Marruecos en América Latina, el caso de Colombia

Publicado el 30 de abril de 2019

Hernán Alejandro Olano García
Profesor titular en la Institución Universitaria Colegios de Colombia, UNICOC;
director del Centro de Ética y Humanidades en la Universidad La Gran Colombia;
profesor de cátedra en la Universidad Militar Nueva Granada de Cajicá y en la
Escuela de Cadetes de Policía “General Francisco de Paula Santander”
email hernanolano@gmail.com
twitter@HernanOlano
bloggerhernanolano.blogspot.com
inter https://www.hernanolano.org/

Hernán Alejandro Olano García
Investigador vinculado al Grupo de Investigación en Historia de las Instituciones y DDHH
“Diego de Torres y Moyachoque, Cacique de Turmequé”.

Nos motivó realizar esta reflexión el podernos aproximar a las relaciones del mundo árabe, en particular el reino de Marruecos con un país de América Latina, Colombia, ya que la larga tradición diplomática de cuarenta años entre estas dos naciones contribuye hoy en día a propiciar la cultura del encuentro entre las dos “puntas de lanza” continentales, en el marco hemisférico Sur-Sur, por la ubicación geográfica de estos dos países tanto en África como en Suramérica.

El viaje del rey de Marruecos por Brasil, México, Perú, Chile y Argentina a fines de 2004 marcó un punto de inflexión en las relaciones del reino magrebí con el espacio latinoamericano. Luego de las sólidas vinculaciones logradas con Argentina y Brasil durante los noventa, la gira oficial del monarca vino a sellar una interesante base de cooperación entre ambos espacios con la firma del Acuerdo Marco Mercosur-Marruecos.

El reino de Marruecos comenzó a desarrollar en los últimos años un proceso de aproximación en escala creciente con algunos países latinoamericanos, detectándose interesantes fenómenos de cooperación en diversos planos. Este acercamiento representa un caso singular en el marco de las relaciones magrebíes-latinoamericanas. A continuación presentamos un recuento de esos tratados para ilustrar la profusión de documentos entre el reino alauí y las naciones latinoamericanas, desde México hasta la Argentina, aunque por desavenencias recurrentes el reino de Marruecos cerró su Embajada en la República Bolivariana de Venezuela.

El rey Mohamed VI comenzó su hasta ahora única visita oficial por Latinoamérica —en veinte años de reinado— el 23 de noviembre de 2004 y estuvo acompañado por una delegación de 170 personas que incluyó a asesores de la Casa Real, a los ministros de Asuntos Exteriores y de Cooperación; de Agricultura, Desarrollo Rural y Pesca; de Educación Nacional, Enseñanza Superior e Investigación Científica; de Industria, Comercio y Estabilización de la Economía.

En el marco del Plan Baker II, de la visita del rey a Latinoamérica y más tarde, con el lanzamiento del Plan de Autonomía para el Sáhara en abril de 2007, se produjeron frecuentes viajes de funcionarios marroquíes y delegaciones saharauis con el objeto de mostrar sus posiciones y captar adhesiones, incluso a Colombia, que ha reconocido el conflicto político con el sector Polisario independentista.

Marruecos y Colombia comparten valores comunes y visiones convergentes sobre la mayoría de las cuestiones regionales e internacionales, entre ellos, los mismos principios cardinales de la política exterior como el compromiso y la negociación, razón por la cual los dos países se consideran amigos y aliados desde que establecieron sus relaciones diplomáticas el 1º de enero de 1979.

Marruecos tiene una representación diplomática a nivel de embajada en Bogotá desde 1986 y Colombia instaló su embajada en Rabat el 7 de enero de 1990, que cerró temporalmente en diciembre de 2002 por razones de presupuesto en la época del gobierno del presidente Álvaro Uribe; posteriormente, Colombia decidió reabrir la embajada en Rabat a nivel de encargado de negocios con el objetivo de estrechar las relaciones de amistad y cooperación con el gobierno marroquí tanto a nivel bilateral como multilateral y fortalecer así la presencia institucional de Colombia en el África magrebí para lograr un mayor acercamiento a la región.

Desde entonces las relaciones entre Marruecos y Colombia han ido registrando una dinámica positiva. Diversas visitas oficiales han sido efectuadas tanto a nivel de ministros como de presidentes de Senado y Cámara de Representantes de Colombia a Marruecos y viceversa, la firma de tratados de cooperación cultural, científica, técnica, comercial, turística, educativa, entre otros, así como el apoyo recíproco de nuestros dos países en múltiples candidaturas internacionales y el incremento excepcional de nuestros intercambios comerciales en los dos últimos años, que, entre otras, constituyen la materia prima de estas relaciones ejemplares, acrecentadas por la dinámica de la diplomacia marroquí ante las autoridades colombianas, primero con el embajador Khalifa y ahora con la embajadora Farida Loudaya, única mujer representante de un país árabe en Colombia y con muchísima experiencia al haber sido la encargada de las relaciones entre Marruecos y la Unión Europea y, luego, encargada de la sección de relaciones entre Marruecos y América Latina en su cancillería.

Precisamente, muchos contactos e intercambios han tenido lugar entre las autoridades colombianas y sus homólogas marroquíes, tanto gubernamentales como parlamentarias. De igual modo, siguen llevándose a cabo contactos con la sociedad civil y el mundo académico con el fin de profundizar los logros alcanzados a nivel político, económico y cultural.

El compromiso de ambos países en cooperar no se limita únicamente al diálogo político constante, sino que ambiciona la profundización y el desarrollo de la agenda bilateral en materia de seguridad, de medio ambiente, de comercio, de inversión, de turismo, de educación, de cultura y de deporte, con el fin de acercar a Colombia a un entorno africano que aún le es muy lejano y periférico a sus intereses nacionales tradicionales.

En lo referente a los intercambios entre el reino de Marruecos y la República de Colombia, éstas han registrado en el transcurso de los últimos años un salto significativo y un notable crecimiento, ya que la cifra de los intercambios comerciales entre los dos países ha alcanzado alrededor de los 40 millones de dólares anuales. No obstante, el interés de ambos países consiste en mejorar la balanza comercial bilateral que, a pesar de su incremento, sigue por debajo de las expectativas de los dos países.

A nivel multilateral, cabe recordar que Marruecos, siendo el único país africano miembro observador de la Alianza del Pacifico, representa para Colombia un gran potencial para el desarrollo de la cooperación Sur-Sur con África.

Según la Embajada del Reino de Marruecos, la reunión de la primera Comisión Mixta de Cooperación el 24 de abril de 2006 en Bogotá, presidida por los dos ministros de Relaciones Exteriores de los dos países, permitió a ambas partes explorar, presentar y definir varios proyectos de acuerdos de cooperación en distintos sectores, como la cultura y la educación, la ciencia y la tecnología, entre otros, abrió también grandes perspectivas de cooperación entre ambos países y permitió a los hombres de negocios y operadores económicos en diversos sectores de la actividad económica-comercial determinar y definir varios proyectos científicos y técnicos concretos de cooperación tal como en los dominios de desarrollo y transferencia de tecnología, sector turístico y pesca marítima, sectores donde Marruecos dispone de un potencial enorme y amplia experiencia, incluso reconocida en 2018 por un fallo de la Corte de Justicia de la Unión Europea.

En esa misma ocasión, 2006, los dos países firmaron un memorando de cooperación en materia de investigación, desarrollo y producción minera que busca, entre otros, el fortalecimiento del intercambio de información sobre el régimen regulatorio de las inversiones mineras y desarrollar y ampliar los lazos y vínculos para contribuir al crecimiento de las relaciones económicas entre ambas partes.

Es de resaltar que el ánimo cooperador de las relaciones hizo que Marruecos apoyara y motivara la candidatura de Colombia como sede del campeonato mundial de fútbol sub-21 y apoyara que Cartagena fuera sede de la cumbre mundial del turismo.

Con ocasión del vigésimo aniversario de la entronización de su majestad el rey Mohammed VI en el trono de Marruecos, que se cumple en 2019, bien vale la pena analizar que, bajo la dirección de su majestad el rey, durante estos últimos años se han podido superar etapas importantes en materia de democratización y de derechos humanos, así como de desarrollo económico, que han dado un aire fresco al sistema democrático marroquí, bastante restringida en la época de su fallecido padre Hassan II.

La Constitución Política marroquí de 2011 constituyó un importante paso para consolidar el proceso de democratización de Marruecos y del afianzamiento como Estado de derecho, no obstante que ha sido golpeado por la crisis de la zona euro. Esta carta consagra los derechos de las minorías y subraya de manera formal, la diversidad de su identidad nacional-arabo-islámica, amazish (berber), saharo-hassanía, andaluza y mediterránea.

En cuanto a las relaciones de Marruecos con Colombia, éstas registran una evolución positiva, consagrada con la reapertura de la embajada de Colombia en Marruecos. Importantes encuentros e intercambios de visitas entre los responsables de ambos países se prosiguen. Y Colombia sigue siendo un aliado principal de Marruecos en esta zona continental, ya que es un país prioritario para la estrategia de cooperación integral en seguridad para los países de África Occidental, así como en materia de lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado. Asimismo, se han desplegado grandes esfuerzos para promover la cooperación económica y el intercambio comercial entre los dos países con el Acuerdo de Cooperación Turística de marzo de 2000; el Acuerdo sobre Supresión de Visas para Pasaportes Diplomáticos, Oficiales y de Servicio de 1997; el Acuerdo Comercial entre Colombia y Marruecos, de junio de 1995; el Acuerdo de Cooperación Técnica y Científica, de octubre de 1992, y el Acuerdo Cultural de diciembre de 1991.

Marruecos fue uno de los primeros países en apoyar el proceso de paz en curso en Colombia, a través de múltiples manifestaciones diplomáticas, habiéndose dado un comunicado de la cancillería marroquí en los siguientes términos: “El reino de Marruecos saluda el acuerdo de paz global y definitivo alcanzado por el gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), para poner fin a un conflicto interno que duró más de medio siglo. Tras varios años de negociaciones impulsadas por el presidente Juan Manuel Santos, este histórico acuerdo marca una etapa muy importante en la vida política colombiana y responde, sin duda, a las aspiraciones legítimas del pueblo colombiano amigo, en favor de la paz, de la estabilidad y del progreso. El reino de Marruecos, al congratularse por el partenariado (sic) ejemplar que lo une a la República de Colombia, manifiesta su disposición a instaurar una amplia cooperación para facilitar la etapa del postconflicto, en el marco del compromiso permanente de Marruecos, en favor de la cooperación Sur-Sur”.

En cuanto al marco jurídico que rige estas relaciones, los dos países han instaurado varios mecanismos para fortalecer esta dinámica bilateral, y eso gracias a los acuerdos de cooperación, la comisión mixta y el mecanismo del diálogo y las consultas políticas.

Los acuerdos de cooperación: los dos países han suscrito varios acuerdos en diversas materias, de los cuales están vigentes (nuestra fuente ha sido la Embajada del Reino de Marruecos en Bogotá):

• Acuerdo de Cooperación Cultural, diciembre de 1991.

• Acuerdo de Cooperación Técnica y Científica, octubre de 1992.

• Acuerdo Comercial entre Colombia y Marruecos, junio de 1995.

• Acuerdo sobre Supresión de Visas para Pasaportes Diplomáticos, Oficiales y de Servicio (1997).

• Acuerdo de Cooperación Turística, marzo de 2000.

En 2013 se suscribió el Memorando de Entendimiento entre las Academias Diplomáticas de ambos países. Igualmente, se propuso el establecimiento de un mecanismo de cooperación bilateral del cual puedan derivarse planes de acción e incluso posteriores negociaciones de acuerdos Interinstitucionales en temas relacionados con la lucha contra el problema mundial de las drogas. Colombia está ofreciendo cooperación a Marruecos y a otros países de África occidental en la lucha contra el problema mundial de las drogas.

Las relaciones del mundo árabe con América Latina, particularmente en el caso de Marruecos y Colombia, han llegado a un punto máximo de cordialidad desde la segunda década del siglo XX y los tres primeros lustros del siglo XXI, pues han encontrado un espacio importante para diversificar tratados económicos y alianzas políticas, optimizando intereses compartidos entre estos dos gigantes, lazos que podrían trascender la esfera global con los avances que en la confianza recíproca, basada en que el diálogo, sí puede darse.

Mientras que con algunas naciones el balance es modesto y más bien se basa en el enfriamiento, tanto por la distancia como por la crisis económica y de violencia política que las repúblicas y reinos árabes han afrontado, Colombia es una nación privilegiada en el trato con Marruecos debido, principalmente, a la identidad y cercanía que se ha logrado con la permanente actividad de los embajadores de ese reino en la nación sudamericana, constituyéndose en líderes de las delegaciones diplomáticas ante la República de Colombia, por su dinamismo y afán de servicio y cooperación.

Según nuestra perspectiva, Marruecos ha desarrollado a partir de Mohamed VI una relación de mayor densidad con América Latina, con el objeto de mejorar su posición relativa en el escenario internacional, superando las limitaciones que le imponen sus entornos regionales inmediatos y logrando crear una plataforma de respaldo en torno al conflicto del Sahara Occidental, sobre todo a partir del lanzamiento de la propuesta de autonomía para ese territorio.


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Incorporación a la plataforma OJS, Revistas del IIJ: Ilayali G. Labrada Gutiérrez