Una sociedad que piensa desde el género

Publicado el 24 de enero de 2020

Elisa Sophia Lorencé Chávez Cobo
Universidad Marista de San Luis Potosí, Licenciatura
en Psicología, Taller de Psicología Jurídica
emailLorence_sophia@hotmail.com

Desde tiempos remotos la posición social de la mujer se ha visto drásticamente atropellada por la posición del hombre, provenientemente podría partir de la raíz de la postura fisiológica, de la fuerza que biológicamente y por lo regular es mayor en un cuerpo orgánicamente masculino que en un cuerpo orgánicamente femenino.

Pero el objetivo de este artículo no es profundizar en el origen de esta situación, si bien los presentes en la sociedad actual llegamos a un mundo en que esta postura ya estaba más que definida y los roles sociales que se nos asignaron de acuerdo a nuestro género, en la gran mayoría de los casos, mostraban una postura de participación en el refuerzo de esta situación, en cada caso particular en diferentes medidas, dependiendo principalmente de sus antecedentes familiares, situaciones generacionales, mercadotecnia y postura política de la época, entre muchos otros. Al igual que infinidad de rituales sociales a través de las diferentes culturas presentadas globalmente a través de las diferentes eras de la humanidad, han contribuido al pensamiento y situaciones en las que estrictamente a causa del género se ha visto a la mujer dentro de una postura inferior a la de un hombre.

En este artículo ahondaremos en las situaciones actuales de la sociedad en las que particularmente esta postura ha causado problemáticas y situaciones de atropellamiento a los derechos de un ser humano, ya sea éste perteneciente al género femenino o al género masculino.

Comenzaremos abordando el tema de las diferentes protestas que se han visto recientemente en diferentes países, exigiendo lo que reclaman como “igualdad de género”. Pues si bien en esta clase de manifestaciones habría que tener mayor escrupulosidad sobre la manera de abordar el tema, ya que podemos observar, en algunos casos, que la exigencia de privilegios o condiciones especiales para el grupo de personas pertenecientes al género femenino para que éstas puedan llegar a obtener las mismas condiciones que tiene el grupo de personas perteneciente al género masculino parten de la misma postura del feminismo hegemónico, es decir, con un punto de partida de una posición de inferioridad que nos lleva a necesitar estas aclamadas condiciones especiales para igualarnos a los hombres, llevándonos a punto de comparativa con el grupo de personas pertenecientes a capacidades distintas.

Por lo que dentro del análisis de este caso este grupo social exigente de condiciones especiales llega a atropellar el derecho social del género femenino de llegar a sus objetivos por sus propios medios, generando un papel digno de satisfacción por sus logros.

El feminismo hegemónico no considera las variaciones de los diferentes perfiles de la mujer dependiendo de su origen, ubicación geográfica, edad, etcétera. Por lo que, a pesar de ser un impulsor de gran importancia histórica en los derechos femeninos de Occidente, se basó en la exclusión de mujeres que no cumplían las características del grupo de origen. Dando como resultado la misma discriminación que en un principio se consideró proveniente del género masculino hacia el femenino, ahora dirigido hacia cierto grupo de la población del género femenino proveniente del grupo occidental de la época perteneciente a este mismo género.

Sin duda alguna es un tema bastante delicado, en el que se requiere un estudio bastante amplio de estrategia el solicitar cambios sociales. Si bien podemos notar en diferentes actos sociales y políticos a esta aclamada “igualdad de género” también existe el término “equidad de género”, presente en distintas situaciones de esta rama en nuestra sociedad actual. Generando de igual manera situaciones que desfavorecen a la situación el pleno ejercicio de los derechos de las mujeres, ya que parte de una postura de inferioridad de género, tomando en cuenta la siguiente cita:

El concepto de equidad es un principio ético-normativo asociado a la idea de justicia; bajo la idea de equidad se trata de cubrir las necesidades e intereses de personas que son diferentes, especialmente de aquellas que están en desventaja, en función de la idea de justicia que se tenga y haya sido socialmente adoptada.

La igualdad es un derecho humano protegido por distintos instrumentos nacionales e internacionales en materia de derechos humanos. Además, tal como está expresado en la CEDAW,1 la igualdad va de la mano con el principio de la no discriminación, y en este sentido, la igualdad sólo será posible en la medida en que se erradique la discriminación contra las mujeres (ONU Mujeres, 2015).

Como punto final a abordar dentro de este artículo, la biología, que si bien lleva a marcadas diferencias situacionales, no debe ni comprende ninguna limitante para llegar a la igualdad de género, tomando en cuenta las siguientes citas:

Chodorow demuestra satisfactoriamente, al menos para mí, que la personalidad femenina, caracterizada por el personalismo y el particularismo, puede explicarse como generada por el ordenamiento socio estructural en lugar de por factores biológicos innatos.

Existen elementos que han servido para considerar a la mujer en una posición diferente que el hombre respecto a la naturaleza. Las consecuencias de considerar a la mujer más próxima a la naturaleza son: si se piensa que es esta en medio, son considerarla inferior a la cultura y por lo tanto se justifica su status inferior socialmente. Si se la ve como mediadora entre la naturaleza y la cultura, justifica a desvalorizar a las mujeres y mantenerlas en el mismo sitio en el que se encuentran y si se le considera como ambigua, pues entonces se le considera fuera de ella o alrededor, pero entonces existirán siempre significados contradictorios (Flores, 2004).

Como conclusión, estas situaciones perjudiciales hacia el género femenino requieren de una atención mucho más focalizada a las actividades de mantenimiento de la ideología que nutre esta postura, tomando en cuenta la siguiente cita: “Los niños pequeños son completamente humanos, pero no están en absoluto socializados; al igual que los animales, son incapaces de andar erguidos, excretan sin control, y no hablan. Resulta bastante evidente que incluso los niños algo mayores no están completamente sometidos al imperio de la cultura” (Flores, 2004).

Contienen su actual reforzamiento en la educación elemental de los nuevos integrantes de la sociedad, en donde, como se menciona al comienzo del escrito, se llega a un espacio social en donde los roles, creencias, costumbres, etcétera, contienen un reforzamiento que limita y obstaculiza deliberadamente el poder llegar a la igualdad.

Referencias

Flores, A. (2004), “La segunda ola del movimiento feminista: el surgimiento de la teoría de género feminista”, Revista de Humanidades, Nuevo León, México.

ONU Mujeres, El progreso de las mujeres en el mundo. Transformar las economías para realizar los derechos, 2015.


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