Estabilidad en el trabajo1

Publicado el 2 de agosto de 2019

José Dávalos Morales
Profesor de Derecho Laboral en la Facultad de Derecho de la UNAM,
email josedavalosmorales@yahoo.com.mx

Para hablar de la estabilidad del trabajador en el empleo, es necesario apuntar dos razones básicas que enseñó el maestro de maestros Mario de la Cueva:

1. La idea de la estabilidad en el trabajo es una creación de la Asamblea Magna de 1917, sin ningún precedente en otras legislaciones, ni siquiera en la doctrina de algún escritor y jurista. Nació en Querétaro, sin que pueda decirse quién fue su autor, como una idea-fuerza destinada a dar seguridad a la vida del trabajador.

2. La estabilidad en el trabajo es un principio que otorga carácter permanente a la relación de trabajo y hace depender su disolución: a) únicamente de la voluntad del trabajador, y b) excepcionalmente de la del patrón, c) del incumplimiento grave de las obligaciones del trabajador, y d) de circunstancias ajenas a la voluntad de los sujetos de la relación, que hagan imposible su continuación.

Acudo a estos principios fundamentales del derecho del trabajo, en momentos en que los despidos masivos de trabajadores de las empresas privadas y del sector gubernamental, hacen parecer que se van a pique estas ideas-fuerza como las llamaba el maestro De la Cueva. Son momentos difíciles de la crisis que vive nuestro país, pero es necesario volver a esas ideas con renovada esperanza. La fuerza del derecho es la certeza que da el faro en medio de la tempestad.

No doy cifras de los despidos de trabajadores porque no encuentro certeza en los números que se nos ponen a la vista en estos momentos. Pero lo que sí es cierto es la angustia de los miles de trabajadores que no tienen con qué llevar la comida a sus hogares, porque de un momento a otro se les avisó que ya no prestaban servicios para el patrón; en algunos casos sin siquiera recibir explicación alguna y casi en todos los casos sin el pago de la indemnización que les corresponde.

La respuesta de los abogados parece sencilla: Vámonos a las Juntas de Conciliación y Arbitraje a plantear los justos reclamos de los trabajadores. Pero no se trata sólo de eso. Ahora lo importante es parar estos despidos que parecen no tener fin. Lo importante es caer en cuenta de las consecuencias sociales que trae esta turbulencia que esperamos que pronto acabe.

En ningún caso el patrón puede despedir injustificadamente a un trabajador. Es necesario que en este momento las autoridades pongan alto a estas injusticias que padecen miles de hogares mexicanos.


NOTAS:
1 Se reproduce con autorización de el autor, publicado en La Prensa, el 27 de julio de 2019.


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