Condiciones de trabajo de los ayudantes generales de la construcción
en las pequeñas constructoras: ilegalidades que se suman

Publicado el 15 de mayo de 2020

Raquel Sánchez Hernández
Maestra en Derecho por la UNAM y doctoranda en Estudios Humanísticos en
el Tecnológico de Monterrey, campus Monterrey
email A00826658@itesm.mx

De acuerdo con la Clasificación Internacional Uniforme de Ocupaciones (CIUO) de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), los peones de la minería y la construcción son quienes realizan tareas sencillas y rutinarias en minas, canteras u obras que requieren la utilización de herramientas manuales y un esfuerzo físico considerable.

Sin embargo, las tareas que realizan estos trabajadores no son rutinarias y mucho menos sencillas, ya que requieren el manejo de distintas destrezas y grandes habilidades manuales, conocimientos numéricos y de trabajo en equipo con una logística y planeación muy precisa de la utilización de recursos humanos, así como una excelente condición física.

Los trabajadores manuales de la construcción son muy importantes para todas las sociedades, ya que son ellos quienes con su esfuerzo fabrican las viviendas, las carreteras, los hospitales y toda la infraestructura que los seres humanos necesitamos para conservar las condiciones actuales de vida que hemos alcanzado y seguirlas mejorando.

A pesar de lo anterior, sus condiciones laborales, sobre todo en las pequeñas constructoras —que tienen que reducir sus costos para lograr mayores utilidades—, no son las más adecuadas.

En primer lugar, al tratarse de obras temporales, los trabajadores manuales deben cambiar de trabajo en ocasiones varias veces al año y son “subempleados” por patrones distintos al dueño de la obra, lo que les provoca inestabilidad laboral y difícil acceso a prestaciones sociales y a una pensión digna en su vejez.

También es común que a las obras pequeñas se incorporen menores de edad, generalmente familiares de los trabajadores que ya son parte de la construcción, en condiciones consideradas por la Organización de las Naciones Unidas como las peores formas de trabajo infantil, ya que por su naturaleza pueden dañar la salud, la seguridad y la moralidad de los niños que las realizan.

Del mismo modo, un alto porcentaje de los trabajadores que ya laboran en la construcción se incorporaron a ella siendo menores de edad, con las jornadas laborales amplias que implica trabajar en esta industria, lo que no les permitió (entre otros factores, como la falta de recursos económicos) estudiar, completar la educación básica o tener estudios superiores.

Otra desventaja que se tiene al ser ayudante general de la construcción son los bajos salarios. Al no contar con estudios ni experiencia laboral, los ayudantes generales son llevados a las obras por los subcontratistas o por los maestros de obra con la promesa de llevarlos de una obra a otra a lo largo del año, lo que les dará cierta estabilidad laboral, pero con poca remuneración, ya que están “aprendiendo” uno o varios oficios.

En la práctica, en las constructoras que por su tamaño se dedican únicamente a la construcción de proyectos como casas-habitación y locales comerciales, los ayudantes generales no reciben su salario directamente del dueño de la obra o contratista principal para el caso de las obras menores, sino que éste le paga al subcontratista o maestro de obras que llevó a sus “chalanes” al trabajo, y son ellos quienes deciden cuánto le pagan a cada ayudante.

Por regla general, los ayudantes nunca reciben el salario completo que se supondría deberían recibir.

Aunado a lo anterior, los sindicatos de la construcción, “males necesarios” de la legislación mexicana, independientemente de si cumplen o no con sus funciones de apoyar a los trabajadores, retienen parte del salario de los trabajadores, lo que provoca que la cantidad de dinero que éstos reciben sea menor.

Otro de los principales problemas que enfrentan los trabajadores manuales de la construcción es que la naturaleza del tipo de trabajo que realizan implica, como ya mencionamos, trabajar la mayor parte del tiempo en contacto con sustancias nocivas, como los adelgazadores de pintura y soldaduras de plomo, así como residuos tóxicos, como trapos, brochas y otros utensilios contaminados con productos peligrosos y en ocasiones inflamables.

En muchos de estos productos se ha demostrado que su utilización provoca daños severos a la salud, pero como son útiles para la industria, por sus propiedades, se continúan comercializando y utilizando en las obras.

Además de lo anterior, los ayudantes generales en muchas ocasiones tienen que exponerse al contacto con residuos insalubres, sobre todo cuando realizan trabajos de alcantarillado y red de saneamiento y drenaje, lo que provoca que se ensucie en demasía su ropa de trabajo y tengan mal olor.

En la actualidad, es difícil encontrar un trabajador de obra que no esté asegurado por el tiempo que desempeña sus labores en la obra. Sin embargo, el salario con el que son registrados a la seguridad social generalmente es el mínimo establecido por la ley, por debajo de su salario real.


Formación electrónica: Yuri López Bustillos, BJV
Incorporación a la plataforma OJS, Revistas del IIJ: Ignacio Trujillo Guerrero