Trabajo social y derecho a la salud

Publicado el 13 de octubre de 2020

Juan Pablo Bolio Ortiz
Héctor Joaquín Bolio Ortiz
Universidad Autónoma de Yucatán
emailboliomania1@hotmail.com

Con la colaboración de:

Itzel Amairani Rivas Leyte
emailts.ama.ents@gmail.com

Fátima Estefani Matos Llanes
Gisela Alejandra Vázquez Rosado

En el contexto de la discusión en torno al papel del trabajo social en la adecuada aplicación de los derechos humanos a la salud y los retos a los que nos enfrentamos, llegamos a las siguientes consideraciones.

En un primer momento, pensamos que es importante tener presente la visión histórica que implica conocer las cuatro generaciones que clasifican a los derechos humanos: la primera generación surge a raíz de la Revolución francesa, en la Declaración Francesa de los Derechos del Hombre y el Ciudadano, en 1789, donde se priorizaron aspectos que hasta la actualidad se consideran básicos, tales como igualdad, libertad y seguridad, entre otros, bajo la doctrina de los derechos naturales o universales. Algunos autores, en la actualidad, les llaman libertades clásicas o núcleo fundamental de derechos humanos.

Dos siglos después, en 1948, se aprobó la Declaración Universal de Derechos Humanos, elaborada por representantes de la gran mayoría de países del mundo y, como consecuencia de los hechos ocurridos en la Segunda Guerra Mundial, considerada como la segunda generación, caracterizada por su progresividad, pues establece que la libertad, la igualdad y la justicia deben ser reconocidas como parte de la dignidad humana e incorporadas en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (DESC), por lo que Estados de cada nación tienen la obligación de hacerlos valer.

Por su parte, la tercera generación surgió a finales del siglo XX y principios del XXI. Se vincula con la solidaridad como incentivador del progreso social, la paz, la solidaridad, la autodeterminación de los pueblos, y al reconocimiento de su cultura, usos y costumbres. Por su carácter colectivo, van dirigidos a la solución de problemas alimenticios, demográficos, educativos y ecológicos.

Los autores contemporáneos afirman que en nuestros días está surgiendo una cuarta generación, en donde se retoman pensamientos filosóficos de la dignidad humana de autores como Aristóteles o Kant, o del periodo de la Ilustración. Por ende, en esta generación existe una fuerte vinculación de los derechos humanos con tres aspectos generales: socioculturales, jurídicos y filosóficos.

Consideramos que el gran reto de los derechos humanos es hacerlos valer, pues los derechos consolidados por organizaciones internacionales no tienen utilidad si no se llevan a cabo. La pregunta es: ¿cómo hacerlos efectivos?

Por otro lado, los Estados del mundo han sido ineficientes para la aplicación de derechos y, desafortunadamente, son muchos los países que no han firmado los tratados internacionales. No obstante, el papel de las y los ciudadanos, y sociedad, en general, es la exigencia de los mismos, como el caso de un médico yucateco mayor de 70 años obligado a asistir a trabajar por la institución donde labora en estos tiempos de confinamiento derivado del COVID-19. En su defensa, acudió a un amparo para exponer que, por su edad, era considerado persona con un alto índice de vulnerabilidad, por lo que no debía ser obligado. Esto nos hace reflexionar sobre la importancia de conocer los medios de defensa de los derechos humanos en México, tanto jurisdiccionales como no jurisdiccionales.

En nuestro país se ha visibilizado la violación al derecho a la salud debido a la incapacidad del Estado de brindar asistencia médica y equipo de protección a la población mexicana, la falta de infraestructura, la reducción del presupuesto a la salud y la poca importancia que se le ha dado para contratar a personal médico; una deuda histórica que se ha presentado a sobremanera en plena pandemia de COVID-19.

Retomamos las ideas del doctor Ramiro Arcilla Flores, quien expone cómo las consecuencias sociales de la pandemia por COVID-19 han generado una fuerte degradación del tejido social y de la fuerte notoriedad del retraso educativo, psiquiátrico, tecnológico y social que se vive en México. Comparando la situación actual con la gripe española ocurrida en 1918, la cual se generó en tropas militares estadounidenses, pero fue en Europa donde se sufrieron las mayores consecuencias, ya que se estima que murieron más de 50 millones de personas.

Esta etapa de la historia fue olvidada a consciencia; había una necesidad de olvido de la tragedia, aspecto que en la actualidad afecta, puesto que, al olvidar el impacto que generan las pandemias en los múltiples aspectos de la vida social, educativa, política y tecnológica, entre otras, a las naciones del mundo no les es posible asegurar la salud.

En conclusión, el conocimiento con respecto a los derechos humanos, los medios a utilizar, así como de las instancias adonde acudir, resultan fundamentales en el reto de la efectividad de los mismos.


Formación electrónica: Yuri López Bustillos, BJV
Incorporación a la plataforma OJS, Revistas del IIJ: Ignacio Trujillo Guerrero