Francisco José de Andrea Sánchez: la investigación jurídica
(orientaciones para un estudiante)*

Publicado el 12 de mayo de 2020


Jorge Alberto González Galván

Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM,
email jagg@unam.mx


1)¿Por qué estudiaste derecho?

El motor principal detrás de mi interés por la disciplina del derecho fue el hecho de que en la preparatoria tuve un maestro de historia sobresaliente que enfatizaba —con un rigor inusual para ese nivel escolástico— la importancia del llamado “imperio de la ley” para facilitar la vida en sociedad y posteriormente la construcción, primero teórica y luego práctica, de sistemas económicos, financieros, de organización familiar, penales e internacionales constituidos por normas jurídicas, sin las cuales el progreso de la humanidad habría sido imposible. Al percatarme de esta realidad incontrovertible a través de las luces que brindó el citado maestro y las herramientas de análisis que nos proporcionó, concluí que a pesar de la importancia de una gran multitud de disciplinas y ramas del conocimiento humano todas éstas serían inútiles sin la función organizadora y el control positivo del derecho para optimizar los esfuerzos humanos a través de las restantes actividades que se realizan en sociedad.

2) ¿Cuáles materias te gustaron más y por qué?

Como he dicho repetidamente en algunos otros foros en los que se nos ha solicitado una narración de experiencias de la historia del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y del derecho en México, siempre he enfatizado que dentro de la disciplina (el derecho) que para mí es la piedra angular del funcionamiento de la humanidad organizada socialmente existe un engranaje clave que es el derecho constitucional. Y en la época en que yo estudié derecho el exponente más fresco, incisivo y estimulante intelectualmente en este tema era sin lugar a dudas Jorge Carpizo McGregor y su extraordinaria cátedra de derecho constitucional. Carpizo no sólo tenía un nivel de erudición poco común sobre historia constitucional y patria, sino que tenía una vocación, diría yo, casi genética para ejercer la política, aunque en la época en que lo conocí como profesor su quehacer político se limitaba al ámbito universitario.

Los conocimientos de Carpizo se combinaban con una elocuencia oratoria ideal para el derecho constitucional, en una narración vívida de las principales efemérides de la historia constitucional mexicana.

Por otro lado, sus conocimientos teóricos de vanguardia adquiridos a través de sus lecturas y estudios en Europa le hacían un profesor de excepción en su época. Todas estas condiciones favorecían el que una porción importante de sus alumnos se interesara por el derecho constitucional, algunos inesperadamente.

3) ¿Cuáles maestros te gustaron cómo enseñaban y por qué?

Como ya adelanté en párrafos anteriores, conservo en mi memoria una lista selecta de maestros ilustres que coincidieron en la UNAM en una época dorada de la enseñanza jurídica en México en que aún estaban presentes algunas grandes figuras de la época del exilio español combinados con profesores mexicanos jóvenes excepcionales y de talentos, como Mario de la Cueva. Entre otros, recuerdo vívidamente, aparte del mencionado Carpizo, a Roberto Hoyo D’Addona, fiscalista excepcional y funcionario público de muy alto nivel, que amablemente me invitó a colaborar con él algunos meses en la Secretaría de Hacienda. Emilio Chuayffet Chemor, extraordinario administrativista mexicano y uno de los políticos más destacados de los últimos 40 años en México y con quien pude colaborar en diversos proyectos e iniciativas de ley en sus diversas etapas como secretario de Gobernación y líder parlamentario. Asimismo, recuerdo a Guillermo Floris Margadant, un romanista e historiador del derecho excepcional y con una vasta cultura. Igualmente recuerdo en derecho agrario al maestro Antonio Luna Arroyo y en derecho procesal a Cipriano Gómez Lara. Ya en la etapa de becario del Instituto recuerdo al maestro Jorge Barrera Graf, uno de los mercantilistas más destacados que ha dado México; al doctor Sergio García Ramírez, eminente penalista y destacadísimo político, y a Ulises Schmill Ordoñez, quien en los años ochenta, al dejar el IIJ y la UNAM para ir a la Suprema Corte, me invitó como su secretario de estudio y cuenta, pero el imán de la academia era demasiado fuerte. Asimismo, conocí y aprecié la inteligencia brillante de Diego Valadés en su etapa como director del Instituto de Investigaciones Jurídicas, que relanzó al Instituto por la senda del derecho constitucional. Por último, pude también conocer al excepcional talento académico y político que fue José Francisco Ruiz Massieu, quien me distinguió nombrándome director del Centro de Estudios Parlamentarios de la Fundación Cambio XXI y quien estaba camino a ser un protagonista clave de un cambio político en México que, desafortunadamente para nuestro país, ya no pudo cuajar correctamente.

4) ¿Por qué es importante hacer una tesis para titularse?

La tesis de licenciatura es para muchos jóvenes estudiantes quizá la única ocasión en que se verán obligados a realizar un esfuerzo extraordinario en el ámbito intelectual para centrarse y enfocarse de forma especializada en algún tema jurídico de tal forma que les permita entender la complejidad real de los fenómenos políticos y jurídicos, así como adentrarse también —quizá por única ocasión— en labores, actividades y esfuerzos de investigación que le sirvan para ordenar de manera sistemática su visión de la vida y de los problemas humanos.

5) ¿Qué te motivó especializarte en la disciplina que investigas?

En la época en que escribí mi tesis de licenciatura se presentaban fenómenos y movimientos políticos a nivel mundial que eran calificados como esfuerzos de Nation Building o “construcción de naciones” en el sentido de que después de décadas de adormecimiento bajo dictaduras militares o regímenes totalitarios muchos países en Europa y América Latina se estrenaban en el escenario de las prácticas políticas democráticas, para lo cual era indispensable el diseño de un modelo constitucional acorde a las necesidades de cada sociedad. Esta dinámica real de la época en que yo escribí mi tesis tenía como protagonistas sistémicos principales a las organizaciones que llamamos partidos políticos. De esta manera se conjugaron mis dos intereses fundamentales: la importancia organizativa y civilizatoria del derecho, esto es, de la normatividad que controla y regula la vida humana, y de los entes o personas morales que fungen como intermediarios entre la sociedad y el gobierno, a saber: los partidos políticos.
De ahí que el título de mi tesis fuera El régimen jurídico de los partidos políticos.

6) ¿Por qué es importante investigar el derecho?

El derecho, como todas las disciplinas, es una “materia viva” en constante transformación y evolución y, desafortunadamente, a veces también involución. En este sentido, siempre será necesario contar con cuadros de juristas e investigadores que profundicen en las distintas ramas del derecho, tanto las tradicionales como las nuevas que surgen a la par de las transformaciones tecnológicas y sociales.

7) ¿Cómo eliges un tema de investigación?

Normalmente selecciono mis temas cuando detecto una patología social que requiere de solución jurídica y cuando encuentro que el marco jurídico aplicable a la problemática de que se trate es inadecuado u obsoleto.

8) ¿Cómo desarrollas un tema de investigación?

Inicialmente, procuro leer las obras principales sobre el tema de mi interés tanto a nivel nacional como internacional, para lo cual son muy útiles los idiomas y las obras comparativas. Posteriormente, detecto en qué rubros hay lagunas o vacíos en la labor de investigación o formulación de teorías jurídicas y busco construir esquemas teóricos originales que ayuden a resolver los grandes problemas nacionales.

9) ¿Qué aportes/utilidad/beneficios te proporciona investigar tus temas?

Como casi cualquier investigador, ya sea de ciencias exactas o sociales, los aportes son múltiples y duraderos, puesto que el conocimiento profundo de las razones ocultas que están detrás del funcionamiento de las sociedades humanas permite vivir —profesional y personalmente— con un mayor equilibrio y conocimiento del porqué de las cosas. La investigación profesional permite afinar estas capacidades.

10) ¿Qué me recomiendas para hacer una tesis y qué tendría que hacer para dedicarme a la investigación?

En primer término, recomiendo una autoevaluación para reconocer qué aspectos culturales deben reforzarse en la formación de cada persona para poder realizar un trabajo distinguido que nos ofrezca un producto no sólo académicamente útil, sino también generador de un crecimiento personal para quien lo realiza. Para dedicarse a la investigación hay que tener habilidades y destrezas intelectuales, culturales y oratorias, y un interés por la verdad objetiva y demostrable científicamente, con independencia de afiliaciones o preferencias ideológicas.

Ciudad de México, 30 de abril de 2020


NOTAS:
* Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM (deandrea@unam.mx).


Formación electrónica: Yuri López Bustillos, BJV
Incorporación a la plataforma OJS, Revistas del IIJ: Ignacio Trujillo Guerrero