Mónica González Contró: la investigación jurídica
(orientaciones para un estudiante)*

Publicado el 12 de mayo de 2020


Jorge Alberto González Galván

Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM,
email jagg@unam.mx


1)¿Por qué estudiaste derecho?

Tengo que confesar que no fue una decisión muy consciente. Pensé en estudiar muchas carreras: enfermería, psicología, antropología, entre otras, y al final me llegó el tiempo de decidir. Varios integrantes de mi familia son abogados, así que me era cercana la profesión.

2) ¿Cuáles materias te gustaron más y por qué?

Me gustaron sobre todo las materias de teoría y filosofía del derecho. Me pareció que eran claves para entender el sistema jurídico. Otra materia muy importante y que definió mi vocación fue la optativa de derechos humanos.

3) ¿Cuáles maestros te gustaron cómo enseñaban y por qué?

Me gustaban los maestros que fomentaban la discusión, los que problematizaban los temas y te daban distintos puntos de vista sobre los mismos tópicos. Otro aspecto muy importante es que fueran cercanos, que tuvieran vocación por enseñar y que mostraran pasión por lo que hacían.

4) ¿Por qué es importante hacer una tesis para titularse?

Creo que hay varias razones. En primer lugar, el redactar correctamente es imprescindible para un jurista, y la tesis ayuda al desarrollo de esta habilidad. Pero además la tesis requiere de argumentación jurídica, lo que resulta cada vez más importante. Finalmente, desarrolla también habilidades para la investigación.

5) ¿Qué te motivó especializarte en la disciplina que investigas?

Mientras estaba estudiando tuve oportunidad de ser voluntaria en una organización que hacía trabajo con niños que vivían en la calle. Este trabajo me generó muchas preguntas sobre lo que estaba estudiando: ¿quién ejercía la patria potestad sobre estos niños?, ¿por qué vivían solos?, ¿qué pasaría al cumplir la mayoría de edad?, ¿qué pasaba con sus derechos? Me impactaba mucho que ni siquiera te revelaban su verdadero nombre ni su edad. Sucedió también, mientras era voluntaria, que dos de los chavos mataron a otro en una riña. Surgieron más preguntas: ¿los llevarían a la cárcel o al entonces consejo tutelar de menores?, ¿cómo se tomaría esa decisión si ellos no revelaban la edad que tenían? Me parecía que el derecho no tenía nada que ver con la realidad. Y mi maestro de derechos humanos me sugirió hacer la tesis sobre derechos de los niños. Afortunadamente tuve un excelente director de tesis (el doctor Rodolfo Vázquez) que hizo que este proceso fuera sencillo.

Años más tarde, en el doctorado, abordé el tema desde una perspectiva teórica de fundamentación de los derechos humanos y me di cuenta de que las niñas y niños son un elemento disruptivo que cuestiona la pretendida universalidad de los derechos y que la distinción entre “capacidad de goce” y “capacidad de ejercicio” eran una argucia para intentar justificar que las personas menores de edad son titulares de derechos de segunda. La forma en la que están construidos los sistemas jurídicos es profundamente excluyente y no admite la diferencia. Aun los teóricos más importantes en materia de derechos humanos excluyen a las personas que, en su opinión, carecen de autonomía. Por ello creo que la teoría del derecho debe cambiar para ser más incluyente.

Una anécdota para ilustrar lo anterior: hace muchos años tuve oportunidad de participar en un seminario en el que se encontraba un conocido jurista italiano (en el tema de derechos humanos); mi argumento básico era que había que ir reconociendo autonomía a niñas y niños conforme iban siendo capaces de tomar decisiones. Por la noche, en una cena que hubo con los participantes del seminario, el connotado jurista me mandó llamar para decirme: “estás muy equivocada, a los niños no hay que reconocerles autonomía”. Le pregunté por qué y sólo insistió en su punto: “no hay que reconocerles autonomía”. Me imagino que podría haber dicho lo siguiente: “porque así se ha hecho desde hace muchos años” y, sobre todo, “porque mi teoría sostiene que para el ejercicio de ciertos derechos se requiere la ciudadanía y no puedo aceptar que ésta sea excluyente”.

6) ¿Por qué es importante investigar el derecho?

Precisamente porque el derecho debe ser una herramienta para la justicia y por ello debe pensarse y repensarse constantemente.

En primer lugar debe reflexionarse sobre qué es la justicia. Esta reflexión ha acompañado al ser humano desde hace siglos y ha de ser siempre un debate abierto para evitar caer en posiciones dogmáticas y autoritarias. Por otra parte, se ha cuestionado desde hace algunos años la neutralidad del derecho.

Durante mucho tiempo fue un presupuesto que la norma general, abstracta y obligatoria era imparcial. Sin embargo, hoy se reconoce que el derecho puede ser un instrumento del poder y que la norma ciega, lejos de ser justa, institucionaliza la injusticia. Además de lo anterior, es también una tendencia la interdisciplina, que implica el estudio del derecho como un fenómeno social, político, económico, etcétera. Y en el contexto actual, la investigación debe tener un fuerte compromiso con los derechos humanos como el gran consenso civilizador de nuestro tiempo (el nuevo pacto social) y debemos seguir preguntándonos y tratando de responder cómo puede alcanzar el fin de la igualdad que, en mi opinión, es el gran reto de nuestro tiempo.

7) ¿Cómo eliges un tema de investigación?

En primer lugar, debe ser un tema que me cause curiosidad y que me parezca relevante. Esto para mí significa que pueda abordar un problema social y aportar soluciones prácticas con un sólido fundamento teórico. En lo personal me interesa conocer el porqué de las cosas, ir a las causas profundas y a los imaginarios sociales. Por esta razón mis investigaciones siempre tienen un perfil teórico-práctico.

8) ¿Cómo desarrollas un tema de investigación?

En primer lugar, hay que escoger un tema que sea lo suficientemente concreto para poder profundizar en él, pero también lo suficiente general como para poder hacer un trabajo completo. A partir de ahí hay que empezar a leer para ver lo que se ha escrito sobre el tema, siempre tomado notas con rigurosidad (esto es, identificando las fuentes) para evitar tener que volver a leer. Después hago un esquema de la investigación con un índice preliminar. Lo siguiente es comenzar a escribir. Para mí es muy importante empezar con una explicación de lo que quiero argumentar, la razón por la cual lo considero un tema relevante y qué aportaciones se pueden hacer desde la investigación. Lo siguiente es desarrollar los contenidos y, al final, redactar las conclusiones.

9) ¿Qué aportes/utilidad/beneficios te proporciona investigar tus temas?

En primer lugar, tengo el privilegio de que la academia sea mi trabajo, es decir, me dedico a lo que me interesa y me apasiona. Por otra parte, mi línea de investigación (los derechos humanos de niñas, niños y adolescentes) me ha permitido participar en algunos espacios donde se puede aportar para la búsqueda de soluciones prácticas; por ejemplo, he sido consejera de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (hoy CdMx), integrante del Consejo Consultivo del Sistema Integral de Protección de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes tanto Nacional como de la Ciudad de México, integrante de la Junta de Gobierno del Instituto de la Defensoría Pública Federal, así como colaborar con organizaciones de la sociedad civil (soy integrante de la Alianza Mx y de Iyolosiwa, A. C.). Me ha tocado también estar en discusiones sobre iniciativas de leyes sobre infancia y trabajar con los poderes judiciales y autoridades de entidades federativas. Pero lo que más disfruto es estar en contacto con niñas y niños o con personas que trabajan directamente con ellos para intercambiar experiencias.

Otro aspecto muy importante es pertenecer a la gran comunidad universitaria y conocer gente maravillosa, apasionada por sus temas y comprometida con el país. También hay que mencionar los amigos y colegas, con quien siempre es muy grato compartir. Finalmente, una de las cosas que más me gusta es la docencia, especialmente en licenciatura y bachillerato. El intercambio con las alumnas y alumnos es una de las cosas que más disfruto.

10) ¿Qué me recomiendas para hacer una tesis y qué tendría que hacer para dedicarme a la investigación?

Creo que para responder a esta pregunta es útil ordenar las recomendaciones en diversos rubros:

a) Elegir un tema que te interese y te apasione. Es muy importante este punto, pues el proceso de hacer la tesis puede tener ratos de tedio, y si el tema no te interesa es muy probable que no logres superar esas rachas.
b) Buscar un buen director. No basta que sea experto en el tema, sino que sea una persona que le dedique tiempo a tu tesis, que te dé una buena retroalimentación y que sea cercano. A veces funciona mejor que sea alguien no muy renombrado, pero que se comprometa con tu trabajo. Puedes pedir recomendaciones de algunas otras personas a quienes les haya dirigido la tesis.
c) Redactar un buen protocolo de investigación. Es importante dedicarle tiempo, con tu director, a hacer un buen protocolo que debe incluir, por lo menos, una justificación, un breve contexto de la discusión actualizada del tema, los objetivos del trabajo, las preguntas de investigación y un capitulado preliminar. Ayuda que en el capitulado incluyas una breve explicación de qué quieres exponer en cada punto, a fin de que tengas claridad y tu director te pueda acompañar mejor. En ocasiones puedes llegar a sentir que la redacción y revisión del protocolo es una pérdida de tiempo, pues normalmente hay ganas de empezar ya a trabajar en la tesis. Sin embargo, es importante saber que de un buen protocolo depende una buena investigación, porque tendrás clara la ruta y podrás discriminar qué bibliografía te sirve y cuál no. Es normal que al empezar a leer todo te parezca interesante y relevante y te puedes perder en recopilar información que no es útil para tu trabajo. Me parece que la siguiente metáfora ayuda a comprender la importancia de este paso: el protocolo en un trabajo de investigación equivale a un mapa para ir a un lugar. Si quieres llegar a Monterrey puedes optar por tomarte el tiempo para seguir un mapa o lanzarte a la carretera e ir preguntando y decidiendo en el camino. En ambos casos puedes llegar a tu destino, la diferencia es en cuanto tiempo. El protocolo es el “mapa” que te ayudará a hacer eficientes cada una de las acciones que lleves a cabo para tu investigación. Por ello es importante tomarte el tiempo para tener una ruta que te ayudará a saber qué estás buscando y hacer eficiente el tiempo y el esfuerzo para lograr tu objetivo.
d) El siguiente paso es comenzar con la recopilación de información bibliográfica. En este punto hay varias recomendaciones:
• Nunca leer sin hacer fichas bibliográficas. A veces pensamos que nos acordaremos en dónde vimos tal o cual información, sin embargo, esto es difícil después de la lectura de muchos textos, lo que provocará que tengas que ir otra vez sobre las lecturas.
• Distinguir claramente (con la técnica que quieras, yo utilizaba tintas de distintos colores en fichas de papel, pero entiendo que es arcaico) entre citas textuales, paráfrasis y las ideas que se te vayan ocurriendo conforme vas consultando la bibliografía. De esta manera, al momento de la redacción del texto será sencillo ir utilizando la información recopilada. • Otra recomendación es ir señalando claramente para qué temas te será útil la información que vas vaciando en las fichas, de acuerdo con tu protocolo y el índice que has planteado.
• Siempre ir a las referencias bibliográficas que van apareciendo en las fuentes consultadas. De un solo texto sacarás muchas otras fuentes del mismo tema que podrás ir consultando para enriquecer la bibliografía.
• Es importante también que vayas sistematizando la bibliografía. Dejarlo para el final del proceso no es una buena idea, pues es un trabajo minucioso y largo. De esta manera, al concluir tu investigación ya tendrás integrada la bibliografía.
e) Viene ahora la redacción de los distintos capítulos, utilizando la bibliografía recopilada. Un método sencillo es tener a la vista toda la información sobre el mismo tema que ya has clasificado, así puedes ir describiendo lo que se ha escrito sobre el tema para ir argumentando y dando tus puntos de vista.
f) Finalmente, la redacción de las conclusiones y de la introducción. Te será fácil si has hecho un trabajo sistemático y ordenado. Después vale la pena ordenar y revisar la bibliografía.

Si encontraste un buen tema, este proceso te fue relativamente sencillo y te gustaría seguir profundizando el tema de tu tesis o algún otro, entonces: ¡puedes dedicarte a la investigación!

Ciudad de México, 1 de mayo de 2020


NOTAS:
* Abogada general de la UNAM e investigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM (monica_contro@yahoo.es).


Formación electrónica: Yuri López Bustillos, BJV
Incorporación a la plataforma OJS, Revistas del IIJ: Ignacio Trujillo Guerrero