Cuarto de guerra: México exige líderes preparados que crean en la Constitución y sus controles

Publicado el 22 de febrero de 2018

Nicolás Haddad López
Licenciado en derecho por la UNAM y maestro en derecho constitucional y amparo
por la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT),
haddadnicolas29@gmail.com

Los líderes sociales y políticos tenemos que asumir una responsabilidad ética y vinculante, esto es, apegar nuestros discursos, nuestras prácticas, político sociales, a una argumentación e interpretación moderna, actualizada, de los nuevos paradigmas constitucionales y convencionales.

En la última década México ha llevado a cabo un desacelerado proceso de reformas constitucionales y cambios jurisprudenciales que han cambiado el paradigma social. Se podrían enumerar un alto número de estos cambios, pero los más notorios son:

a) La reforma constitucional de derechos humanos de 2011 y su gemela la del juicio de amparo ese mismo año.1

b) La aceptación de la SCJN de qué todas la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos es obligatoria para todas las autoridades en México, aparte de las sentencias por las cuales se han condenado a México, también lo serán todas las demás.2

La creación y multiplicación de los organismos constitucionales autónomos, ya la vieja división de poderes ha sido desfasada, algunos ejemplos son: la CNDH, INAI, INE, INEE, Banco de México, etcétera.3

La teoría y la praxis política, es res pública, es cosa pública. Su fundamentación y principales motivaciones, tanto del discurso, como del lenguaje corporal, como de la praxis político electoral y partidista, en todos sus ámbitos, tienen que estar alienados —sin pretexto alguno—, al espíritu de la legalidad y de la constitucionalidad, incluyendo el control convencional.

Me preocupa, en lo personal, como animal político profesional (zoon politikón: la acepción animal político ideada por Aristóteles implica a grandes rasgos una persona preocupada por los asuntos públicos, y con ganas de participar activamente, contrario a otros significados que pugnan por la apatía hacia lo que es cosa seria, gobernar) y como académico, especialista en teoría del Estado, en teoría constitucional, en derechos humanos, y en los sistemas de protección nacionales e internacionales de los derechos fundamentales de todos los mexicanos, que se practique un discurso y un liderazgo político irresponsable, del color que sea, el más expuesto y de más alto perfil, es el del golfo de México, y por ello le apunto con tiros de alta precisión, precisamente porque conociendo el “cebo de mi ganao”, ha andado de “golfo”, durante las últimas casi tres décadas, en la siembra de un discurso y acompañado de un lenguaje corporal, que no solamente ha dividido y confrontado a muchos mexicanos, sino que sin argumentos ni motivaciones, fundadas en este nuevos paradigma constitucional y convencional, sigue manejándose con una irresponsabilidad ética con los mexicanos.

Los políticos profesionales, que por cierto, México no tiene muchos, y Tabasco menos, se dan año sabático o tiempo de reflexión, de autocrítica, de estudio, de actualización de los conocimientos teóricos adquiridos, y desde luego, después de este “recogimiento espiritual” digamos, relanzarse a la calle, a la batalla legitima por alcanzar sus sueños, pero con basamentos teóricos constitucionales y convencionales, actualizados, a modo con los tiempos. Redireccionar la praxis, discurso y el lenguaje corporal, de manera que ese discurso eduque, y ese lenguaje corporal sea ejemplo y las acciones, estén debidamente fundadas y motivadas en los controles constitucionales y convencionales, para marcar el rumbo a tus seguidores, a tus rebaños, a tus ovejas.

Practicar el juego del poder, sin creer en la Constitución (ya que actualmente, se ha logrado aceptar que la mejor forma de gobierno es el Estado Constitucional, con sus múltiples defectos es eternamente perfectible, el gobierno de “los hombres” o de “hombres iluminados, mesías” o “únicos salvadores de México” es una falacia, tal como los llamó Bobbio “es mejor el gobierno de las leyes que el de los hombres”. Sugiero consultar el Comparative Constitution Project de académicos de la Universidad de Chicago y Texas, para ver que gran parte de los países en el mundo tienen una constitución y una carta de derechos.4 México se encuentra entre los que tienen un texto antiguo, pero completo) y estar de antemano calculando cómo la vas a transgredir y cómo te vas a colocar por encima de la ley suprema y de las instituciones, lo único que demuestra, es que “el enano del tapanco”, no ha tenido tiempo, no se ha querido dar el tiempo de un año sabático en 30 años, para detenerse a observar el país y el mundo, que ya cambió radicalmente, de aquellos lejanos años de 1980 cuando se inició (las oleadas democráticas a las que hizo referencia Samuel Huntington. Además sugiero leer a Giovanni Sartori y su texto “Ingeniería Constitucional comparada” para analizar los cambios geo-constitucionales en el mundo).

Por eso no le tengo ni respeto ni reconocimiento, porque sigue de golfo sin estudiar, ni informarse de los nuevos sustentos constitucionales de la praxis político-electoral.

Ese para mí es un liderazgo “platanero”, “chicharronero”, analfabeta funcional, que no se prepara teórica ni emocionalmente, para lo que quiere... una especie de “tuerto”, seguido de ciegos. Más bien, se hace del asistencialismo para abanderar problemas sociales, sin darle una solución estructural, mediante el neopopulismo autoritario que no “oye” ni “escucha”, en un partido que es el menos democrático y menos plural que tiene el país.5

Los liderazgos políticos que México exige, tienen que conocer, sujetarse voluntariamente y hacer de la constitución y de los controles convencionales su credo: toda sociedad que no respeta la legalidad, avanza hacia el caos. La política no puede ni debe ejercerse igual que hace 30 años, es necesario que los actores políticos escuchen y practiquen una nueva política pública con enfoque en derechos humanos. Eso lo he venido tratando desde el Pacto de Salsipuedes, que he venido promoviendo y qué se ha visto materializado en reformas y diálogos constitucionales (participé en la Mesa de Acuerdo Político por Tabasco 2012-2014, entre los productos parlamentarios fueron: la Constitucionalización del catálogo de derechos humanos en la Constitución de Tabasco, la autonomía de la CEDH y la nueva Ley Estatal de Derechos Humanos), ese es el juego del poder, “el juego de salsipuedes”.


NOTAS:
1 Véase Salazar Ugarte, Pedro y Carbonell, Miguel, La Reforma Constitucional de Derechos Humanos: un nuevo paradigma, México, Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, 2011; Ferrer Mc-gregor, Eduardo y Sánchez Gil, Rúben, El nuevo juicio de amparo, México, Porrúa, 2014.
2 Véase la contradicción de tesis 293/2011 y puede consultarse la jurisprudencia en:http://www.bjdh.org.mx/interamericano/busqueda
3 Puede verse: Ackerman, John, Organismos Autónomos y Democracia, México, Siglo XXI, 2007.
4 Disponible en:http://comparativeconstitutionsproject.org/
5 Véase las tendencias oligárquicas que hay dentro de “morena” en opinión de Bolívar Meza, Rosendo, “Movimiento Regeneración Nacional: democracia interna y tendencias oligárquicas”, Revista Foro Internacional, El Colegio de México, abril-junio de 2017.


Formación electrónica: Yuri López Bustillos, BJV
Incorporación a la plataforma OJS, Revistas del IIJ: Ilayali G. Labrada Gutiérrez