educación, falta de acceso a servicios de atención sanitaria, y debido a que la pobreza las afecta de manera desproporcionada”.

Es necesario fomentar políticas públicas para mejorar la participación de la mujer como líder en el ámbito político.

Uno de los motores o principales impulsores para que la mujer tenga la función de liderazgo es crear espacios de capacitación, ya que esto permite que la mujer fortalezca sus capacidades y se supere a si de esa forma la inequidad de género.

Dentro de los avances más destacables en esta cuestión esta:

•El antecedente a la concepción actual de los derechos humanos, es la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano como resultado de la Revolución Francesa refrendada por las Naciones Unidas en 1948.

•Las mujeres avanzaron en el reconocimiento formal de sus derechos en la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra las Mujeres CEDAW, 1979.

•Los artículos 7 y 8 de la CEDAW tratan el tema de la participación política con equidad de género, gracias a este marco las mujeres han desarrollado capacidades y han potenciado sus oportunidades para participar en el ámbito de la política; la ley de cuotas y otros mecanismos han permitido avances importantes en el logro de los derechos de ciudadanía y participación política; aunque resultan todavía insuficientes para alcanzar la paridad en los espacios de representación.

•La Convención alude a las formas de discriminación contra las mujeres y determina la responsabilidad del Estado, en la construcción de políticas públicas y de mecanismos que preserven los derechos de las mujeres, y aborda temas relativos al derecho al trabajo, a la educación, a la salud, y otros referidos a las relaciones entre hombres y mujeres en el ámbito privado.

•En las sociedades latinoamericanas se atribuyen derechos y deberes según la condición de género, esto quiere decir que los derechos se aplican de forma diferente si se es hombre o mujer.

La importancia de la participación de la mujer en la vida política

La participación de la mujer ha tenido avances importantes que se ven reflejados en las últimas elecciones realizadas.

La intervención de la mujer en el mundo de la política le abre el paso a la aplicación de todos aquellos derechos que se han peleado, a una equidad de género y por tanto erradicar esas ideas machistas, aun en nuestros días y después de todo consideran que la mujer debe estar en casa para atender al esposo y a los hijos.

La participación de la mujer en lo mencionado anteriormente es una manera de demostrar que somos igual de capaces que los hombres, no alterando un poco la situación, inclusive podemos hacer las cosas mejor. El no permitir la participación en actividades de este tipo genera discriminación de género.

Si lo mencionado lo relacionamos con la paridad de género como forma de inclusión a la mujer en la vida política, se hace un tema bastante corto, demasiado cerrado, y no lo considero debatible, ya que la paridad solo busca en la vida política una equidad numérica mas no una equidad real, que de los espacios a quien por capacidad los merece. La mujer puede y debe participar en la vida política. Pero al entrar con un respaldo como la paridad, resulta una entrada bastante accesible y más fácil.

Ahora bien centrándonos un poco más en ¿cuál es la importancia de que la mujer participe en la vida política?, sabemos bien que la política o ciencias políticas es la “ciencia social que estudia la teoría y la práctica de la política, los sistemas y comportamientos políticos en la sociedad; su objetivo es establecer a partir de la observación de hechos de la realidad política, explicaciones lo más certeras posibles acerca de su funcionamiento”. ¿Pero qué tan cierto es esto? ¿La mujer tiene la misma capacidad o llámese facultad para realizar las mismas actividades?

La verdadera importancia de la mujer en la vida política radica en que Las mujeres constituyen la mitad de la población mundial y, por ende, su voz debe ser escuchada en el proceso democrático. Pues es el fin de la democracia es escuchar los intereses y las voces de todos los ciudadanos.

Así mismo el hacer partícipe a las mujeres en la vida política contrarresta un grave problema que se ha dado desde el siglo XIX y este es la desigualdad o inequidad de género.

Conclusiones

A 100 años de nuestro texto constitucional, donde se reconocía que la mujer mexicana tenía derecho a votar y ser votada, todavía queda mucho camino por recorrer para que su inclusión en la vida política del país sea más equitativo en relación con el hombre.

La participación de la mujer en la vida política se ha ido fortaleciendo; pero aún queda un largo camino que recorrer, para alcanzar una verdadera equidad, lo que conlleva a una democracia.

Para que exista una verdadera democracia plena y equitativa y de esa forma la mujer pueda ser participe en las actividades y decisiones políticas. Es necesario que la sociedad y el gobierno sobre todo de a conocer que existen mecanismos de participación y que las mujeres al igual que los hombres pueden ejercer sus derechos participativos.

En la actualidad la capacidad de actuar de las mujeres es cada vez más notable e impresionante. En los movimientos de mujeres de todo el mundo, en las organizaciones de la sociedad civil, en el ámbito del Estado y la sociedad política, y en el sistema internacional de asistencia para el desarrollo.

Los procesos de democratización, a los cuales contribuyeron los movimientos de mujeres, han alterado los términos bajo los cuales los grupos de mujeres emprenden la actividad política.

Es importante que las mujeres se posicionen como verdaderos actores sociales y políticos en cada uno de los ámbitos sociales. Aumentando sus espacios de poder en la sociedad, ya que de esta manera podrán acceder a los lugares de decisión y así poder incidir políticamente.






Formación electrónica: Luis Felipe Herrera M., BJV
Incorporación a la plataforma OJS, Revistas del IIJ: Ignacio Trujillo Guerrero