España plurinacional

Publicado el 13 de septiembre de 2017

Jorge Alberto González Galván
Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM,
jagg@unam.mx

Apenas conozco un poco la historia de mi país como para hablar con autoridad de otro. Me parece, en todo caso, por elemental conocimiento de la historia, que no hay pueblo o nación en el mundo que sea puro, inmaculado u homogéneo en lo cultural, por ello, tanto España como México comparten, en lo individual como en lo colectivo, una genética multicultural antigua y en evolución permanente. Siendo así, no nos debe asustar el debate sobre la existencia de diferentes naciones o nacionalidades en España.

En México ya tuvimos dicho debate, y nuestra Constitución admite que somos una nación “pluricultural”, como Bolivia se autodefine como “plurinacional”. Del mismo modo, Canadá reconoce a sus pueblos indígenas como “primeras naciones” y Ecuador como “nacionalidades”. Esta diversidad de idiomas y maneras de ser y pensar son un patrimonio a preservar, motivo de orgullo y por el que debemos construir las reglas para su sano y armónico desarrollo. A falta de este conjunto de normas, que yo llamo de “derecho intercultural”, se corre el riesgo de la desintegración de los Estados y países.

Desde 1982 se creó, en el seno de Naciones Unidas, un Grupo de Trabajo sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas que logró, en 2007, que la Asamblea General aprobara una declaración donde se les reconoce su derecho a la libre determinación al interior de los Estados; es decir, su autonomía. Y ello no ha provocado guerras porque la interpretación del derecho a la libre determinación no significa soberanía, separación o independencia de los pueblos con relación al Estado donde se encuentran. De este modo, se desactiva cualquier temor o propaganda que pregona, o profetiza, la desintegración.

No querer ver que en España hay pueblos o naciones “indígenas” u “originarias” (en su sentido literal) sería mera miopía. Josep Colomer nos recuerda que los mismos “Estatutos de Autonomía” vigentes reconocen ocho: País Vasco, Cataluña (desde 1979), Galicia (1981), Canarias (1996), Comunidad Valenciana (2006), y desde 2007, Andalucía, Aragón e Islas Baleares (Carta al Director, El País, 5.9.17:16). ¿Qué necesita hacer España para consolidar jurídicamente esta evidencia sociológica? Imitar a los países que ya han reformado sus Constituciones, pasando a fortalecer su unidad en esta diversidad como Estado federal.

El Estado español debería convocar a una consulta para que las personas decidan si quieren una reforma constitucional para convertirse en un Estado federal plurinacional. No sé si lo anterior desactivaría la intención del gobierno catalán de convertirse en un Estado independiente, pero podría intentarlo, sobre todo, escuchando, de esta manera, la opinión de los catalanes que quizá no estén de acuerdo con la separación.



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