Criminalidad femenina desde la antigüedad

Publicado el 8 de abril de 2019

Alma Jazmín Purata Guillén
Estudiante de la maestría en Política Criminal de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí
emailjazminpg.43@gmail.com

La delincuencia femenina comenzó a estudiarse específicamente a finales de los años sesenta del siglo pasado, momento en el que, con el movimiento de liberación, se empezó a percibir socialmente el aumento considerable de la misma, sin estudio previo alguno ni mucho menos alguna solución a esta problemática. Fue de esta manera que evolución de la criminología y el rechazo del determinismo biológico-individual dieron paso a teorías de carácter social, que han servido de base a las actuales teorías sobre dicho tema, en el caso de las teorías funcionalistas, como las teorías del rol y la de oportunidades, el interés principal ha consistido en explicar el aumento que ha experimentado la delincuencia femenina y los cambios en las formas de los delitos; en cambio, la criminología crítica (especialmente la teoría del control social) ha demostrado interés por el estudio de la influencia del control social, formal e informal, que recibe la mujer sobre la conducta criminal.

Dentro de estos antecedentes encontramos el más importante con el padre de la criminología, César Lombroso, quien, en 1893, en su obra Donna delinquente, señala una metodología que sistematizaba los indicios de lo que serían algunas posibles respuestas de las incógnitas sobre el porqué de la comisión de los delitos. Asimismo, Lombroso afirma que la mujer es generalmente inferior en estatura, volumen de las vísceras, distribución de la grasa, volumen del cráneo, peso de la mandíbula, pesos del cerebro, entre otros rasgos físicos con respecto a la mujer, así como también comenta que la fémina es instintivamente mentirosa, sugestionable, infantil e irritable que el hombre.

Dentro de la obra anteriormente mencionada, el autor sostiene que en las mujeres los rasgos de anormalidad son más frecuentes que en los varones, sobre todo en las prostitutas y en las delincuentes. En las homicidas existen características degenerativas y sus homicidios son ejecutados en mayores casos con saña, algunos autores han observado que esta forma de crueldad es una forma de reacción contra la resistencia y los obstáculos de la vida, tratando también de explicar experiencias de algún hecho delictivo que le fue cometido a ellas mismas por lo cual se genera un patrón en el que al cometer ellas el hecho y repetir la conducta será de una manera más elaborada y posiblemente horrorizada por el coraje en las mujeres es elemental al momento de cometer el acto, por este tipo de cuestiones sentimentalistas es que se considera a la mujer como una delincuente en potencia a mayor nivel.

Observamos también que la teoría lombrosiana está basada específicamente en características físicas dejando de lado el aspecto psicológico de las delincuentes; es conveniente mencionar que no es factible el atribuir a las mujeres delincuentes ciertas anomalías o rasgos físicos que también puedan encontrase en mujeres no delincuentes y, por otro lado, también descuidó el aspecto social al conformar sus características. Es así como este tipo de delincuencia no se puede ceñir a un solo ámbito de estudio, debido a que tiene un trasfondo multidisciplinar pues no se puede atribuir a un solo factor la comisión de una determinada conducta.

De acuerdo con algunos investigadores, la evolución de la conducta delictiva femenil, así como su crecimiento, se encuentra constantemente en movilidad, y en la actualidad ha impactado tanto al exterior como a nivel interno de poblaciones penitenciarias, llegando a alcanzar en nuestros días más de dos veces que en 2009, acto alarmante puesto que 10 años después las cifras en definitiva han aumentado pero sigue sin crearse una política que ayude a la disminución de las mismas ni un estudio plenamente desarrollado sobre el tema, lo cual nos demuestra de nueva cuenta que lejos de las oportunidades igualitarias entre el hombre y la mujer por poner algún ejemplo, las laborales, debería existir equidad en el nivel de estudio sobre temas importantes como este para que tiempo después exista un avance en la sociedad y no un aumento como se ha venido observando.

La delincuencia femenina se muestra inferior en calidad de sucesos a la masculina, debido a la lista oscura donde no se denuncia a la mujer. En la actualidad, la mujer puede delinquir en cantidades casi iguales, pero en forma distinta que el hombre. Así, se fueron generando diversas teorías que comenzaron a explicar la conducta delictiva.

El análisis de la mujer delincuente se abocó en las corrientes criminológica, antropológica-jurídica y social, ya que el problema de la delincuencia tiene raíces sociales y culturales, en las cuales poseen una interacción directa al estudio criminológico. Además, la primera enfoca el problema desde la personalidad de la mujer, las causas e influencias de su conducta; la segunda nos explica las normas y costumbres que ha tenido la mujer a través del tiempo y como las mismas han contribuido para la comisión de los mismos delitos, no por normalizar las costumbres, pero en la mayoría de los casos es una línea que la mujer va siguiendo desarrollando su conducta.

La criminología estudia las causas del delito y busca los motivos del por qué se tiene cierta conducta delictiva, pero no se ha logrado exponer de manera detallada la preocupación latente de la sociedad sobre un fenómeno en el cual la mujer es parte. Existen autores que hablan de la existencia de otra teoría en la cual se explica sobre el cambio de oportunidades en el contexto social: siendo ésta una de las teorías más aceptadas, hace referencia al incremento de las oportunidades que se le han proporcionado a la mujer en la sociedad actual. Este cambio la ha puesto en contacto con distintos medios, personas y comunidades que le permiten llegar a otro tipo de delitos y a incidir con mayor frecuencia en los que ya tradicionalmente cometía.

Por otra parte, podemos observar que desde la Antigüedad se le ha considerado a la mujer como un ser humano inferior al hombre, debido al estigma que se ha logrado al etiquetársele con características de debilidad ante el hombre. Sin embargo, a través de los años se ha desarrollado la rebelión de tan llamado sexo débil tanto en el ámbito positivo como en el negativo.

Si nos enfocamos en el ámbito positivo de esta llamada rebelión podemos establecer un ejemplo laboral en cuanto a las oportunidades entre el hombre y la mujer, pues actualmente se le ha dado importancia al hecho que la mujer salga de casa a desempeñar labores que antes eran pertenecientes al hombre únicamente pero hasta este mismo empoderamiento ha hecho la mujer en su modo independiente y en esa fuerza que quizá la misma sociedad le haya brindado ocasione que pierda el sentido o como se dice coloquialmente que pierda los pies del piso, a lo que me refiero es a la manera negativa en este caso de tomar las cosas o las oportunidades como en muchas mujeres pasa que, al salir de casa y cambiar los papeles con el hombre volviéndose éste del hogar, ellas tienden a humillar en algunas ocasiones o simplemente hacer menos a su pareja por el hecho de ser ellas el sustento del hogar, lo cual es totalmente aceptable pero su conducta no es la ideal, pues lejos de buscar una equidad se está adoptando una postura incorrecta e indeseable.

En el medio que me desempeño profesionalmente he podido percatarme de cómo las mujeres también cometen actos de violencia y ejercen esta manipulación frente a los hijos, así como con sus parejas, que fuera de lograr algún bien se nota la forma distorsionada que tienen de ver la realidad y el poder tan grande que tienen de manipular para su mayor beneficio, lo cual termina ocasionando que sean agresoras a niveles impresionantes por su errónea forma de pensar que tienen, el control por el simple hecho de ser sustento de familia o porque simplemente así lo deciden y es una situación incómoda y equivocada que a mi parecer debería cambiar, con ello quiero explicar que la mujer en algunos casos y por estas cuestiones suele desarrollar conductas que la llevan a delinquir.

Mencionando otro aspecto y otra época en donde la educación tuvo un auge considerable, al sexo femenino se le privó de gozar de instrucción cultural y se le etiquetó de ser ignorante por naturaleza, justificando así la prohibición de la entrada de mujeres a instituciones educativas, pero tampoco debe dejarse atrás el hecho de que su educación procedía principalmente desde su hogar, siendo sus madres quienes las formaban para llevar a cabo las labores del hogar y llegar a convertirse en una esposa digna y buena madre, porque era el destino que socialmente se establecía, siendo esto diferente en la actualidad se ha logrado avanzar considerablemente pero no en todos los aspectos ni de la manera positiva siempre como lo acabo de mencionar.

Sin ser esto justificable, cansadas de esta discriminación, las mujeres decidieron buscar la manera de involucrase en actividades que eran consideradas propias de los varones, marcando un parteaguas para su propio futuro y para la sociedad en general. Es así como la mujer comenzó a buscar equivalencia de oportunidades y se enfrentó a una sociedad represora, teniendo como misión el demostrar la igualdad de capacidad que tienen frente a los hombres.

Después de un largo periodo de vivir opacada por el hombre, la mujer ha tenido un avance en todos los aspectos, centrándose en la independencia del varón para poder sobresalir frente a la sociedad y así poder alcanzar la igualdad de oportunidades. No obstante, el esfuerzo por sobresalir que desempeña el sexo femenino no sólo se centra en acciones positivas, es decir, también ha destacado por cometer conductas contrarias a derecho, entendiéndose que se ha introducido en el ambiente delictivo en donde el varón también es considerado el ser dominante. Por tal motivo, se ha dejado a un lado la peligrosidad de la delincuencia femenina por no considerarla un ser de alto riesgo cuando sí lo es.

La mujer delincuente, por lo general, se trata de una persona común a quien las circunstancias exteriores o propias la estimularon para llevar a cabo conductas al margen de la ley, muchas veces siendo la impotencia y la frustración por no satisfacer las necesidades básicas lo que la orillan a cometer actos irracionales y desesperados. Otras veces como consecuencia de la sobrepoblación, carencias económicas, laborales y afectivas se llega a la tendencia de lo hoy más común criminalidad femenina.

La conducta delictiva femenina es un fenómeno complejo en el que intervienen diversos elementos, que de acuerdo con su origen pueden ser internos o externos, siendo éstos los que con mayor frecuencia influyen y determinan el fenómeno de la criminalidad, dado que predisponen a las mujeres a la comisión del delito. A estas circunstancias se les conoce como factores criminógenos.

Cabe mencionar que la falta de atención a la criminalidad del género femenino origina una serie de problemas a nuestra sociedad como la enseñanza de los hijos, que crecen con una madre delincuente, o los niños que crecen dentro de una prisión porque su madre se encuentra recluida. Estos son los problemas que se manifiestan debido a la carente atención al delincuente, sin dejar a un lado los factores que han llevado a la mujer a delinquir, como la violencia familiar, la discriminación, así como la falta de una fuente fija de ingresos, por mencionar algunos.

El problema de la delincuencia y la criminalidad ha sido profundamente estudiado, analizando al delincuente del sexo masculino, pero no se ha abordado con la precisión requerida por parte del sexo femenino, a pesar de que la conducta de la mujer socialmente es de la misma relevancia del hombre, por la influencia que ella tiene en instituciones que fundamentan nuestra vida, tales como la familia y por las que ejerce influencia en futuras generaciones e incluso tiene un impacto relevante en la conformación de la sociedad mexicana actual.

Es así como dentro de una sociedad conservadora como la población perteneciente al estado de San Luis Potosí en México, cuando se ve que una mujer está implicada en la justicia penal, el hecho adquiere gran relevancia social, no siendo así para la mayoría de los estudiosos en materia de criminología, pareciera que fuera imposible profundizar en el estudio del tema.

La criminalidad puede ser tomada en cuenta desde un análisis global del fenómeno delictivo, atendiendo al grupo social o región donde se producen los comportamientos violentos constituidos por el conjunto de las infracciones que se cometen en un tiempo y lugar dados.

Es por ello por lo que a lo largo de esta opinión se puede comprender que la conducta femenina delictiva se necesita conocer desde un ángulo multidisciplinario, porque el fenómeno delictivo engloba diversas áreas para su observación, las cuales apoyan con sus conocimientos al análisis de la lucha contra el crimen. De este modo, las disciplinas y ciencias son necesarias para una completa revisión de la problemática delictiva de la mujer, ya que cada una aporta una importante explicación respecto a la personalidad compleja femenina.

Se considera también que dentro de este análisis se puede observar que con el transcurso de los años esto podría convertirse en una problemática grave para la sociedad mexicana y que es necesario que dentro del sistema penitenciario se pueda plantear un proyecto de valoración de riesgos que vaya enfocado precisamente hacia la prevención del delito con el propósito de llevar a cabo una clasificación de la mujer para su mayor comprensión al momento de ser estudiada en el tema en cuestión.

Desde lo particular es un tema que se encuentra gravemente abandonado por creer que su importancia es menor por el hecho de ser el sexo femenino quien es protagonista cuando en realidad considero que debería ser de igual prioridad ante el sexo masculino, sin embargo, vivimos en una sociedad que no lo percibe de la misma manera.

Lo ideal es que se brinde una importancia mayoritaria al tema buscando una política criminológica que se generará si se atiende oportunamente a la mujer evitando la delincuencia, es decir, si la mujer es víctima de algún ilícito o se ve involucrada en una serie de factores predisponentes para la comisión de un ilícito, es lógico que en algún momento cometa un delito con el propósito de mejorar su calidad de vida, sin ser esto justificación alguna.

Es así como se considera que el fin debería ser crear una política preventiva en donde se reciba una atención y se plantee con los perfiles criminológicos que se puedan analizar desde el origen y las causas para prevenir dichas conductas, pues el hecho de que no sea un problema en cifras altamente grave en la actualidad, no quiere decir que en un futuro estas cifras no puedan aumentar y sería lamentable que ya no existiera solución dicha problemática.


Formación electrónica: Yuri López Bustillos, BJV
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