Los derechos humanos de la población LGBTTTIQ+ frente a la pandemia

Publicado el 29 de septiembre de 2020

Adrián Rodríguez Bribiesca
Maestrante en derecho constitucional, CEPC
emailadrian15_bribiesca@hotmail.com

La primera demanda social prevista en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos es proteger los derechos humanos de todas las personas, de cualquier motivo, y, precisamente, hablaremos de los derechos de las personas “LGBTTTIQ++”. Derechos que, como hemos dicho, no admiten discusión de su existencia y reconocimiento, aun ante la pandemia del coronavirus provocada desde 2019.

Y sin ser ajenos a otro tipo de sectores poblacionales, decidimos hablar de las personas LGBTTTIQ+ porque no obstante que en situaciones normales viven alto grado de violencia, la pandemia ha puesto de relieve el padecimiento que se ha agravado por estar en confinamiento que implica. Por ello, urge que los Estados adopten medidas adecuadas conforme a la protección de la violencia de Estado y de la violencia privada.

Jurídicamente, hay países que siguen castigando la homosexualidad con la pena de muerte, algo que, por sí mismo, constituye una violación a los derechos humanos, con independencia del motivo por la que se aplique.

Fuera del ámbito jurídico, aun observamos en diversos países casos de tortura y violencia contra personas LGBTTTIQ+ debido a su orientación sexual, preferencias o identidad sexo genérica, por mencionar algunas.

Estos delitos, vejaciones, humillaciones y violaciones a los derechos de personas LGBTTTIQ+ los cometen personas particulares y autoridades, sin embargo, ¿hasta dónde vamos a seguir permitiendo este tipo de conductas en tiempos de pandemia?, ¿hasta la muerte?

Estos delitos de odio contra personas preocupan, y muchos países, escuelas, centros de trabajo, incluso familias, no protegen de esta violencia a las personas LGBTTTIQ+, situación agravada por el fenómeno de confinamiento de la pandemia, en que, al igual que las mujeres, la infancia y personas adultas mayores de edad, viven con el agresor o agresora. En algunas partes del mundo, personas LGBTTTIQ+ se ven obligadas a casarse con personas de otro sexo contra de su voluntad y corren el riesgo de sufrir graves perjuicios en sus derechos por miembros de sus propias familias si pretenden eludir esos arreglos sociales.

El matrimonio forzado es, sin duda alguna, una violación de los derechos humanos que es preciso combatir, más si se trata de menores por su capacidad psicológica o por alguna enfermedad, como son personas LGBTTTIQ+ en tiempos de pandemia.

Las personas intersexuales sufren una particular forma de violencia con la mutilación genital, debido a una innecesaria ablación destinada a hacerles ajustarse al rígido modelo binario basado en características sexuales físicas que las sociedades han impuesto como “normales” y que en este momento de la pandemia observamos y que esperamos que acabe y que exista mayor concientización y reflexión del daño que se causa directa o indirectamente. Por otra parte, está la violación a la libertad de expresión, reunión ocasional y espontánea y asociación continua.

En algunos lugares de México, grupos poblacionales de personas identificadas como LGBTTTIQ+ ven como las autoridades públicas impiden el libre ejercicio de los derechos de libertad de expresión, reunión y asociación. ¿Pues no que todas las personas somos iguales ante la ley? Claro está que mientras la expresión se ejerza con respeto, a nadie debe afectar. Se niega la autorización de celebración de manifestaciones del orgullo, se encarcela a periodistas, se cierran clubes de convivencia, así como la acreditación de organizaciones no gubernamentales que les brindan apoyo.

Sin el derecho esencial de las organizaciones no gubernamentales LGBTTTIQ+ de hacer su trabajo, libres de restricciones represoras y discriminatorias, puede llegar a ser imposible hacer campañas en favor de la reforma de leyes discriminatorias; con el fenómeno de la pandemia se ve la agudeza o dificultades que enfrentan aún más. Las personas de la población LGBTTTIQ+ tienen derecho a protección y apoyo y a expresarse sin temor a represalias, al igual que quienes las defienden, promueven y protegen sus derechos humanos ante esta pandemia.

Respecto a la libertad de tener relaciones sexuales con personas del mismo sexo (en privado, con consentimiento mutuo y entre personas adultas), hay todavía leyes aplicables que consideran delito los actos sexuales entre personas del mismo sexo, aun con consentimiento mutuo y entre adultos. Actos que no causan daño a nadie.

Bien dijo la actriz María Félix: “lo que hagan las personas de la cintura para abajo no es asunto mío”. Y me parece que es real, no es que no sea asunto mío, es que, si no nos afecta, no debemos ser partícipes de intervenir la ajena libertad.

En este orden de ideas, tal y como ha reconocido la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, es una discriminación porque niega el reconocimiento de igual dignidad y valor de las personas LGBTTTIQ+, y si agregamos la situación de la pandemia, aún más.

Esas leyes y conductas, incluso cuando no se aplican en la práctica, estigmatizan, fomentan el chantaje, la intimidación y sirven de justificación de otras formas de discriminación a personas LGBTTTIQ+, principalmente en este momento de la pandemia que debemos visualizar, apoyar y revalorizar.

Es por ello que instamos a la comunidad internacional de Estados, a nuestras escuelas, comunidades o centros de trabajo, a que se haga presión sobre los gobiernos que siguen violando los derechos humanos fundamentales de las personas LGBTTTIQ+. Debemos pedir la elaboración y verdadera aplicación de las políticas públicas efectivas de prevención, investigación y sanción de delitos por razón de odio y de orientación sexual o identidad de género, así como a partes de la sociedad civil. Es necesario demandar la prohibición de la cirugía genital o técnicas de conversión ejercida sobre personas intersexuales, a menos que las personas sean lo suficientemente adultas como para entender lo que supone y puedan otorgar su consentimiento. Pedimos hacer un seguimiento sistemático de la situación de los derechos humanos en lo que afecta a las personas LGBTTTIQ+ ante la pandemia, así como el llamamiento a que se proteja y preste apoyo político y financiero a defensores de derechos humanos y organizaciones LGBTTTIQ+, en particular en aquellos lugares donde se teme cada día por sus vidas o su seguridad, por la de sus familias y amistades, de manera directa o indirecta que se ven afectados, sumando en fenómeno de salud referido. Y pedimos apoyo para que, desde otras áreas del conocimiento, se pida y brinde ayuda internacional, local, de nuestras escuelas, centros de trabajo y recreación, así como familias; a que se hagan avances reales y plantear los derechos humanos como verdaderas factibilidades y plausibilidades de la población LGBTTTIQ+ frente a la pandemia. Como vemos, si asumimos que de por sí todas las personas sufren violaciones a sus derechos humanos con el fenómeno de la pandemia, como parte de la población LGBTTTIQ+, aún más.


Formación electrónica: Yuri López Bustillos, BJV
Incorporación a la plataforma OJS, Revistas del IIJ: Ignacio Trujillo Guerrero