Descongelando a Marx

Publicado el 29 de junio de 2018

Víctor Manuel Collí Ek
Investigador del Centro de Investigaciones Jurídicas,
Universidad Autónoma de Campeche,
vimcolli@uacam.mx
www.victorcolliek.com

En su columna en Le Figaro, denominada “La gauche est en état d´hibernation intellectuelle, Adrien Dubrasquet” hizo un análisis sobre la situación actual de la izquierda, aquella que ha fallado en darse cuenta que los tiempos han cambiado, que la sociedad ha evolucionado, que han aparecido nuevas formas de interacción, nuevos jugadores en el tablero público-social.

A esta izquierda la llama Hibernatus, haciendo referencia a la película franco-italiana de los sesenta en dónde toda una familia se ve obligada a integrar a la vida moderna a un abuelo que había estado hibernando durante 65 años en una zona glaciar, haciéndolo de una manera paulatina, buscando no provocar crisis en su personalidad. Una historia recurrente le sucede a Capitán América, en el mundo Marvel, una vez que es descongelado.

Al describir al “Hibernatus de izquierda” como aquél que ha fallado en la observación del racismo en la sociedad, ha fallado en la observación de este nuevo antisemitismo, no ha entendido los problemas relacionados con el secularismo, y, está ciego ante la aparición de fuerzas antidemocráticas dentro de su propio campo; bien podría ser una crítica al mismo pensamiento marxista, un sustento trascendente de izquierdas, como si hubiera sido una propuesta para otros tiempos y modelos.

En este mes que se celebra el natalicio de Marx, la pregunta obligada sigue siendo, ¿qué tan actual es su discurso? Algunas voces indican, que, si bien, sirve para educarnos intelectualmente, ha dejado su pertinencia como este Hibernatus al que hicimos referencia, pero, ¿puede un sistema intelectual tan profundo como el suyo dejar de tener influencia en la sociedad?

Siguiendo a Peter Singer en su artículo “Is Marx Still Relevant?” en Project Syndicate, para Marx, no hay una naturaleza biológica humana inherente. De acuerdo con este pensador, es el resultado de las relaciones sociales, por eso para él, si se diera un cambio en las relaciones sociales, por ejemplo, la abolición de las relaciones entre el capital y el trabajador, la gente en esa nueva sociedad sería diferente. Aunque para esta afirmación, Marx se sustenta en el pensamiento hegeliano de la dialéctica evolutiva del espíritu universal, esto es, pureza argumentativa sin sustento antropológico y podemos observar en su afirmación la posibilidad misma del cambio, la transformación.

En tal sentido, podría concluirse que en el pensamiento marxista todas las instituciones sociales y las ideas que las animan —religión, política, sociedad— no son independientes de las herramientas que se implementan para satisfacer nuestras necesidades, ni de las estructuras económicas que se diseñen alrededor de sus herramientas y del interés financiero, como diría el propio Peter Singer.

Una muestra de la actualidad del pensamiento marxista, de cómo evolucionan sus líneas conductuales y de cómo se van adaptando a las sociedades actuales, es curiosamente la asimilación que se está haciendo de él en los Estados Unidos de América. En los partidos de izquierda, que antes estaban principalmente integrados por personas mayores —68 años era la media en 2013, ahora ha cambiado a 33 años—, los jóvenes están buscando al marxismo por motivos que les permitan pensar acerca de las desigualdades sociales, con una capacidad económica menor a la de sus padres y con un endeudamiento mayor; están buscando en Marx el sentido de describir los conflictos de clase que producen las desigualdades y obtener consecuencias para transformar la economía y la sociedad.

¿Es Marx relevante el día de hoy? Como pasa con el Hibernatus o el Capitán América, el descongelamiento requiere posteriormente un proceso de adaptación en dos vías; por un lado, un marco intelectual complejo y profundo, pero más importante, una generación que utilizando las herramientas de ese marco intelectual, pueda observar la sociedad actual y generar un ojo crítico para la búsqueda de soluciones que pueden tener su punto de partida en tal pensamiento.

Esto es especialmente pertinente en el México del día de hoy —un México de elecciones, pero, más importante, de potencial participación— donde encontramos una población, de entre 35 y 40 millones de jóvenes, que representa el 40% de la lista nominal de electores, según Almudena Barragán en su columna de El País. Los millennials buscan soluciones novedosas a los grandes problemas nacionales. Marx y su ideología invitan a ver con otros ojos la sociedad y es una opción interesante para entender, reflexionar y proponer el espacio público.




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