La esclavitud en Libia: una estrategia para disimular otras cuestiones relevantes

Publicado el 12 de febrero de 2018

Mohamed Abdillahi Bahdon
Doctorando en sociología de la educación de la Universidad de Murcia,
bahdonabdillahi@gmail.com

La difusión de fotos de inmigrantes negras/os africanas/os, vendidas/os en Libia por el canal estadounidense CNN, ha planteado un problema no resuelto por los Estados y las organizaciones internacionales: la esclavitud. La cadena ha difundido fotos de esta venta el 14 de noviembre de 2017. Si hubo leyes que pusieron fin a la esclavitud en Europa a fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX, la explotación de ciertos pueblos, que se han convertido en minorías en muchos países, como aborígenes en Australia, los amerindios, continuaron en otras formas. El desarrollo del capitalismo y el liberalismo o lo que algunas personas llaman neoliberalismo ha forzado la servidumbre a millones de personas. Las crisis financieras de los últimos años han reforzado la dominación de quienes sostienen las palancas de la economía especulativa. Los gobiernos, controlados y sujetos a la voluntad de grandes grupos especulativos, maltratan la ley laboral y la ley social. El execonomista del Banco Mundial y economista Nobel Joseph Stiglitz afirma acertadamente que “los ricos que buscan manipular el sistema político para sus propios fines están encantados con este resultado”.1

La simplificación es común en todos los discursos y en la vida cotidiana. Por lo tanto, es necesario ir más allá de la manipulación, directa o indirecta, por diferentes medios producidos por el hombre.

Simplificación de un hecho histórico y actual

La sociedad de la información y la comunicación impone un ritmo y agendas controladas por los grupos minoritarios, que controlan todo hasta la mente de la gente. El tratamiento sobre-mediatizado quita a gran número de personas la capacidad de pensar. La CNN es una cadena del sistema, que manipula la información. ¿Qué credibilidad pueden tener sus informaciones?

La esclavitud se ha practicado y practica en muchas sociedades humanas de todo el mundo. Ha marcado las estructuras sociales y mentales de diferentes pueblos, algunos dominados por la creación del complejo de inferioridad. La colonización europea en África en el siglo XIX reforzó la esclavitud. Al imponer sus valores, su visión de la organización política y social y su fuerza militar, los colonos europeos han continuado de otra manera la práctica de la esclavitud al privar a los pueblos indígenas de sus derechos, dignidad y libertades. Con el surgimiento de las fronteras coloniales, es el fin o el control de la movilidad de muchos pueblos africanos.

En Occidente, sin embargo, ha habido un movimiento ciudadano para la abolición de la esclavitud, sin duda vinculado a la evolución de las mentalidades y a una Europa en un nuevo siglo en el que el debate de ideas y leyes domina la vida política. Algunas leyes incluso han sido iniciativas ciudadanas. Las autoridades coloniales aplican más o menos las leyes nacionales que prohíben esta práctica en sus colonias. Pero mercenarios, escritores y otros aventureros como Henry de Monfreid y Joseph Kessel2 en el Cuerno de África explicaron que se practicaba hasta fines de la década de 1940.

Esta región está a caballo con el mundo árabe-persa-turco y África. En esta parte de África, la esclavitud es practicada por los países árabes, persas y turcos, que nunca han adoptado leyes que la prohíban. Sus ciudadanos eran libres de continuar esta práctica. Está es tan enclada en sus cabezas que hoy en día, las/os trabajadores extranjeras/os, sobre todo procedentes de los llamados países pobres de África y Asia, sufren las prácticas esclavas de los empleadores. Al llegar en el país de inmigración, se les quitan sus documentos nacionales como el pasaporte. Es requisado por empleadores deshonestos y no puede pedir ayuda por miedo a ser maltratada/o y expulsada/o, si tienen suerte. Las mujeres domésticas son las que más sufren. Sujetos a una dieta dura: 7 días de trabajo, desnutridas, mal alojadas, insultadas y reprendidas, violadas... No pueden tener una vida privada. Recientemente se aprobó una ley en el Líbano que prohíbe a estas mujeres tener relaciones sentimentales. Su trabajo no está valorado; es un trabajo que los mata a fuego lento. Son trabajadoras, seres humanos, que no existen en sus países de origen y en los países donde son explotadas. Como trabajadores invisibles, su destino no preocupa a nadie.

Con la imposición del liberalismo, se han multiplicado las formas de esclavitud.

Las diferentes formas modernas de esclavitud en el mundo

El esclavo no es sólo la persona encadenada y privada de su libertad de movimiento. Pero también es la persona que ve vulnerados sus derechos sociales y especialmente la tutela de la legislación laboral por parte de los gobiernos liberales.

Las crisis económicas y sociales son una oportunidad para que los gobiernos liberales adopten leyes y otros decretos, que establecen la ley del más fuerte, es decir, la del capitalista, del don dinero. Los líderes políticos y de las empresas, especialmente los de las grandes compañías multinacionales, explican a cualquiera, que quiera escuchar sus liturgias, que crean empleos a través de la relajación de las leyes laborales —lo que llama comunemente reforma—, los impuestos sobre la nómina salarial y los salarios. La necesidad de estas crisis siempre equivale a acusar y reducir, e incluso eliminar, las contribuciones de los empleadores a los diversas cajas para sus empleadas/os, piden que se reducen mientras que las del asalariado sean mantenidas las de los empleados. En tiempos difíciles, las negociaciones entre el gobierno y las/os representantes del capital son más como una puesta en escena que como el reflejo de una responsabilidad social que el gobierno debe tener. ¿Cuál es el propósito de las condiciones negociadas por las multinacionales con los líderes políticos tanto del “Norte” como del “Sur”? Tener el campo libre para explotar a las/os trabajadores empobrecidas/os mientras sus capacidades de chantaje a las/os dirigentes políticos y de diversión no sufren ninguna represión. Su riqueza mal aquerida, la evasión de los impuestos que recobre el Estado, teóricamente para el beneficio de la sociedad y la colocación de sus ganancias en paraísos fiscales, siguen desangrando las arcas del Estado.

Finalmente, la Unión Europea ha puesto, mejor tarde que nunca, sus ojos en los paraísos fiscales. Algunos de los cuales son propiciados por países miembros mientras que otros desarrollan sistemas de deducción de impuestos ventajosos para las clases más ricas y las grandes multinacionales como Amazon, Google, Ikea, constructores de coches… La mayoría debe estar sujeta a una vigilancia muy vehemente. Los paraísos fiscales son una serpiente que se muerde la cola. ¿Cómo se pude luchar contra estos paraísos si adoptan políticas liberales? Éstas crean prácticas mafiosas, donde los principales actores violan las leyes con la complicidad de ciertos líderes, leyes aún debatidas y adoptadas por los parlamentos, que se suponen representan la voluntad popular. Aquellos que confían en éstas prácticas de la mafia ignoran el Estado de derecho, que se convierte en una expresión banal: vana. Se invoca más en las relaciones con los Estados como los derechos humanos, mientras que su implementación a nivel nacional pasa a segundo plano. Los jugosos contratos tienen prioridad sobre los derechos más elementales. Occidente, que cree ser el centro del mundo del pensamiento legal y la dinámica democrática, usa y abusa de esta expresión.

En Occidente y en lo que se ha llamado democracias consolidadas, los derechos humanos son negados y violados intencionalmente, por ejemplo, en el trato a las/os migrantes. Las/os últimas/os en llegar en las fronteras-fortaleza de la Europa comunitaria son el símbolo ilustrativo de un estado de derecho más teórico que práctico. Esta Europa, cerrada, encierra a los migrantes en centros, ubicados en los países del Magreb, en el África negra y en Turquía, contra el pago de miles de millones de euros a los gobiernos, que no respetan los derechos del hombre. Esta Europa donde el racismo y el discurso extremista son trivializados,3 enterró el derecho de asilo4 e inventó las minis de Guantánamo, discretas y desconocidas para el público en general. La corrupción de los sistemas políticos europeos, africanos y turcos encuentra un terreno fértil en el que se intercambian millones de euros a espalda de las/os ciudadanas/os. La política de inmigración de la Unión Europea desde 1997 ha creado un espacio para los grupos mafiosos y durante los últimos años para los grupos terroristas. Un país como Libia donde la soberanía escapa a un poder central, la inmigración de jóvenes subsaharianos es un regalo del cielo para ganar dinero fácilmente para los grupos terroristas.

En vez de buscar otras soluciones, las organizaciones internacionales se esfuerzan por imponer una única salida: la austeridad. En los países del Sur, los programas de ajuste estructural, impuestos por la banda del FMI y el Banco Mundial no han resultados positivos tanto económicos como sociales tanto en África como en el resto del mundo. Con la crisis de 2008, la Unión Europea descubre la austeridad como una solución. Pero está empeorando la situación de países del sur como Grecia, España y Portugal hasta tal punto que la pareja FMI-Banco Mundial a reconocido errores de sus cálculos a la diferencia de los países africanos y latinoamericanos. E incluso si hablamos de recuperación en estos países, las consecuencias son dramáticas para las poblaciones más débiles.

En la década de 1990, Occidente, Estados Unidos y Canadá temían la magnitud de la crisis en México y Tailandia.

Los jóvenes migrantes de los países del Sur emigran para satisfacer las demandas de ciertos sectores de la economía sumergida en los países del Norte. Si una parte de la riqueza de estos países proviene de la existencia de esta economía en margen de las leyes. Y a pesar de una alta tasa de desempleo en el país de inmigración,5 especialmente el empleo juvenil. Las/os jóvenes de los países del Sur constituyen una preocupación para los gobiernos, cuya legitimidad está mermada por el electorado, que ya no le da la mayoría a un partido político para gobernar el país. Esta preocupación se resume a la seguridad. De hecho, la seguridad es solo un nuevo mercado para la economía de los países del Norte. En los últimos años, la vigilancia de fronteras se ha convertido en un negocio que se benefician exclusivamente grandes compañías de seguridad y de producción de armas. En su libro, Xenophobia Business. ¿Quién se beneficia de los controles migratorios?, la abogada, Claire Rodier, ha analizado la ambigüedad entre la seguridad territorial y el control de este nuevo mercado por parte de las empresas privadas. En términos de beneficios el mercado de seguridad ya pasa delante de otros mercados. El mercado de la seguridad de las fronteras está en pleno auge. Se estimaba a 15 billones de euros en 2015, y está previsto que suba a 29 billones en los años 2020. No se trata sólo del aumento en la venta de armas ligeras y pesadas, el estallido y el desarrollo de guerras regionales, sino que también se caracteriza por un temor inducido a las poblaciones de los países del Norte en cuanto a la llegada y el asentamiento de inmigrantes y refugiadas/os, procedentes de países del Sur. Mientras que sociedades del Sur deben soportar medidas de las/os líderes arrogantes del Norte, por ejemplo, la privatización de las economías y el dominio de grandes empresas occidentales y asiáticas en las últimas décadas (empresas chinas), cuya búsqueda de ganancias inmediatas arroja miles de jóvenes formadas/os y profesionalmente aún activos. Las tasas de crecimiento de dos dígitos como Etiopía hasta 2015 o de 6% o 7% en Senegal u otros países africanos no crean empleos dignos y condiciones de vida para la mayoría de la población. Las empresas extranjeras, que invierten en estos países como otros países del Sur, esclavizan a las/os trabajadoras/es. Las inversiones extranjeras no crean nuevas condiciones de vida para la ciudadanía de los países donde sus promotoras/os in vierten.

La globalización ha llevado al desarrollo de economías de monopolio por los grupos de la mafia a diferentes escalas (nacional, regional e internacional). Ha creado un mundo de encarcelamiento, rechazo del otro diferente, miedo y esquizofrenia de las/os líderes del Norte y una obsesión de economistas y líderes de organizaciones financieras y económicas por más liberalismo. El mercado libre basado en la oferta y la demanda sigue siendo un cuento para los estudiantes en su primer año de economía. Unos años después de abandonar el Banco Mundial, Joseph Stiglitz cuestionaba la efectividad del mercado. Cambiar el sistema económico nunca está en la agenda de las innumerables conferencias, que se suceden y cuyas conclusiones son similares.


NOTAS:
1 Joseph Stiglitz, Le prix de l’inégalité, París, Actes du Sud, 2014, p. 182.
2 Autor del libro Mercado de los esclavos, publicado en 1933, Joseph Kessel describe diferentes aspectos de la vida de los tiempos de la gente de esta región africana. Este es un momento en que la prohibición oficial de la esclavitud da paso a un mercado de esclavos, a veces con la complicidad de las autoridades coloniales.
3 Los ex países del Este miembros de la Unión Europea se niegan a llevar a cabo las medidas impuestas por una decisión de la Comisión Europea para distribuir a los refugiados que muestran la deshumanización de sus políticas internas, como Hungría, la República Checa, Polonia y Eslovaquia. Otros países tienen gobiernos cuya extrema derecha ocupa ministerios clave como el Interior, Asuntos Exteriores y Defensa como el nuevo gobierno azul-rojo de Austria.
4 La externalización de este derecho, por la posibilidad de pedir asilo en un país de tránsito, es una forma avanzada de su eliminación en el orden jurídico nacional y comunitario.
5 La migración de jóvenes con formación técnica y universitaria no está vinculada a las decisiones impuestas por las instituciones económicas y financieras creadas y controladas por el Norte. Entre estas decisiones, está la privatización de las empresas públicas, que caen en manos de grandes grupos occidentales. Y la búsqueda de intereses económicos y financieros tiene prioridad sobre la estabilidad económica y social de los países en los que viven. Sucede que una vez bajo el control de estos grupos, las empresas públicas desaparecen dejando a miles de personas desempleadas.

Formación electrónica: Yuri López Bustillos, BJV
Incorporación a la plataforma OJS, Revistas del IIJ: Ilayali G. Labrada Gutiérrez