Jorge Alberto González Galván: el arte y el jurista
Publicado el 28 de abril de 2020
Jorge Alberto González Galván
Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM,
jagg@unam.mx
1) Si no fueras abogado, ¿a qué actividad artística te hubiera gustado dedicarte y por qué?
Yo hubiera querido ser futbolista profesional, pero no se dio. Y si no fuera abogado creo que me dedicaría a lo que se da hoy en llamar “artista interdisciplinario”: escribiría poemas y cuentos, haría dibujos de retratos, tomaría fotos y videos. De hecho, hago todo esto de manera esporádica, como pasatiempo: son actividades que complementan y enriquecen mi trabajo intelectual como abogado.
2) ¿Cuál fue el primer poema, cuento o novela que leíste y de qué trata?
El primer cuento que leí fue en mi infancia (y que no he releído desde entonces, por cierto) fue Las aventuras de Tom Sawyer, de Mark Twain. Trata de unos niños que se organizan para divertirse en el río cercano a su pueblo. Mi primer poema, que hasta me aprendí, fue “La Chaca Micaila”, de Antonio Guzmán Aguilera; es el lamento de un campesino por la muerte de su esposa: “Mi cantón magrecita del alma, ya pa’ qué lo quero, si se me fue la paloma del nido, si me falta el calor de su cuerpo…”.
La primera novela que leí fue Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez. Trata de la vida en un pueblo llamado Macondo donde pasan cosas reales pero maravillosas, como llevar a una persona a conocer por primera vez el hielo.
3) ¿Qué obras de pintores o escultores admiras y por qué?
Zdzislaw Bekzinski es un pintor que cada año presentaba sus cuadros en una galería de París y sus pinturas me gustaban porque son misteriosas; por ejemplo, un rostro gritando insinuado entre las ventanas de un edificio en ruinas que levita, con difuminado, en llamas, con colores oscuros y otros muy chillantes.
De Pablo Picasso me gusta su proceso creativo, siempre se reinventaba en cada cuadro u objeto, era —como decía Octavio Paz— “un don Juan del arte”. Parecido a nuestro Francisco Toledo.
El escultor Sebastián es un genio vivo: su (bendita) curiosidad interdisciplinaria nos regala asombros gozosos monumentales, “el que tenga ojos que (te) vea”.
4) ¿Tocas algún instrumento musical? ¿Te gustaría haber aprendido alguno? ¿Por qué?
Yo no toco ni la puerta. Me gustaría saber bien tocar la guitarra para interpretar las “Gimonopedias” de Erick Satie o los “Ragtime” en piano de Scott Joplin. ¿Por qué? Bueno, toco la guitarra porque lo aprendí en el coro de la iglesia de mi barrio en Tepic, muy elemental, muy de serenatas, nada de solfeo ni partituras. Me gusta el sonido de la guitarra y el piano por su sensualidad: pasa por tus dedos directamente al corazón al interpretar o al escuchar a otros. Nada profesional, pues, pura intuición.
5) ¿Cantas? ¿Cuáles son tus cantantes preferidos?
Canto “Las Mañanitas” en los cumpleaños y el Himno Nacional cuando es necesario. Me gusta a veces acompañarme de mi guitarra para cantar, en el oscuro rincón de mi cuarto, guiado por mi “Guitarra fácil”.
Mis cantantes preferidos no son virtuosos de la voz, son compositores, son poetas: José Alfredo Jiménez, Atahualpa Yupanqui, Alfredo Zitarrosa, Joan Manuel Serrat, Alejandro Sanz. ¿Por qué? Porque no los escuchas por entretenimiento, sino porque te están contando historias que te conmueven, te hacen pensar, te curan el alma, son pedagogos de nuestra educación sentimental.
6) ¿Dibujas? ¿Pintas? ¿Esculpes?
He tomado algunos cursos de dibujo y pintura porque me llama la atención el cómo se enseñan y explican. Me parece que utilizan el mismo lenguaje que usamos los abogados cuando enseñamos y explicamos el derecho: “perspectiva”, “enfoque”, “contorno”, “temas”, “forma”, “fondo”… Los verdaderos pintores, de hecho, hablan de su trabajo no como un pasatiempo, sino como un proceso de investigación arduo, tenaz, incesante, hasta obsesivo. La “inspiración” no existe, decía Picasso, pero ojalá se presente cuando esté trabajando. En el mismo sentido, otros dicen que el arte no es cosa de inspiración, sino de transpiración.
De la escultura me llama la atención el poder estar en contacto con la “materia” para darle “forma” (otras palabras que solemos utilizar como abogados).
7) ¿Te gusta la fotografía y el cine?
Tomé cursos de foto y cine cuando era joven y bello, ahora los disfruto: la foto como aficionado y el cine como espectador.
8) ¿Cómo influye el arte en el derecho?
Teóricamente se ha discutido si el derecho es arte. Depende qué se entiende por “derecho”: si se entiende como normas que organizan la vida de las personas, y el “arte” como la producción de belleza, de objetos estéticos, entonces no creo que el arte influya en el derecho.
En donde la influencia del arte es fundamental es en los profesionales del derecho, porque si somos abogados “sensibles”, como practicantes o espectadores (amantes) de las actividades artísticas, entonces nuestro potencial cognitivo, intelectual, reflexivo, se dispara, se estimula, cuando discutimos y aprobamos una ley, cuando la estudiamos e interpretamos, cuando la aplicamos.
9) ¿Cuál es la influencia del derecho en el arte?
Las normas deben promover, proteger y desarrollar nuestra inteligencia emocional, que es el lugar donde residen las actividades artísticas, es decir, nuestros “derechos emocionales”: que son aquellos que nos permiten expresar nuestros sentimientos a través del lenguaje (oral o escrito, visual o plástico) o al interpretar un instrumento musical.
10) Por último, ¿si tuvieras 18 años volverías a estudiar derecho o escogerías una profesión artística?
Buena pregunta… creo que ahora que sé que el derecho es, básicamente, una herramienta para hacer justicia y me satisface, por ello, ser un “justiciero” en mi vida diaria y profesional, pues sí, sí volvería a estudiar derecho. En cuanto a las actividades artísticas, no las dejaría de lado, las practicaría, como decía, porque enriquecen mi trabajo como defensor de los derechos de las personas, animales y naturaleza.
Nota: me he entrevistado para invitar a mis colegas profesores a compartir su opinión, contestando este cuestionario sobre su relación con el arte (ya que éste no se debe ignorar, sino cultivar, para el buen desempeño humano y profesional): hechos@unam.mx (con copia para mí: jagg@unam.mx).
Ciudad de México, 21 de abril de 2020
Formación electrónica: Yuri López Bustillos, BJV
Incorporación a la plataforma OJS, Revistas del IIJ: Ignacio Trujillo Guerrero