Desdeñar al Senado1

Publicado el 13 de mayo de 2019

Javier Quetzalcóatl Tapia Urbina
Profesor de la Facultad de Derecho, UNAM, y del Posgrado de Derecho en el
Centro de Investigaciones Jurídico Políticas, de la Universidad Autónoma de Tlaxcala
email tapiaurbina@yahoo.com.mx
twitter@JavierQ_Tapia

El 11 de abril de 2019, el Pleno de la Comisión de Derechos Humanos del Senado de la República, aprobó el dictamen por el que se solicita la comparecencia del titular de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), con objeto de que rindiera un informe sobre los resultados de su gestión. Así, el 23 del mismo mes, el Pleno de la Cámara Alta aprobó el dictamen en sus términos.

Como consecuencia de la aprobación del citado dictamen, se estableció que la comparecencia de Jaime Rochín del Rincón, titular de la CEAV, se llevaría a cabo el 29 de abril último, a las 17:00 horas, en instalaciones del Senado de la República. No obstante, este no acudió al llamado del órgano legislativo.

El Acuerdo aludido del Senado no señala ningún tipo de apercibimiento para el caso de que el citado a comparecer no se presentara, lo cual quizá fue una razón por la que al titular de la CEAV le restó total importancia al llamado de los senadores.

Pueden ser muchas las razones por las que no se presentó el titular de CEAV, como aquellas que van desde el reconocimiento del gran fracaso de su gestión, por los pocos o nulos resultados -pasando por una clara falta de visión, creatividad y sobre todo voluntad para, si no sabe, aprender o rodearse de profesionales en la materia-, hasta la recomendación de sus padrinos políticos o “asesores” para que no se presentara.

Empero las razones pueden ser múltiples -incluso aquellas basadas en mentiras como andar fuera del país-, el caso es que el desdén o menosprecio a uno de los poderes del Estado como el legislativo, a través de su Cámara de Senadores, suena a muy grave si consideramos que, como uno de los pilares en los que se sustenta nuestra incipiente democracia, tiene como propósito fundamental la protección de los derechos humanos y, como contra peso político, el control del Poder Ejecutivo.

De manera tal que, por un lado, el legislativo se constituye en el principal portavoz de las demandas ciudadanas, un representante ciudadano en el ámbito de la política. En este caso, la citación para comparecer al titular de la CEAV atendió a las peticiones formuladas por organizaciones de la sociedad civil, defensoras de derechos humanos y de grupos de víctimas, por conducto de algunas senadoras, con objeto de que rindiera un informe de su gestión y respondiera a los cuestionamientos que se le plantearan.

Sin embargo, la falta de presentación para desahogar el requerimiento del Senado, debe tomarse con absoluta seriedad y conscientes de la gravedad que ello significa o representa, puesto que, siendo el Senado un factor -como ya se dijo- fundamental para el control del Poder Ejecutivo, no parece razonable que ante esa desatención, el órgano legislativo se quede como espectador y omiso, sin tomar medidas de carácter político disciplinarias a fin de mandar el mensaje adecuado a la sociedad y, especialmente, a los grupos de víctimas que fueron en la búsqueda de su respaldo.

Dejar de adoptar medidas determinantes de control político frente a los titulares de las instituciones del Poder Ejecutivo, como en este caso la CEAV, mandaría un grave mensaje de debilidad política, justo lo que se quiere revertir generando confianza en las instituciones y poderes del Estado, incluido por supuesto el legislativo.

La falta de atención al requerimiento del senado, representa un desafío a uno de los poderes del Estado que, debe acarrear consecuencias políticas y jurídicas inmediatas, de no hacerlo, el camino ya está trazado para que ante situaciones “incomodas” o “inconvenientemente políticas” para los titulares de instituciones, organismos o dependencias del Poder Ejecutivo e incluso de los organismos autónomos como la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y otros, adopten esta misma postura intransigente y de soberbia que, en tiempos de cambios, no es posible ni prudente solapar o aceptar.

Las y los senadores de la República deben recordar que el 1o. de julio de 2018, la sociedad mexicana optó por un cambio en el que los titulares de todos los órdenes y niveles de gobierno, se conduzcan con rectitud, atendiendo verdaderamente a principios de transparencia y rendición de cuentas, pero sobre todo, cambiando la forma de hacer política y la visión de servicio público, donde se ponga en el centro del quehacer público a las personas, especialmente a las menos favorecidas, en este caso, a las víctimas de violaciones a derechos humanos y víctimas de delito.

Si el titular de la CEAV desafió al Senado de la República de esta manera ¿Qué se espera o qué se puede esperar que haga en relación con las víctimas?

Lo cierto es que se habla de una nueva reforma a la Ley General de Víctimas ya que se considera que la vigente no ha tenido una adecuada implementación. Sin embargo, parece que al actual titular de la CEAV no hay reforma que le acomode, quizá un aprendiz más del viejo régimen que tiene tomada la institución y cuyo aprendizaje están pagando con suma precariedad y como siempre, las víctimas. Haremos votos porque la situación realmente cambie.


NOTAS:
1 Se reproduce con autorización del autor, publicado en Primera Voz, el 1 de mayo de 2019.

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