Licitaciones públicas en México y el daño al medio ambiente:
¿realmente es necesario utilizar tanto papel para entregar una propuesta en México?

Publicado el 23 de mayo de 2019

Raquel Sánchez Hernández
Maestra en Derecho por la UNAM y doctoranda en Estudios Humanísticos en el
Tecnológico de Monterrey, campus Monterrey
emailA00826658@itesm.mx

Buscando la transparencia de las obras públicas que realizaba el Estado mexicano a principios del siglo XX, cuando fue promulgada la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el texto original del artículo 134 exigía que todos los contratos celebrados por el gobierno se adjudicaran en subasta, mediante convocatoria y presentados en proposiciones en sobre cerrado que serían abiertos en juntas públicas.

Al día de hoy el espíritu que motivó al legislador a dicha redacción se sigue manteniendo a pesar del tiempo y los avances tecnológicos, encontrando que al día de hoy el párrafo tercero del artículo en comento a la letra dice:

Las adquisiciones, arrendamientos y enajenaciones de todo tipo de bienes, prestación de servicios de cualquier naturaleza y la contratación de obra que realicen, se adjudicarán o llevarán a cabo a través de licitaciones públicas mediante convocatoria pública para que libremente se presenten proposiciones solventes en sobre cerrado, que será abierto públicamente, a fin de asegurar al Estado las mejores condiciones disponibles en cuanto a precio, calidad, financiamiento, oportunidad y demás circunstancias pertinentes.

En 1917, cuando no se contaba con computadoras o Internet que permitieran el envío electrónico de las propuestas, tenía razón de ser que se entregaran las proposiciones en papel dentro de un sobre cerrado, pero en una era en donde intentamos no violentar el equilibrio ecológico con la sobreexplotación de los recursos naturales, esto ya no tiene sentido.

El que sigamos imprimiendo las licitaciones para su entrega directa, utilizando para ello cientos de toneladas de papel, significa el desperdicio de agua, árboles y energía eléctrica, sobre todo en un país como México que se caracteriza porque la Ley de Obras Públicas y Servicios Relacionados con las Mismas exige la entrega de una propuesta legal, una técnica y una económica que pueden requerir miles de hojas de papel por cada licitante.

En otros países de América Latina como Guatemala o Colombia es impensable la presentación de propuestas tan grandes como las que entregamos en México, y es mucho menos viable tener que armar una propuesta legal con los datos corporativos de las empresas licitantes cada que se realiza una nueva licitación, cuando bastaría acreditar la personalidad de las constructoras en sólo una ocasión ante un registro de proveedores por cada dependencia pública.

Si pusiéramos en una báscula las licitaciones que entregamos aquí, veríamos que superan los 20 o 30 kilos, mientras en Guatemala pesarían 4 o 5 kilos y en Colombia tal vez medio kilo.

Desde hace varios años la Secretaría de la Función Pública ha intentado que se utilice el sistema electrónico de información pública gubernamental denominado “Compranet” para el envío de las propuestas, lo que permitiría que éstas no se tuvieran que imprimir ni entregar físicamente, pero hasta ahora son pocas las dependencias que promueven el uso de esta plataforma con ese fin.

Algunas de las interrogantes que se nos plantean son: ¿seremos capaces de dar un paso adelante y seguir las huellas de nuestros hermanos de otras naciones en América Latina para simplificar la entrega de nuestras propuestas?, ¿tendremos la conciencia necesaria para modificar las leyes que exigen la entrega de documentación impresa?, ¿nos importa realmente el medio ambiente y haremos lo pertinente para no continuar destruyéndolo?

Ojalá que sí, en un futuro próximo...


Formación electrónica: Yuri López Bustillos, BJV
Incorporación a la plataforma OJS, Revistas del IIJ: Ilayali G. Labrada Gutiérrez