La doctrina del shock y el 19 de septiembre

Publicado el 17 de octubre de 2017

Víctor Manuel Rangel Cortés
Doctor en Derecho de la FES Acatlán de la Universidad Nacional Autónoma de México,
twitter@VictorMRangel

Nuevamente, a México le ha tocado vivir la tragedia del sismo del 19 de septiembre (19S).

Luego de 32 años —justo en el mismo día— y después de llevarse a cabo el simulacro conmemorativo del terremoto de 1985, la Ciudad de México vio caer edificios, escuelas, personas desaparecidas, heridos y muertos.

Por entonces, los ciudadanos se volcaron a las calles y pusieron en pie a una ciudad devastada por la naturaleza. En la nueva versión del 19S, otra vez ha sido la población la que gracias al espíritu de unidad nacional, que muchas veces nos hace falta, ha dado la cara ante la tragedia.

Verdaderamente, esa reacción de la gente merece sentirse orgulloso y digno de ser mexicano. Ojalá que este mismo espíritu nos permita combatir de manera frontal al sistema político corrupto y cínico que nos gobierna.

Lo lamentable es que la economía y la política, como en cada evento de este tipo, aprovecharán las condiciones de vulnerabilidad para, por lo menos, intentar sacar beneficios de la situación.

En países como México, con una ideología neoliberal implantada desde el exterior y asumida en el interior, se aplica la doctrina del shock. Hay que recordar que el neoliberalismo es una corriente económica basada en la exclusión del Estado en el mercado. De esta manera, las grandes empresas se apropian de los bienes nacionales, los servicios y todos los recursos que, según la Constitución, son nuestros.

Jürgen Habermas, en su libro La inclusión del otro, señala que el sistema económico es el que marca la pauta para la operación de otros sistemas sociales. Bajo ese esquema, las grandes empresas, sobre todo las transnacionales, convierten al ser humano en una cosa a la que hay que explotar en menoscabo de los derechos humanos.

Asimismo, las políticas del neoliberalismo son radicales, no tienen límites en el derecho y mucho menos en la política. Por el contrario, estos sistemas se adecuan para ser vasallos del dinero.

¿Qué relación tiene el neoliberalismo con el 19S? En primer lugar, dicho sistema económico, de la mano subordinada de los políticos, siempre busca sacar ventaja de los problemas que afectan a la sociedad. Así, ante la pena que embarga a nuestro país, siempre habrá alguna ganancia para la economía y para la política.

Es aquí donde la doctrina del shock hace su aparición. De acuerdo con esto, la economía y la política se valen de catástrofes que dejan en un estado de alteración psicológica a los pueblos para poder aplicar acciones que normalmente no tendrían el consenso suficiente para ser ejecutadas.

Así, la política es capaz de generar guerras, conflictos sociales o puede aprovecharse de los desastres naturales para obtener beneficios. En su libro La doctrina del Shock, Naomi Klein señala que “en esos períodos maleables, cuando no tenemos un norte psicológico y estamos físicamente exiliados de nuestros hogares, los artistas de lo real sumergen sus manos en la materia dócil y dan principio a su labor de remodelación del mundo”. Pero esa remodelación se hace a partir de la visión neoliberal y política, no de quien sufrió el daño.

A su vez, se señala que conflictos como la guerra de las Malvinas, el 11 de septiembre o desastres naturales como el tsunami de 2004 en Indonesia, o la crisis del huracán Katrina, fueron aprovechadas para implantar disposiciones que beneficiaban sólo a las grandes empresas.

En México, los tiempos son ideales para aplicación de este tipo de doctrina, hacer venta política para las elecciones presidenciales de 2018 y que los empresarios generen riqueza con el 19S.

De entrada, todos fuimos testigos de la invención de la novela de “Frida Sofía”. Esta pequeña, gracias a los medios de comunicación, existió en la mente de los mexicanos que con ansiedad esperaban su rescate, ¿a quién no le quiebra el corazón una historia cómo está? Ese drama no lo tiene ni la “Rosa de Guadalupe”.

Sin duda la actuación del ejército ha sido importante y se le debe reconocer. Sin embargo, hay que considerar que luego del 85 se supone que ciertas instituciones estaban absolutamente preparadas para enfrentar el problema. Así que, la capacitación, los recursos y herramientas debían estar a la mano de nuestras fuerzas armadas.

Dentro del Plan DN-III se encuentra previsto un Puente Militar Colgante Peatonal. Este instrumento, según la Sedena, “puede ser montado y desmontado totalmente a mano sin la necesidad de maquinaria o equipo especializado, realizando el montaje en un tiempo de 48 a 72 horas”.1 ¿Cómo es que en los lugares donde hubo derrumbes se pedían herramientas más convencionales como palas, picos o guantes?

Una de las reformas o legislaciones nuevas que se han discutido desde hace tiempo en el Congreso es la de seguridad interior. Con esta disposición se concretará la legalización de la militarización de nuestro país. A partir del 19S abundan las imágenes o historias que enaltecen al ejército. Lo cierto es que en el estado de shock que hoy vivimos, la militarización puede encontrar la legitimidad necesaria para luego legalizarse. Esto muy a pesar de las violaciones a los derechos humanos señalados en el informe 2016 de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Por otro lado, ya los partidos políticos venden acciones electoreras. Por ejemplo, la desaparición de legisladores plurinominales, el destino de su presupuesto para campañas políticas para la reconstrucción de la ciudad y otros. Aquí, la premisa debe ser que la casa nunca pierde. No es nuevo que un partido político o grupo parlamentario, para poder hacerse de recursos, despida o deje sin bonos económicos que corresponden a secretarias, choferes o asesores. Cabe la reiteración, la casa nunca pierde.

El gobierno ha anunciado que para la reconstrucción se permitirá a los afectados tener acceso a préstamos con tasa baja. Esto significa, sin lugar a dudas, que alguien sacará provecho de la tragedia a través de los intereses generados.2

Igualmente, para la reconstrucción de las zonas afectadas se recurrirá a las constructoras privadas, consentidas por un gobierno que solapa socavones, serán las encargadas de la reconstrucción de la Ciudad de México. Nuevamente, la casa nunca pierde, ninguna empresa lo haría gratis.

De esta manera, la doctrina del shock entra al juego para aprovechar la conmoción que vive México y de esa manera, ejecutar una serie de políticas públicas rapaces que sólo beneficiaran a la economía y al poder político.


NOTAS:
1 Al respecto se recomienda revisar el vínculo:https://www.gob.mx/sedena/acciones-y-programas/puente-militar-colgante-peatonal-plan-dn-iii-e
2 Se recomienda revisar el vínculo:https://www.gob.mx/presidencia/articulos/medidas-para-la-reconstruccion-de-la-ciudad-de-mexico-tras-sismo?idiom=es


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