La educación jurídica1

Publicado el 13 de noviembre de 2017

José Dávalos Morales
Profesor de Derecho Laboral en la Facultad de Derecho de la UNAM,
josedavalosmorales@yahoo.com.mx

Al ser recibido recientemente como integrante de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, el doctor Raúl Contreras Bustamante, Director de la Facultad de Derecho de la UNAM, expresó que la existencia de un Estado de Derecho no es otra cosa que el sometimiento por igual, de gobernados y gobernantes, al imperio de la Constitución y de las leyes; es la igualdad entre hombres con poder y los ciudadanos.

Dijo que atravesamos por una etapa difícil en el país, caracterizada por la inobservancia de la ley, violencia, impunidad, desigualdad social y corrupción generalizada en todos los ámbitos de gobierno y del resto de la sociedad.

En un documento que los profesores de derecho deberíamos leer y tomar conciencia de los valores que invoca, el doctor Contreras Bustamante habla de la pertinencia de diseñar, a partir de una profunda reflexión, la formación futura de los profesionales del Derecho, con base en una nueva visión del perfil del abogado.

De las diferentes áreas para brindar una educación jurídica de excelencia en México, se refirió a cinco:

1. La actualización. La enseñanza del derecho debe estar sujeta a una labor de actualización permanente; los contenidos de las materias deben reflejar al día los cambios legislativos que se van presentando.

2. La armonización con el derecho internacional. Los maestros que sólo enseñan a sus alumnos las normas jurídicas de origen nacional, los estarán condenando a una franca desventaja frente a quienes se forman y ejercen la abogacía, apoyados también en las normas internacionales.

3. Cambio de paradigma; los métodos alternativos de solución de controversias. Es necesario cambiar la vocación formativa de abogados “litigantes o pleitistas”, para fortalecer los modelos de solución de conflictos jurídicos con soluciones conciliatorias, mediadoras, rápidas y de bajo costo, a fin de fortalecer el tejido social.

4. La oralidad. Sin descuidar el manejo del uso correcto del idioma escrito, los profesores debemos enseñar a los alumnos el uso adecuado de la palabra hablada como medio de persuasión y convencimiento de los razonamientos y los fundamentos teóricos.

5. Nuevas áreas para la práctica jurídica. El abogado debe ser enemigo capital de la mentira y la deshonestidad, incapaz de fraude o artificio. La falta de colegiación entre los abogados ha limitado la exigencia de la actualización de conocimientos y ha impedido que se establezcan métodos y reglas para exigir un comportamiento ético dentro de nuestro gremio.

Tenemos que elevar la reputación de los abogados ante la ciudadanía.


NOTAS:
1 Se reproduce con autorización de el autor, publicado en La prensa, el 28 de octubre de 2017.


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