En búsqueda de la equidad agropecuaria

Publicado el 23 de noviembre de 2018



Jorge Alberto Witker Velázquez

Investigador en el Instituto de Investigaciones Jurídicas y director del Seminario de
Comercio Exterior de la Facultad de Derecho, UNAM,
emailwitker@unam.mx

Nuevos aires prometedores se avizoran para los productores agropecuarios mexicanos, a los que la nueva administración federal ha considerado, al fin, como sectores dignos de promover y fomentar.

El fenecido TLCAN, y las autoridades pasadas, sumieron a los productores del campo en la marginación y el olvido. Al desmantelamiento institucional del agro se sumó la asimetría importadora de granos e insumos subsidiados por parte de los extranjeros, y el predominio de oligopolios de alimentos fue notable a pesar de los intentos de la Comisión Federal de Competencia (COFECE) por tratar de evitarlo o sancionarlo.

Asi, los productores agropecuarios nacionales fueron arrastrados a una competencia desleal, y estructural, en granos e insumos foráneos, obligados a competir, más que con agentes mercantiles, con la Oficina del Tesoro de Estados Unidos. Dicha desigualdad se mantiene hasta el presente.

En consecuencia, con subsidios y oligopolios, no es posible competir en terrenos parejos y simétricos, mucho menos en el sector agropecuario, en donde los mercados mundiales aceptan naturales limitaciones y restricciones en función de la alimentación de los habitantes, premisa superior a un supuesto libre mercado.

Por fin, se anuncian, como primeros pasos, los discutidos precios oficiales, mecanismos que equiparan los esquemas vigentes en Estados Unidos, en donde los productores siempre tienen al Departamento de Agricultura como el protector de respaldo para no vender sus productos, generalmente perecederos, al mercado, cuando los precios no le son convenientes ni favorables a sus intereses. Por ello, nos alegra que reaparezcan anunciados los precios oficiales, y que, según afirma Carolina Gómez, en La Jornada, serían los siguientes:

… los precios de garantía comenzarán a aplicarse en el ciclo 2018/2019 para el trigo panificable y el arroz. Para la leche fresca el esquema empezará el primero de enero, y para maíz y frijol, en las cosechas del ciclo primavera-verano.

En el caso del maíz será de 5 mil 610 pesos por tonelada para productores con menos de cinco hectáreas; el límite de compra será de 20 toneladas por productor. En frijol el precio será de 14 mil 500 por tonelada, para los mismos productores y con una garantía de piso de 15 toneladas por agricultor.

Para el trigo panificable se pagará 5 mil 790 por tonelada y el límite de compra será de 100 toneladas por productor. En arroz será de 6 mil 120 por tonelada y el límite de compra se fija en 120 toneladas por agricultor y en leche fresca el precio será de 8.20 por litro.

Se estima que estos precios beneficiarán a 2 millones de productores y buscan estimular la autosuficiencia alimentaria del país.

Con todo, debemos, en todo caso, estar atentos a si el anunciado principio de soberanía alimentaria va a poder cumplirse, en el contexto de las nuevas negociaciones contempladas en el T-MEC, en el que esperamos que el Senado de la República ratifique dicho paradigma, con esto, el tema de los precios de garantía se legitima ampliamente entre Canadá y Estados Unidos, países que utilizan ampliamente diversos tipos de aranceles, cupos y restricciones para sus sectores agropecuarios.


Formación electrónica: Yuri López Bustillos, BJV
Incorporación a la plataforma OJS, Revistas del IIJ: Ignacio Trujillo Guerrero