Joker de la campaña electoral polaca: golpear al LGBT

Publicado el 18 de junio de 2020

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Lukasz Czarnecki
Sistema Nacional de Investigadores (SNI) 1, CONACYT
email lukasz.czarnecki@up.krakow.pl

Según el artículo 32 de la Constitución de Polonia de 1997 todos son iguales ante la ley y nadie puede ser discriminado en la vida política, social y económica bajo ninguna razón. Pero la Constitución, desde hace ya algunos años, perdió respeto cuando gobierna la derecha populista.

Encontrar enemigos comunes y golpearlos no es una táctica nueva. La construcción de la plataforma opuesta, i.e. nosotros versus ellos, es un hecho perverso conocido del pasado oscuro de la Primera o la Segunda Guerra Mundial. El objetivo es la consolidación del grupo de la gente contra un enemigo pandémico, ya no el Covid-19, pero la existencia humana per se.

En tiempos de la Inquisición, la Iglesia católica quemaba para asustar a los espectadores; algo parecido ocurre en la Polonia contemporánea: hay que quemar enfrente de los otros para unir las fuerzas.

En la campaña electoral para las elecciones presidenciales el 28 de junio, el actual presidente, quien busca la reelección, utilizó el target del grupo/movimiento LGBT como principal mensaje de su campaña. El mensaje hace dos días era: “la familia está en peligro, LGBT es la ideología que influye en la familia, LGBT no son las personas”. En el debate público del tiempo posCovid-19 que aparece el tema relacionado con la “ideología LGBT” es por sí maquiavélico. Uno espera de la democracia representativa que se aplique al bien común. No es así. En tiempos de pandemia del populismo no hay reglas ni principios.

El presidente Andrzej Duda dijo que esta “nueva ideología” es aún más destructiva que tiempo de atrás, hace 40 años, cuando Polonia enfrentaba el comunismo. Esa nueva ideología es mucho peor que el neobolchevismo.

El debate público lleno de odio y de homofobia hacia las personas LGBT es deshumanizante, porque recrea un “enemigo común”. Además es una reproducción de los mismos pasos de la historia no tan lejana. En el campo de concentración de Auschwitz murieron las personas LGBT bajo un discurso parecido al de la pandemia contemporánea. Es irónico que el día después de las palabras pronunciadas por el presidente Duda, él mismo apareció en el campo de concentración de Auschwitz diciendo que la historia no puede repetirse, por eso la memoria histórica es tan importante de recordar. Es un discurso completamente confuso donde se juega con la memoria histórica.


Formación electrónica: Yuri López Bustillos, BJV
Incorporación a la plataforma OJS, Revistas del IIJ: Karla Beatriz Templos Nuñez