Elementos esenciales y modales del Estado

Publicado el 18 de enero de 2021

eduardodaniel.jpg
Eduardo Daniel Vázquez Pérez
Sociólogo, egresado de la FES Acatlán, UNAM
Investigador visitante por la Universidad Complutense de Madrid, España, y
maestrando en Derecho del Posgrado en Derecho de la UNAM
email vazquezdaniel252@gmail.com

El ser humano, desde su existencia, ha interactuado con los de su especie de manera paralela y correlativa, sin embargo, el convivir del hombre no se ha quedado limitado a intercambiar información exclusivamente con sus iguales, pues ha tenido que compartir espacio con otros animales de diferente género y especie. Es decir, el ser humano ha pasado toda su vida en compañía de distintos seres vivos que han propiciado que se marque una línea clara y concisa entre la racionalidad del hombre y el instinto primitivo del animal. Es, propiamente dicho, el medio ambiente o medio biológico el espacio en donde dicha interacción toma partida y la convivencia entre especies impera en todo momento.

Es precio señalar que, a pesar de que el medio ambiente forma parte de las relaciones sociales, toda vez que es este lugar donde se dan las interrelaciones entre especies, para el caso del ser humano —único animal capaz de pensar sobre sí mismo y usar la razón para favorecerse— el espacio que adopta para asentar sus actuaciones ha recibido un nombre en particular, que es, a la vez, objeto de la presente investigación.

Los asentamientos humanos, y el propio andar del ser humano, han tenido la imperiosa necesidad de regular o controlar cada aspecto de la cotidianeidad del hombre y la mujer en sociedad. Por ello, desde hace muchos siglos, se ha regulado el espacio geográfico en el que el hombre yace y sobre el cual asegura su sobrevivencia implementado acciones encaminadas a fortalecer su espacio. El Estado, entonces, es la concepción que se ha dado a dicha ubicación geográfica, y es la noción con la que el hombre se ha justificado en su búsqueda por el poder, pues la expansión territorial basada en la dominación geográfica y social ha sido una marca consignada en la historia de la humanidad.

En la concepción más amplia, menciona Francisco Porrúa, por Estado debe entenderse una situación que permanece dentro de un cambio constante, pues dentro del Estado, como asentamiento territorial-humano, existen y conviven otros sectores de la sociedad humana, tales como la familia, la Iglesia, la corporación, etcétera.

Las relaciones humanas que yacen inmersas dentro de una sociedad conforman la esencia intrínseca del Estado, las cuales también varían por el mismo dinamismo social. Siendo la base del Estado las actuaciones del hombre, y siendo también la vida del hombre un fluir constante, la base del Estado es también mutable. Para George Jenillek el Estado es la corporación formada por un pueblo, dotada de un poder de mando originado y asentada en un determinado territorio.

Por su parte, Immanuel Kant otorga una definición y encuadra al Estado como la reunión de los seres humanos dentro de una comunidad en la que el factor que los convoca es, precisamente, su identidad nacional. Esta última idea de Estado es de suma importancia, pues Kant señala la nacionalidad como un elemento indirecto del Estado.

Delimitado lo anterior, es pertinente hacer mención de lo que conforma al Estado. Como se señaló anteriormente, los asentamientos humanos establecidos en un espacio determinado forman un Estado, pero los elementos de éste, y su esencia misma, van más allá de grupos sociales.

El Estado es una conformación humana, creada, regulada y ordenada por el actuar del ser humano. Dentro de sus funciones se encuentran elementos que son de vital importancia para la conceptualización del Estado dentro del ámbito político. Existen elementos esenciales, los cuales ayudan a determinar la existencia del Estado y, por ende, a caracterizar su finalidad.

Para la mayoría de los autores, los principales elementos esenciales son: territorio, población y gobierno o poder político, y hay algunos autores que, a éstos, añaden el derecho:

1) Población: se refiere a la suma total de individuos que habitan, conviven y hacen regulados en un mismo y determinado territorio. Es la principal característica o elemento del Estado, pues si hay carencia de individuos el Estado no tiene razón de ser.

2) Territorio: se refiere al espacio que ocupa un lugar en el cosmos, que suele estar delimitado o seccionado para una mejor organización y distribución de población. En dicho espacio se realizan todo tipo de actividades, previamente reguladas por el hombre.

3) Poder: se refiere a un poder social que se enfoca en controlar, regular o sistematizar las actuaciones de las y los individuos para dominar ciertos sectores sociales, objetivando las decisiones de los demás. El poder político se centra en influir en la conducta humana.

4) Derecho: se refiere al modo o subsistema de control social para perpetuar las actuaciones de aquellos que detentan el poder, a través de restricciones o prohibiciones justificadas a la luz de la norma jurídica.

Estos elementos, por su parte, hacen mención a las características o condiciones determinantes de la existencia del Estado. Yacen reguladas dentro de la estructura de éste, pues pueden considerárseles como atributos propios del poder y del derecho:

1) Soberanía: se refiere a la voluntad suprema de la colectividad de un determinado territorio que regula y ordena la comunidad humana. Como atributo de la estructura política del poder, cualifica al mismo y determina sus relaciones.

2) Imperio de ley: se refiere a que la ley como atributo y resultado de la norma jurídica, es la máxima pauta que debe regir en un Estado; es decir, que el gobierno debe quedar supeditado a las leyes y no a las personas en lo individual.

Algunos autores, como deja ver Andrade Sánchez, anexan la personalidad jurídica del Estado y los fines de éste como elementos modales.

Asimismo, Porrúa Pérez dice que el concepto de Estado no es completo si no se hace alusión al campo jurídico. El Estado es susceptible de tener derechos y obligaciones, toda vez que es una persona jurídica, y como tal, se le reconocen los atributos de la misma. Esta personalidad jurídica del Estado no es una ficción, como afirma García Máynez, sino que es un hecho jurídico que existe dentro del ordenamiento jurídico.

La relevancia de la norma jurídica para los elementos del Estado, y para toda la actuación del hombre y la mujer en sociedad, es tanta, que no es posible desprender los elementos de tal carácter. Para el caso de México, la regulación jurídica de los elementos se esquematiza en la siguiente lista:

1) Población: artículo 30 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

2) Territorio: artículos 25, 27, 28 y 42 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

3) Poder: artículos 25 y 89 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

4) Soberanía: artículo 39 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

5) Imperio de la ley: artículo 133 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Es necesario hacer mención a la Constitución federal como principal ordenamiento jurídico, y del cual emanan los aspectos de tal índole para los elementos del Estado. Dentro del esquema kelseniano, sobre la jerarquización de la norma jurídica, la carta magna encuadra todas las actuaciones del Estado mexicano y regula la actividad potestativa del mismo.

El Estado es un concepto jurídico-político que suele confundirse con la noción de nación, que es más de corte sociológico. No obstante, es innegable que la correlación entre entes sociales es determinante para la estructura política de una sociedad que yace regulada y ordenada a la luz de la norma jurídica convencional. Si bien es cierto que el derecho, como ordenador social, funge como un elemento principal del Estado, también es verdad que el derecho actúa como un promotor del orden social y de la sistematización social del hombre que busca detentar el poder económico.

En el Estado se organizan todas las actividades del ser humano, y gracias a éste dichas actuaciones se encaminan al constante mejoramiento de la vida en sociedad. Esto quiere decir que los sistemas sociales están inmersos en regulaciones de tipo normativo que facilitan la convivencia entre individuos, pero que, a través de elementos como el poder y el gobierno, se legitima la facultad coercitiva del Estado.

REFERENCIAS

Andrade, Eduardo, Teoría general del Estado, 2a. ed., México, Oxford University Press, 2003.

Kelsen, Hans, Teoría general del Estado, México, Colofón, 2015.

Porrúa, Fernando, Teoría del Estado: teoría política, 39a. ed., México, Porrúa, 2017.


Formación electrónica: Yuri López Bustillos, BJV
Incorporación a la plataforma OJS, Revistas del IIJ: Ignacio Trujillo Guerrero