Lecturas para pensar la crisis1

Publicado el 13 de abril de 2020


Pedro Salazar Ugarte

Director del Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM,
email pedsalug@yahoo.com

En estos días –quienes puedan hacerlo porque los confinamientos son muy diversos– se escribirá y se leerá mucho. En lo personal estoy intentando seleccionar textos que me permitan mirar la coyuntura desde una perspectiva amplia. Intento una gesta que se vislumbra difícil: entender los efectos potenciales de un evento como el que nos embiste. Efectos que inevitablemente se desdoblarán en múltiples dimensiones y que desde ya están cambiando nuestras vidas.

Por ejemplo, gracias a un alumno, desempolvé la Historia de la Guerra del Peloponeso, de Tucídides, y recordé que la peste de Atenas –que inició en Etiopía y atravesó por Egipto y Libia– arrasó a esa ciudad, diezmó irremediablemente a su ejército y acabó con la vida de su líder, Pericles. Líder que un año antes había escrito y pronunciado un Discurso fúnebre –dedicado a los caídos en el primer año de aquella guerra– que para muchos constituye la evidencia retórica de que Atenas era un ejemplo de civilidad y democracia. La guerra y la peste arrasaron con todo. Tucídides documenta cómo esta última también enfermó la moral pública de los atenienses y, con ello, fracturó el pacto de legalidad que sustentaba a la polis. La democracia se desfondó.

También retomé la lectura del libro de Robert Gellately, No sólo Hitler. Las circunstancias no son iguales y las causas tampoco, pero su lectura me permitió preguntarme si será posible retomar la senda democrática después de la emergencia. En los hechos –y, en algunos casos, a través del derecho– la pandemia nos ha colocado en un Estado de excepción. Muchas de nuestras libertades están siendo restringidas y los Estados están concentrando un poder inusitado. Poder que, cuando ha sido necesario, se ejerce a través de las fuerzas de seguridad. Todos sabemos que Hitler decretó un Estado de excepción después del incendio del parlamento alemán y con ello puso en jaque a la Democracia de Weimar. Pero lo que a veces olvidamos es que cuando eso sucedió existía una fuerte desafección de los alemanes hacia la democracia parlamentaria. Mi preocupación es que entramos a la crisis actual cuando nuestras instituciones democráticas adolecen de una fuerte crisis de legitimidad y las pulsiones autoritarias se han hecho sentir en muchas latitudes. ¿Qué quedará de esas instituciones después de la pandemia?

También busqué un librito que para mí es lectura de cabecera: Persona y Democracia, de María Zambrano. Le tomo prestada una idea: “una de las debilidades del hombre europeo de finales y principios del Siglo (XX) ha sido no creer en el absurdo, en el horror, en el crimen gratuito, en lo diabólico. El haber olvidado que ciertas cosas, ciertos horrores habían sucedido entre nosotros no hacía tanto tiempo.” Su advertencia debe retumbar en nuestras mentes porque con frecuencia el horror acompaña a las crisis o abreva de ellas.


NOTAS:
1 Se reproduce con autorización de el autor, publicado en Financiero, el 8 de abril de 2020.

Formación electrónica: Yuri López Bustillos, BJV
Incorporación a la plataforma OJS, Revistas del IIJ: Ignacio Trujillo Guerrero