México después del Covid-19

Publicado el 5 de mayo de 2020

Mauricio Martínez Zamudio
Licenciado y maestro en Derecho por la Universidad Juárez Autónoma de
Tabasco; profesor universitario y abogado postulante
email zamudio_830131@hotmail.com

Hablar de solidaridad en México es referirse a una etapa de los mexicanos que se observa afortunada y, a la vez, desafortunadamente en ocasiones como las catástrofes naturales.

En pleno 2020 México se encuentra confrontando una vez más a un enemigo invisible que repercute en la salud de todo el pueblo de México, enemigo con bandera extranjera, ya sea por conducto de una conspiración o trátese de una obra de la naturaleza, nuevamente estamos en guerra, pero ¿contra quién?

En marzo pasado se realizó la que quizá sea la demanda social más connotada en los últimos años: un día sin mujeres; reclamo feminista apoyado por diversas fracciones partidistas contrarias a la del actual gobierno de México, partidos políticos haciendo gala de su total apoyo a las acciones violentas que dejan en evidencia la total falta de congruencia entre la demanda y la acción. No negamos que el espíritu es válido, pero las acciones no.

No debe pasar desapercibido que hoy en día la ciudadanía mexicana, resguardada tras un monitor y un perfil social, se suma a las críticas diarias en contra del gobierno mexicano, unos cuantos en contra, otras más a favor, pero todos usando como medio las redes sociales, ya sea con críticas, encuestas o monitoreos ciudadanos. Lo que sin duda hubiese sido de utilidad en sexenios pasados, no las redes, sino la crítica, informada o desinformada en su mayoría, pero crítica al fin.

Por otra parte, tenemos por primera vez en México un programa social destinado a jóvenes con el fin de obtener la experiencia necesaria para poder ejercer como verdadero miembro útil en la sociedad en el ámbito económico.

En suma, México se trata de un pueblo que pareciera que su objetivo es hacer ver los errores de los demás, aprovechar la oportunidad, obtener un beneficio; en fin, sacar el mejor provecho ya sea a título particular o por conducto del gobierno en turno, no se trata de todo o nada, se trata de ambos, te critico pero ayúdame, te protesto pero págame.

En tratándose de la pandemia mundial de 2020, el coronavirus, no falta la voz virtual no de uno sino de muchos ciudadanos que reclaman a sus flamantes legisladores que salgan a apoyarlos, como salieron a pedir su voto, nuevamente la ideología de “me tienes que ayudar”, como si se tratase de la función u obligación de los funcionarios, tampoco estamos tratando de hermanarnos con éstos, pero cierto es que el pueblo de México así piensa.

Retomando la pandemia del coronavirus, en China, precisamente, el pueblo trabaja en algunas de sus partes bajo un sistema de comunas —aclaramos que queremos rescatar no lo político, sino lo social— con cualidades de ser autosuficientes, un conjunto de personas que se organizan con el fin de producir y generar riquezas para beneficio de esa misma comuna, estamos hablando de esa autosuficiencia, de solidaridad. Si bien fueron los primeros en ser afectados en esta nueva guerra mundial, también lo es que fueron los primeros en dar frutos favorables en salir o estar saliendo de ella.

Durante la cuarenta en México, ya no se han escuchado las manifestaciones ni partidos contrarios, estas voces se han quedado mudas frente al Covid-19. Todos, o por lo menos la mayoría, se han resguardado en sus hogares como medida de prevención y contención sanitaria. Ahora sí dejamos de criticar y atacar porque nos conviene.

Al respecto, ha habido voces que reclaman desde diversas tribunas que el presidente actué de forma tajante; por otra parte, hay voces que aseguran que el gobierno de México actuó de forma rápida. Sin embargo, cuando se presentó esta guerra mundial que surgiera en Wuhan en octubre de 2019, en la que México, pese a haber tomado medidas acertadas y seguras en voces de expertos y comentaristas, las consecuencias serán las más perjudiciales para este pueblo siempre en espera de ser ayudado, y nos referimos al aspecto económico.

Cómo vamos a salir de esta crisis teniendo como idea base que todos nos deben ayudar, en vez de buscar el mecanismo adecuado que nos permita ser autosuficientes, pues ese es el reto, la guerra no es contra el virus, es contra el mismo pueblo de México, que espera ansioso la llegada de un salvador; pero esta forma de pensar es lo que debemos transformar para poder salir adelante. En España, por ejemplo, derivado de la contingencia sanitaria mundial, se emitió un decreto que establece la obligatoriedad a las empresas de pagar el 100% de su sueldo a los empleados, pero paralizando desde la producción hasta las ventas, sin omitir el cumplimiento de obligaciones patronales, como lo son impuestos y cuotas de seguridad social. Las consecuencias económicas serán devastadoras.

Pues esta similitud está por venir, si no es que ya hace estragos en la economía en nuestro país; los emprendedores, pequeños empresarios y, por qué no, hasta las más poderosas empresas, afectados en su economía, se verán obligados quizá a deshacerse no de uno sino de varios de sus empleados, las demandadas laborales no se harán esperar, los procesos de concursos mercantiles empezarán a repuntar, mientras la ciudadanía mexicana empezará otra vez a reclamar.

Gracias a esta pandemia, en que el mundo respira de la humanidad, nos deja ver nuestra verdadera naturaleza, el individualismo, mismo que nos está acabando, pero para ello hay que tomar medidas colectivas que nos involucren a todos, esa es la forma en que debemos afrontar las consecuencias de esta pandemia, lo que no será fácil y no será tampoco por culpa del gobierno mexicano. Es hora de que el pueblo de México muestre desinteresadamente una vez más su solidaridad para afrontar esta crisis venidera, sin importar la desigualdad social; hay que crear cadenas productivas, pero sobre todo en busca de un cambio verdadero, real y mental respecto de nuestro sistema económico, político, ecológico y hasta financiero. El gobierno ya hizo lo propio, negarse a solicitar al FMI un préstamo y endeudar más a la nación, todo sea por nuestra salud y salud económica.


Formación electrónica: Yuri López Bustillos, BJV
Incorporación a la plataforma OJS, Revistas del IIJ: Ignacio Trujillo Guerrero