La democracia de pocos

Publicado el 30 de noviembre de 2017

Víctor Manuel Collí Ek1
Investigador del Centro de Investigaciones Jurídicas, Universidad Autónoma de Campeche,
vimcolli@uacam.mx
www.victorcolliek.com

En un artículo denominado “De la democracia a la violencia divina”, publicado en el libro Democracy in What State? (Columbia University Press, 2011), el pensador Slavoj Zizek se refiere a tres cuestiones sumamente relevantes en el entorno democrático actual: a) democráticamente qué se puede votar; b) relación democracia-capitalismo, y c) el fenómeno VIP.

¿QUÉ SE DECIDE EN DEMOCRACIA? El autor propone una serie de interrogantes interesantes al referirse al hecho de que en 2007, en la República Checa, a pesar de una significativa oposición a la instalación de radares de la armada norteamericana en su territorio, el gobierno continuó con el permiso, negándose, inclusive, la posibilidad de un referéndum, bajo el argumento de que esas eran materias de seguridad nacional, y por tanto, de los expertos militares, por lo que no era conveniente dejarlo al voto popular. Dentro de las preguntas que el autor propone una es lapidaria: ¿qué es lo que sí se puede votar?

El autor, siguiendo a Lacan, nos hace una serie de reflexiones sobre este tópico. Existe una disyunción entre conocimiento y poder. Parte de la premisa de que en la sociedad actual sucede que el exponencial crecimiento descontrolado de conocimiento corre acéfalo, lo que significa que “conocemos más cosas pero no sabemos qué hacer con ellas”.

En el terreno de la democracia esto tiene una consecuencia clara: la relación entre soberano y súbdito. Servir a la gente, pero ¿a quién? El hecho de ser servido no tiene una existencia sustancial positiva, es una paradoja que incluye una serie de paradojas autorreferenciales: la gente como individuos se sirven a sí mismos, sus líderes agrupan los universales intereses de la gente, pero al final ¿quién sirve a quien?

Otra línea de argumentación interesante del autor es la que defiende el razonamiento de que democracia (liberal) y capitalismo van de la mano, lo cual, aparentemente, resulta una paradoja en la realidad china actual. ¿Cómo es posible que un país sin estándares aceptables de democratización sea una potencia económica? Zizek nos invita a no olvidar el pasado de los países occidentales; si el capitalismo devino en “el” modelo económico, los países occidentales no siempre fueron precisamente democráticos, sobre todo si reconocemos que cuando surgió el modelo del capital nos encontrábamos con países que tenían una larga tradición absolutista. En consecuencia, la relación capitalismo-comunismo “lejos de ser una ridícula anomalía, es una probada bendición”, diría Zizek, y hace otra pregunta shockeante: “¿Qué tal si esto es señal de que la democracia, como la entendemos, no es más una condición y líder del desarrollo económico, sino su obstáculo?”. No olvidemos que el peligro actual de la democracia es el crimen organizado, y la respuesta del Estado ha sido reprender.

Una tercera reflexión es la que se refiere a los efectos de la globalización “VIP”, dice Zizek. Una de las cosas que se dejan claras son las líneas internas de división que la sostienen, y esto es un poco recordando a Wallerstein, cuando se refería a los diversos sistemas dentro del sistema capital, básicamente el centro-periferia, o como se diría en la película Ocean’s Therteen “The very important people (VIP’s) and the very unimportant people (VUP’s)”. Esto tiene lecturas. El de la explosión de la creación de espacios cerrados dentro de la sociedad, que aísla a los ciudadanos por clases, es uno de ellos. Pensemos en Brasil, donde en Río hay dos realidades, la de aquellos que viajan en helicópteros a los centros de trabajo y recreación “members olny” y la de aquellos que viajan pegados al suelo.

Esto es quizá una muestra más de lo aprendido de lecciones pasadas, básicamente los cambios bruscos de realidad conocidos como revoluciones, dice Zizek. Las revoluciones se dan cuando todos los antagonismos colapsan en uno solo, bajo una fuerza sinérgica; las revoluciones esperan ese momento, pero tal vez lo que ahora está pasando es lo contrario a la espera: ya no se espera, ahora se tiene miedo de llegar a eso. Y justamente por esa razón la necesidad de aislar, de crear universos que no nos permitan ver que hay más realidades, otras formas de vida y circunstancias que nos dejan soñar, desear, cambiar, etcétera.


NOTAS:
1 Responsable del proyecto de investigación “La Suprema Corte y la defensa de los derechos humanos en el nuevo paradigma jurisprudencial en México. Doctrina constitucional en serio”, financiado por la SEP-PRODEP, del cual el presente es producto. Agradezco los comentarios hechos a este trabajo por parte de mis compañeros del Cuerpo Académico: Derechos Humanos y Problemas Constitucionales, UNACAM-CA-55, e, igualmente, mi gratitud a Israel Neftalí Naal Zarate, alumno de la licenciatura en derecho de la UAC, por su participación. Asimismo, agradezco la colaboración y los puntuales comentarios del Dr. Gustavo González Galindo, líder del Cuerpo Académico “Eficacia Jurídica y Derechos Humanos” de la Universidad Autónoma del Estado de México, que sin duda mejoran el contenido del presente estudio.

Formación electrónica: Yuri López Bustillos, BJV
Incorporación a la plataforma OJS, Revistas del IIJ: Ilayali G. Labrada Gutiérrez