Riesgos de la sociedad actual
Publicado el 30 de noviembre de 2017
Víctor Manuel Collí Ek1
Investigador del Centro de Investigaciones Jurídicas, Universidad Autónoma de Campeche,
vimcolli@uacam.mx
www.victorcolliek.com
“¿Y porqué no requerir que cada ciudadano en edad de votar tenga una cuenta Circle? ¿Qué tal si dejamos de duplicar los servicios y hacemos todo parte de un sistema unificado? Podrías usar tu cuenta Circle para pagar impuestos, para registrarte para votar, para pagar tus tickets de estacionamiento, para hacer todo”.
¡Suena flamboyantemente interesante! Todo muy simplificado, además de práctico —tiempo, esfuerzo—, ¡se ahorrarían millones! Definitivamente la idea inicial es algo atrayente, pero ¿qué es Circle?
Es la empresa de ficción creada por el autor Dave Eggers —aunque la crítica dice que indudablemente se refiere a Facebook— que protagoniza su reciente novela, del mismo nombre, The Circle.
La cita se refiere a una escena en donde buscando “cerrar el círculo”, se expone cuál sería el siguiente paso: si todos tenemos una cuenta Circle, si la interface es más sencilla de operar, efectiva, inclusive con el ofrecimiento de una respuesta más rápida, dicen en la trama, usémosla para mejorar la democracia.
Ahora que está tan de moda el simplificar y centralizar para mejorar, como por ejemplo, “centralicemos las elecciones, será mejor si contamos con un solo instituto electoral en vez de muchos repartidos en los estados de México”, vale la pena pensar con detenimiento esto.
Desde siempre, el hombre ha tenido la idea de que el poder en una sola persona o institución no es aconsejable; los sumerios —la primera civilización humana en forma— lo sabían desde hace 4,500 años. En la formidable novela En un mundo azul oscuro de reciente cuño, somos testigos de cómo el rey encuentra su freno en las instituciones religiosas —Naram-Sin vs. Enheduanna (por cierto, la primer gran poetisa)—. Para los espartanos, igualmente y como nos muestra la película 300, el rey tenía que pedir permiso al Éforo. Los EUA en sus inicios crearon el federalismo para dividir más el poder, en el entendido de que si el hombre es imperfecto, la división del poder reduce la corrupción de quienes lo ostentan.
Aun con estas ideas, la visión de la centralización y la simplificación en nuestro tiempo enfrentan un “pequeño” inconveniente; el efecto Snowden. Las grandes empresas de tecnología trabajando con los gobiernos para infiltrarse en la vida de las personas. El gran hermano, como la economía, dejado a su libre albedrío, no busca la felicidad de las personas, sino su propia supervivencia a expensas de los individuos.
El gobierno de los EUA, en coordinación con Google, Facebook, MSN, etcétera, vigilan a sus ciudadanos, a los ciudadanos de todos los países, a las propias empresas tecnológicas, a los gobiernos de los otros países, al papa, ¡a todos! Bueno, casi a todos, como si se tratara del argumento de una novela de Dan Brown, salvo al grupo llamado “los Cinco Ojos” —EUA, UK, Australia, Canadá y Nueva Zelanda, todos anglófonos— que han acordado colaborar estrechamente, pero no autovigilarse.
Pero ahora, como nos dice el profesor Timothy Garton Ash, “Las nuevas tecnologías no sólo facilitan el trabajo de los servicios secretos, sino también el de los periódicos sensacionalistas. Proteger la intimidad personal, sin embargo, es crucial para la libertad y la seguridad”. Esto nos lleva a una pregunta básica: ¿vivimos un nuevo modelo de sociedad?, ¿una donde estamos hiperconectados? “Todos, en silencio, concentrados en el micromundo de su teléfono o tableta. Navegando, tuiteando, intercambiando mensajes por WhatsApp con otros, pero sin hacer puñetero caso al que tienen al lado”, nos dice José Ebola al referirse al ambiente en Silicon Valley, la meca del desarrollo tecnológico en el mundo. ¿Es el mundo en el que vivimos ahora, donde nos ponemos de pechito para que nuestros derechos no sean tomados en serio?
Con todas estas ideas en la cabeza bien nos podemos preguntar ¿en realidad centralizar, simplificar, es mejorar? Con 5,000 años de vida social desarrollada, donde hemos visto sociedades más favorecidas que otras, pero siempre con problemas propios, ¿aún buscamos la perfección o convendría mejor reducir los riesgos? Algo hemos aprendido: centralizar, simplificar, favorece la desnaturalización del ejercicio estatal. Es riesgoso. Hagámosle caso al gran jurista romano Cicerón: la historia es la maestra de la vida.
Formación electrónica: Yuri López Bustillos, BJV
Incorporación a la plataforma OJS, Revistas del IIJ: Ilayali G. Labrada Gutiérrez