El Estado Mexicano: ¿un Estado anómico?

Publicado el 2 de marzo de 2018

Antonio Tristán Rodríguez
Estudiante de la Maestría en Derecho de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí,
antoniotristan@hotmail.com

Antes de poder hablar sobre un concepto de anomia y las consecuencias tanto negativas como positivas que pudiera tener en el comportamiento del propio individuo que actúa de manera anómica y dentro de la sociedad, en el que dicho individuo convive y se desarrolla, debemos hablar de sociedad.

Una sociedad es un conjunto de personas que comparten características culturales, religiosas, políticas dentro de un territorio en específico donde la mayoría tiene los mismos valores culturales y morales.

Ahora bien, teniendo clara la idea de una sociedad y aceptando que se siguen ciertas costumbres, creencias y normas que todos los individuos deben respetar; cuando alguno de estos rompe alguna de estas normas o cuando la sociedad no tiene reglas, se denomina anomia.

Pero que tan posible es que exista una sociedad, por más pequeña que sea, en estado de ausencia de normas, reglas o leyes que la regulen o controlen, tal vez podría ser una sociedad precaria que no cuente con legislación, pero existirían normas morales que ocuparían el lugar de las normas legislativas. Entonces como conclusión personal sobre el concepto de anomia puedo decir que es el desacato de cualquier norma (ya sea que esté legislada o sea de carácter moral), atentar contra las creencias o la cultura que la mayoría de la sociedad tiene como característica de esta misma, incluso no seguir las mismas tradiciones que representan a la sociedad.

En el supuesto de que la anomia fuera una ausencia total de normas que regulen a la sociedad, sería el más grande de los problemas que una sociedad podría tener, ya que todos los individuos podrían hacer lo que ellos creyeran como correcto o lo que mayor beneficio les diera para su desarrollo dentro de esta sociedad y podrían obtener todo lo que ellos deseen, perjudicando con sus propios intereses la sana convivencia de la población en general y teniendo como consecuencia que la sociedad no tenga un correcto desarrollo y crecimiento.

La anomia puede ser vista como un mal que se caracteriza por la falta de delimitación en el actuar de las personas que conforman la sociedad siendo que realmente no existen las normas o que el propio Estado no cuenta con un medio de control que sea capaz de sostenerlas para garantizar su cumplimiento.

Pero qué factores orillan a una persona a querer romper las normas que la misma sociedad adopta, un posible elemento para motivar al individuo a tener conductas anómicas, es la situación económica, si una sociedad atraviesa por una desestabilidad económica o carece de posibilidades de empleo, el individuo estará más vulnerable a actuar en contra de las reglas (anomia) y será mayor la posibilidad de que incurra en delitos, específicamente en robos, extorciones, etc, que atentan contra la sociedad, siendo el delito, el más claro de los ejemplos de anomia, ya que además de romper las normas que la sociedad tiene impuestas, el impacto en la sociedad es más fuerte y daña a un sector más amplio de la sociedad.

Para contar con una sociedad sana, ésta debe estar organizada de forma que se requiera la cooperación espontánea entre los individuos que la forman, para llegar a este punto los individuos deberán comprender su función y de esta manera generar un sentido de pertenencia al grupo social.

El resultado de una anomia es el de una desviación social y el reflejo o la forma de detectar que existe una desviación social es mediante la conducta que la población adquiere, esta puede ser una conducta antisocial y el peor resultado es una conducta delictiva.

Las conductas desviadas pueden ser de dos tipos: primero las conductas delictivas, aquellas que son merecedoras de un castigo por parte del Estado (ya que es el único que puede sancionar, la sociedad por sí sola no puede imponer algún castigo a una persona que ha cometido cualquier delito), es decir aquellas que dentro del Código Penal se encuentran tipificadas por sus efectos directos contra la sociedad y segundo, las conductas antisociales, que no respetan preceptos fijados por la sociedad, que van desde normas que se vinculan con temas de menor importancia o incluso hábitos familiares hasta reglas (pero no legisladas) como reglas de respeto dentro de la sociedad. Esta clase de conductas tienden más a dar molestia social o irritabilidad sin ocasionar un impacto grave o un perjuicio mayor en la sociedad, no pasa más de causar fastidio entre los miembros de una comunidad.

Para el sano desarrollo de una sociedad en general, debe existir un ambiente que cuente con normas que regulen las conductas sociales y que le den tranquilidad a la población para que ésta no se sienta oprimida pero que tampoco pueda hacer lo que ellos quieran, dando como resultado un equilibrio psicológico en la población.

Actualmente, el Estado Mexicano atraviesa por un momento social bastante complicado, ya que hay un descontento general dentro de la población, abriendo la posibilidad de pensar en que México puede ser considerado como un Estado anómico, esto debido a la problemática social, tanto en cuestiones económicas, inconformidad con la situación política del país, así como problemas en el sector salud y educativo, por mencionar solo algunos ejemplos, problemas que a lo largo de la historia del país han estado presentes, la notoria diferencia con la actualidad, es que anteriormente el Estado contaba con mayor poder para hacer respetar los medios de control con los que cuenta, limitando a la sociedad y haciéndola respetar sus normas, dando como resultado una armonía en sociedad, cosa que en los últimos años no ha ocurrido, el Estado en la actualidad no ha podido implementar medios de control eficaces y por lo tanto, no tiene en una situación conforme a la sociedad y tampoco la tiene bajo control, rompiendo todo orden deseado para un buen vivir, ya que, al tener en descontento a la sociedad, la única opción con la que cuentan es manifestar su inconformidad, manifestaciones que poco a poco van quebrantando el orden, rompiendo las normas y no necesariamente dando soluciones a las necesidades de la población, mientras que el Estado no puede mitigar este tipo de expresiones sociales, por una fuerza de control quebrantada, dando como conclusión un Estado Mexicano en situación de anomia.


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