Editorial: décimo aniversario

Publicado el 7 de octubre de 2020


Jorge Alberto González Galván

Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM,
email jagg@unam.mx


No sé si poner estas palabras a hervir para preparar un caldo o ponerlas a enfriar para una sopa, el caso es que estamos celebrando los primeros 10 años de esta aventura académica.

Quiero agradecer a Héctor Fix-Fierro (donde quiera que nos esté observando) por su apoyo inicial, y ahora a Pedro Salazar Ugarte. También agradezco los liderazgos de Leopoldo Vega, Elvia Flores, Raúl Márquez, y a sus equipos de trabajo por su profesionalismo.

Agradezco a los colegas que nos permiten reproducir sus artículos publicados en la prensa, como Pedro Salazar (El Financiero); John Ackerman (La Jornada); Luis de la Barreda (Excélsior); José Dávalos (La Prensa); Leticia Bonifaz, Miguel Carbonell y César Astudillo (El Universal); José Ramón Cossío (El País)… Gracias también a profesores del extranjero, como Hernán Olano, de Colombia; Modesto Harnold, de República Dominicana; Luckasz Czarnecky, de Polonia… Mi agradecimiento, igualmente, a colegas de universidades de México, como Alfonso Guillén, de la Universidad Autónoma de Baja California Sur; Juan Pablo y Joaquín Bolio, de la Universidad Autónoma de Yucatán; Carlos Marinero, de la Universidad Veracruzana; Xochithl Rangel, de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí; Luis Martín Mendoza, de la Universidad Iberoamericana de León; Javier Tapia, de la Universidad Autónoma de Tlaxcala; Benito Ramírez, de la Universidad de Guadalajara…

Gracias también a colegas y alumnos de la Universidad Nacional Autónoma de México, como Guillermo Mañón, Francisco de Andrea, Miguel Ángel Gutiérrez, Raymundo Gándara, Roberto Fonseca, Félix García, Miguel Ángel Morales, Eduardo Vázquez, Jezika Velázquez…

No puedo poner el nombre de todos, les pido me disculpen. Les agradecemos su interés y confianza.

Los periodistas de oficio se refieren a quienes esporádicamente, y sin título profesional de comunicadores, publicamos en periódicos y revistas como “opinólogos”, y, por otra parte, los investigadores de oficio demeritan nuestros trabajos por ser “de divulgación”. Dar a conocer nuestros puntos de vista sobre temas de actualidad como académicos, sin las formalidades del aparato crítico (citas, notas y bibliografía), de manera precisa, clara y breve, es una oportunidad social y un desafío intelectual. Si bien no somos “periodistas” ni el Sistema Nacional de Investigadores nos va a reconocer con puntos, no se trata de competir con la prensa escrita ni ganar la carrera al Premio Nobel de Derecho (no existe), tampoco Harry Potter estudió derecho (nadie hace cola para leer el nuevo libro de un jurista, por más conocido que sea). Nos debe mover el amor a la verdad, la pasión por la claridad, la rebeldía ante las injusticias y la utopía de un mundo mejor.

¿Por qué los juristas no se involucran en las actividades relacionadas con la divulgación de sus conocimientos en los medios de comunicación masiva? Mi hipótesis es la siguiente: se trata de nuestra formación. Nuestro sistema jurídico y su enseñanza forman parte de lo que John Henry Merryman llama “la tradición jurídica romano-canónica”, la cual está dominada por la cultura libresca de los académicos. En cambio, la tradición jurídica anglosajona enseña con base en la práctica judicial, por ello sus profesores y jueces suelen participar en los debates públicos comentando los casos de actualidad en la prensa, como Ronald Dworkin, quien escribía en The New York Review of Books.

Sea cual sea nuestra actitud, “la realidad se impone”, nadie escribe en el vacío. En estos tiempos de pandemia, por ejemplo, a todos nos afecta en nuestro estado de ánimo: se proyecta como prudente silencio, racional argumento o grito desbocado. “Esto también pasará”, reza con realismo un cuento tradicional oriental; pero las palabras quedarán, digo yo. Sigamos compartiendo nuestra visión del mundo sin temor, pero con responsabilidad; con rigor, sin esperar nada a cambio; propositivos y con pasión, siempre abiertos a las críticas.


Ciudad de México, a 1 de octubre de 2020


Formación electrónica: Yuri López Bustillos, BJV
Incorporación a la plataforma OJS, Revistas del IIJ: Ignacio Trujillo Guerrero