¿Cómo afecta la violencia en el aprendizaje de los niños?

Publicado el 21 de enero de 2020

María Alicia Zavala García
Universidad Marista de San Luis Potosí,
Licenciatura en Psicología, Taller de Psicología Jurídica
emailAliciazavala080488@gmail.com

Dado que la violencia es un tema que trae mucha polémica, visto como un problema sociocultural, podemos ver que todos estamos inmersos en el mundo de la violencia, debido a que se encuentra en nuestras calles, colonias, ciudades, países y en el mundo entero. La preocupación por el desarrollo y el aprendizaje en los niños se ha incrementado, especialmente en las escuelas; la mayoría de las veces, el principal foco de alarma se encuentra en los hogares.

Es un tema amplio que abarca un gran campo para la investigación. En este caso nos detendremos un poco en observar ¿cómo afecta la violencia en el aprendizaje de los niños? Principalmente en los escolarizados y en su desempeño académico. Es la sociedad que los espera, el mundo que los adultos estamos dejando para ellos.

La palabra violencia no es fácil de definir, existen diversas posturas entre los autores:

Para H. L. Niburg, la violencia consiste en una acción directa o indirecta, destinada a limitar, herir o destruir a las personas o a los bienes (1996).

El Diccionario Larousse define violencia como: “Acción injusta con que se ofende o perjudica a alguien. Coacción física ejercida sobre una persona y obligándola a ejecutar un acto determinado por medio de la fuerza física o moral a hacer algo contra su voluntad”.

Se analizará la violencia y sus diferentes manifestaciones siguiendo el artículo 19 de la Convención sobre los Derechos del Niño y la Observación General N° 13 del Comité de los Derechos del Niño, la cual establece que se entiende por violencia “toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual, mientras el niño se encuentre bajo la custodia de los padres, de un representante legal o de cualquier otra persona que lo tenga a su cargo”.

 Violencia contra niños, niñas y adolescentes

Tipos de violencia

Definición

 

Toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual

Física

Uso de la fuerza, mortal y no mortal, sobre niñas, niños y adolescentes (NNA) que deriva en daños reales o potenciales, que se manifiesta en: castigos corporales y todas las demás formas de tortura y tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes, intimidación física y novatadas por parte de adultos o de otros niños.

Sexual

Incitación o coacción para que un niño se dedique a cualquier actividad sexual ilegal o psicológicamente perjudicial, utilización de un niño con fines de explotación sexual comercial, utilización de un niño para la producción de imágenes o grabaciones sonoras de abusos sexuales, la esclavitud sexual, la explotación sexual en el turismo y la industria de viajes, la trata y la venta de niños con fines sexuales y el matrimonio forzado.

Emocional

Forma de maltrato psicológico, abuso mental, agresión verbal y descuido emocional. Se manifiesta como una relación perjudicial persistente con el niño, como hacerle creer que no vale nada, que no es amado ni querido, que está en peligro o que sólo sirve para satisfacer las necesidades de otros, asustar al niño, aterrorizarlo y amenazarlo; explotarlo y corromperlo; desdeñarlo y rechazarlo; aislarlo, ignorarlo, discriminarlo, insultarlo, injuriarlo, humillarlo, menospreciarlo, ridiculizarlo y herir sus sentimientos. Exponerlo a la violencia doméstica o desatender sus necesidades afectivas, su salud mental y sus necesidades médicas y educativas.

Descuido o trato negligente

Falla en la cobertura de las necesidades físicas o psicológicas de NNA, así como en la protección contra el peligro o en la provisión de servicios cuando las personas responsables del cuidado de NNA tienen los medios y el conocimiento para hacerlo.

Prácticas perjudiciales

Normas, leyes o costumbres legales, sociales, comunitarias o familiarmente validadas o aceptadas cuya vigencia se traduce en actos, obligaciones, restricciones o rituales que pueden menoscabar o perjudicar la integridad física o psicológica de NNA.

Institucional

Daños, directos o indirectos, y omisiones causadas por autoridades estatales de todos los niveles. Las omisiones pueden consistir en no aprobar o revisar disposiciones legislativas o de otro tipo, no aplicar adecuadamente las leyes y reglamentos, así como no contar con suficientes recursos y capacidades materiales, técnicas y humanas para detectar, prevenir y combatir la violencia contra NNA.

Fuente: Adaptación de la Observación General N° 13 del Comité de los Derechos del Niño (2011).

La preocupación por el desarrollo y el aprendizaje en los niños se ha incrementado especialmente en las escuelas a las que acuden diariamente; el bajo rendimiento en los niños es notorio, alarmante y manifestado por conductas anormales.

La violencia infantil crece constantemente de manera silenciosa, ciertamente los casos han aumentado en nuestro país, las víctimas son cada vez más pequeñas. Sin duda es una población vulnerable. Dentro de las cifras registradas por violencia, se ha detectado un alarmante aumento en maltrato psicológico, acoso escolar o maltrato físico, lo más sorprendente es que más del 60% de los casos se producen en el entorno familiar de los pequeños.

“Diferentes estudios informan que los episodios de agresión y/o violencia en las escuelas producen en los niños daños físicos y emocionales, estrés, desmotivación, ausentismo, e incluso efectos negativos en el rendimiento escolar por estrés postraumático en los afectados” (Gumpel y Meadan 2000; Verlinde et al., 2000; Henao, 2005; Smith y Thomas, 2000).

Muchas de las veces las conductas agresivas o violentas entre los niños pueden pasar desapercibidas por los profesores o tutores, considerándolas propias de su edad, principalmente cuando existe el problema del pacto de silencio entre agresor y la víctima (amenazas). Este acontecimiento es torturante para el niño que es violentado; las conductas agresivas y torturantes alteran el ambiente escolar, repercutiendo de manera negativa en su aprendizaje.

La agresión y violencia son conflictos no resueltos, no tanto entre compañeros, más bien son problemas que los niños vivencian desde su propio hogar y que se hacen manifiestos en las aulas de clases entre compañeros.

Para Oteros (2006), “la conducta agresiva es socialmente inaceptable ya que puede llevar a dañar física o psicológica a otra persona, la agresividad en la etapa escolar puede aplicarse a acciones agresivas, bajos estados de ánimo”, etcétera.

Pintus (2005) conceptualiza la violencia escolar como una manifestación que se da en el espacio de las relaciones humanas en el contexto de las instituciones educativas.

Algunos estudios revelan características personales de los niños, como, por ejemplo, los niños menores de siete años de edad obedecen más a los adultos, no suelen cuestionar las reglas, a partir de los once años desarrollan el razonamiento moral, son capaces de cuestionar, las reglas se modifican y las aplican en para su propio beneficio. Desgraciadamente los adultos han confundido la interacción agresiva con juegos propios de su edad, por lo que no se ha dado la debida atención; los efectos de la violencia familiar sobre el niño se pueden expresar en distintos ámbitos, a corto o a largo plazo, y estas consecuencias pueden ser acumulativas para el niño.

Es impactante ver que la violencia se va normalizando, y cada vez se le da menos importancia a las conductas provocativas en los niños, ya que les son atribuidas y justificadas por su edad; sin embargo, en el área educativa nos damos cuenta que los niños piden ayuda urgentemente a través de sus actitudes y rebeldías, y por qué no decir, en el propio juego, no podemos quedarnos tranquilos ante conductas desafiantes y permanecer de brazos cruzado, mientras nuestros niños pasan de ser víctimas a victimarios, desquitando su enojo y frustración dentro del campo escolar entre sus compañeros. Ninguna actitud de violencia contra los niños es justificada, y todo tipo de violencia puede ser prevenida, debemos poner más atención en nuestra sociedad y educar con amor, ya que los niños son el futuro de nuestra sociedad y la esperanza está puesta en ellos. No podemos ser ajenos y huir de la realidad, las instituciones necesitan estar más atentas y tornarse un lugar seguro, en el cual se fomenten los valores del respeto, la dignidad, tolerancia, promover la paz, entre otros. Ya que las escuelas desempeñan un rol en la transformación de la sociedad, y se centra de manera individual en cada niño, brindando confianza en sí mismo, se debe tener cuidado en el desarrollo emocional e integral de cada uno, así como de las familias.

Bibliografía

Ciencia y enfermería, XIV (2), 2008.

Gac. Med. Mex., vol. 139, N° 42003.

Rev. Chil. Pediatr., 67(4), 1996.


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