La autopsia psicológica en los casos de feminicidio

Publicado el 6 de septiembre de 2019

Karla Edith Ruiz Barrón
Licenciatura de Psicología, Universidad Marista de San Luis Potosí,
con la asesoría de Josué Yael de León Cervantes
emaildeleoncervantes93@gmail.com

En los casos criminales donde se desconoce la etiología de la muerte de una persona es de suma relevancia contar con la colaboración de un psicólogo forense que a través de una metodología bajo la práctica de la autopsia psicológica puede ser fundamental y determinante a la hora de averiguar una carpeta de investigación de índole jurídica. Retomando la importancia de éste en casos de feminicidio cuyo alcance estadístico ha incrementado en los últimos meses, mismo que a través de la práctica de autopsia psicológica puede ser una herramienta útil y factible de su aplicación en el contexto forense.

Iniciamos por comprender que la psicología se centra en el estudio del comportamiento del hombre en sociedad, de cómo se relaciona con su entorno y desde una visión subjetiva referir que un gran objetivo de quienes nos enfocamos en la salud mental es buscar una mejor calidad de vida. Dentro de todas las ramas de acción en las que un psicólogo puede desenvolverse como profesional hay una en específico que ha logrado cautivar mi atención, la psicología jurídica, dentro de este ámbito el área penal y la criminología.

En este aspecto es preciso entender que la conducta juega un papel determinante en la interacción tanto intrapersonal como interpersonal, siendo ésta quien se comienza a configurar desde los primeros años de vida del ser humano y que conforme a su evolución va esclareciéndose, en su primer contacto desde su núcleo principal que es la familia y en segundo término desde lo social, es decir, la vinculación con quienes se relaciona; enfocándonos en la conducta de todas aquellas personas que en algún momento han inferido en contra del daño social y moral en atentados de manera violenta contra la integridad de otra persona ha afectado e impactado de manera tanto fisiológica como psicológica en nuestra sociedad actual, y especial énfasis en estas circunstancias, entender y analizar de dónde provienen ciertos rasgos de personalidad que ocasionan daños con la finalidad de obtener más factores de riesgo para generar un programa de prevención y actuación, buscando un bienestar social; aunque se podría entrar en una conflictiva, ya que existen muchos aspectos que influyen en la erradicación de la violencia, aspectos como: cultura, educación, sistemas de creencias y un sinfín de determinantes.

De ahí que este artículo está orientado hacia un tema que también ha tenido muchas controversias por su misma filosofía y su sistema de aplicación dentro del ámbito jurídico. Siendo así, la autopsia psicológica es un tema dentro de todo interesante puesto que se entra en una averiguación principalmente de aspectos psicológicos de la persona ya fallecida, indagando en todas las áreas de su vida de manera indirecta y minuciosa; entendiendo un poco mejor es preciso mencionar que como tal la autopsia es el estudio del cadáver en su totalidad con el propósito de investigar o averiguar qué causó su muerte; que al conjuntar autopsia + psicología llegamos al término del “estudio del aspecto psicológico de la persona finada”. ¿Será posible esto?, misma incógnita que se esclarecerá dentro de este mismo artículo.

Normalmente quienes acuden a recibir atención psicológica tienen la capacidad de expresar cómo se sienten ante determinados sucesos, qué aspectos le generan alguna emoción, qué acontece en su vida que le está generando un desequilibrio emocional y que siendo esto les impide de manera muy subjetiva ser funcionales en alguna área de su vida (social, familiar, personal, escolar, de pareja, esparcimiento, de salud), en pocas palabras hay una interacción entre paciente y terapeuta. Pero, ¿qué pasa cuando la persona ya no cuenta con las facultades para comunicar lo que le acontece? Para poder responder a este cuestionamiento retomamos al psicólogo Javier Gómez Segura, jefe del gabinete de psicología de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil. Socio fundador de la Sociedad Española de Psicología aplicada a Desastres, Urgencias y Emergencias SEPADEM, quien con sus conocimientos nos hace entender más a profundad qué es la autopsia psicológica y cómo se realiza un procedimiento desde un enfoque psicológico.

Veamos la autopsia psicológica como un procedimiento de investigación clínico que será determinante para calificar las causas de la muerte de una persona que específicamente no se tiene conocimientos de los motivos de su muerte, principalmente se ve este tipo de averiguaciones en suicidios, homicidios, feminicidios; cuestiones de una muerte no por causa natural sino por intervención ya sea de la misma persona o de otras personas;por tanto, el psicólogo forense debe centrarse en las circunstancias y el estado mental de la víctima en los momentos previos a su fallecimiento.

Para la realización del procedimiento pericial-psicológico se debe realizar una investigación de manera indirecta, es decir, indagar en las características de la personalidad del sujeto, su estilo de vida, historia de vida, sus relaciones interpersonales, existencia de atentados contra su propia vida, su reacción ante circunstancias que le generaban una actitud no esperada, relaciones de pareja, relaciones familiares, relaciones con amigos, etcétera. Todo este procedimiento se realiza mediante la indagación con personas cercanas, familiares, amigos, parejas, compañeros de estudio, compañeros de trabajo; es por eso que se considera un estudio realizado de manera indirecta.

Para que se pueda realizar una investigación o procedimiento del caso de manera más completa y detallada el psicólogo forense especializado puede acudir a la escena del crimen, realizar un estudio del lugar (todo lo que se encuentra en el lugar), observación del cuerpo (cómo se encuentra, si hay golpes, mutilación, artefactos cercanos a él), con el fin de dar más datos o pistas de la causa muerte. Y esto no puede ser realizado o comprendido solamente desde una perspectiva, se tiene que trabajar en conjunto con otros profesionales relacionados, por ejemplo: médicos legistas, abogados, psicólogos, psiquiatras; todos con un objetivo en común, poder determinar la manera de muerte y sus causas. Siendo esto un procedimiento laborioso y probablemente lleve su tiempo mientras se realizan todas las averiguaciones correspondientes hasta llegar al objetivo.

Siendo así que el objetivo del psicólogo Javier Gómez Segura nos abre un panorama centrado en la importancia del profesional de la salud mental en investigaciones periciales, puesto que con sus aportaciones el psicólogo ayuda a esclarecer los motivos causantes a una muerte con más profundad, siendo éste uno de los más importantes aspectos que se pueden considerar y que en afirmación sería de suma importancia hacer cada vez más completas todas aquellas averiguaciones de índole forense. En su contraparte, como se ha mencionado, al ser un estudio indirecto se cuenta con la participación de personas cercanas del occiso con esto, la subjetividad de cada uno de ellos también se ve implícita a la hora de que se les entreviste, misma subjetividad que puede influir en el proceso de averiguación con base en la información que puedan proporcionar; sin embargo, siempre darán aspectos claves que pueden ser determinantes a la hora de la investigación que sin duda conducirán a seguir analizando cada caso hasta llegar al trasfondo del suceso.

Una vez abordados los conocimientos anteriores nos enfocamos en un tema de mucha controversia social en la actualidad; hablaremos de la importancia de una buena práctica de autopsia psicológica en el feminicidio, considerándolo como uno de los problemas psicosociales que hoy en día se viven en México, donde las estadísticas nos demuestran que el agravio hacia la mujer se vuelve más frecuente y que a su vez, así como aumenta la violencia, su erradicación se vuelve más débil, ya que se comienzan a normalizar muchos actos violentos, siendo éste un impedimento importante para visualizar el trasfondo de esta grave problemática.

Como un punto de partida debemos mencionar que desde cualquier ámbito en que se visualice un atentado contra la vida de una persona, ya es un acto de violencia que trae consigo un patrón de conductas, un sistema de creencias y un conjunto de actitudes y actos que una vez estandarizados se vivencian con naturalidad, alejándonos cada vez más de la propia calidad de vida y por ende de quienes nos rodean, considerándose aptos en la cotidianidad que por más mínimas que sean ya traen un punto rojo de generadores de agresiones “sutiles” que son memorizadas al ser detectadas y que conllevan un ataque psicológico causando alguna lesión psíquica que va dejando huellas, siendo a la larga contraproducente al continuar repitiendo ese mismo patrón conductual.

Hablar del feminicidio conlleva un involucramiento de todas las áreas de interacción del ser humano descritas con anterioridad, que una vez efectuado el acto todas estas áreas vivencian un gran desequilibrio principalmente en la familia nuclear y personas allegadas a la occisa, quienes son las que llevan el mayor impacto; en segundo plano, pero no menos importante, ocurre a nivel social, donde se genera una impresión de inseguridad entre los habitantes que la conforman y que a su vez como psicólogos nos compete un gran papel de profesionalismo desde el enfoque forense.

Comprender la autopsia psicológica como una de las grandes herramientas de averiguación en el ámbito criminal con su fundamento y conocimiento en el área clínica encamina a una revisión y verificación de aspectos psicopatológicos así como la compenetración en perfiles de riesgo y todos aquellos factores asociados al crimen en revisión; siendo de su desconocimiento las causas de muerte, surge la necesidad de recurrir a una profundización de los agentes que encaminaron a cometer el delito, quien con una especialidad en la indagación y análisis puede ofrecer el psicólogo forense que, pese a la controversia de la eficacia de la autopsia psicológica ha sido con el paso del tiempo una técnica de evaluación de gran utilidad en el campo de la investigación criminal.

A través de los años se ha ido modificando la metodología de aplicación con el propósito de enfatizar y fundamentar de manera científica para identificar conductas asociadas al crimen; dando cada vez más una relevancia de apoyo indispensable para la reconstrucción del feminicidio en averiguación, evitando omitir información que pueda ser relevante ante el caso que llevarán a una dictamiación más completa sobre el caso.

Es por ello que la autopsia psicológica ha demostrado ser un gran elemento de utilidad a la hora de averiguación y, asimismo, al perfilar de manera legal y justa el esclarecimiento de la carpeta de investigación en análisis; los hallazgos psicológicos que se obtienen permiten crear un estudio criminológico más completo tanto de la víctima como del criminal, llevando así a comprender rasgos sociales que se han ido agravando, llevando al criminal a cometer atentados contra la vida, específicamente contra la de una mujer. La información que el psicólogo puede obtener es confiable para una buena reconstrucción de la “criminodinámica” del delito.

Conocer los rasgos de personalidad y la vida de la occisa permite arribar a información que se puede desconocer en primeros momentos de investigación que no deben pasar desapercibidos; por ello, es posible que a través de un protocolo bajo entrevistas, observación y examinación del psicólogo forense en participación brinde un gran apoyo en la investigación criminal que no debe dejarse de lado, ya que por la alta complejidad de los casos de feminicidio tomar en cuenta la metodología de la autopsia psicológica genera un trabajo factible a considerar; pese a que es una herramienta utilizada de manera indirecta, su metodología es producto de un trabajo fundamentado en una evidencia y criterio basado en lo científico, por lo que los resultados obtenidos en la autopsia son considerados una herramienta factible en el ámbito penal y criminal.

Considerándose que los casos de feminicidio han ido en aumento en los últimos meses en nuestro país cada vez más compete el análisis del comportamiento del ser humano en interacción para así encontrar las conductas del criminal que lo llevan a cometer el delito es fundamental, puesto que ya no sólo es acabar con la vida de una mujer de forma fría, sino que va más allá; pues en muchos casos son sometidas al dolor a través de golpes, violaciones, mutilaciones y un gran sometimiento psicológico. Todos estos agravios son un foco rojo que debe ser analizado con la finalidad de encontrar aquellos agentes psicopatológicos que han desarrollado los criminales, misma información que desde una autopsia psicológica también se pueden visualizar.

Al tratarse de una muerte donde se desconoce su etiología, el trabajo en conjunto de periciales, abogados, médicos legistas y psicólogos forenses debe reforzarse hoy en día, puesto que desde los conocimientos de su profesión y una colaboración en función bajo un sentido de honestidad, justicia, humildad, empatía y sobre todo un gran sentido hacia la humanidad, brindará una nueva generación de grandes cambios.

Referencias

Ceballos E., Francisco, “Aplicación forense de la autopsia psicológica en muertes de alta complejidad”, Anuario de Psicología Jurídica, Madrid, vol. 25, 2015.

Gómez S., Javier, “El uso de la autopsia psicológica para la comprensión y el esclarecimiento de muertes violentas”, Cuadernos de Crisis y Emergencias. Revista Semestral de la Psicología de las Emergencias y la Intervención en Crisis, vol. 1, 2016.

Formación electrónica: Yuri López Bustillos, BJV
Incorporación a la plataforma OJS, Revistas del IIJ: Ilayali G. Labrada Gutiérrez