Etiopía: crisis política y militar 2018-2020

Publicado el 10 de febrero de 2021

Bahdon Mohamed Abdillahi
Doctorando en Sociología de la educación de la Universidad de Murcia
emailbahdonabdillahi@gmail.com

En poco tiempo Etiopia, segundo país más poblado del continente africano, ha pasado de la esperanza de salir de un régimen autoritario en la primavera de 2018 a una grave crisis de identidad y política a finales de 2019. La primavera de 2018 ha sido marcada por tres eventos importantes en el Cuerno de África: la dimisión del primer ministro Hailemariam Desalegn; 1 la reconciliación entre Etiopía y Eritrea, y un encuentro entre los presidentes eritreo, Issaias Afworki, y yibtuiense, Ismaël Omar Guelleh.2

Desde el fin del régimen comunista del presidente Mengistu Haile Mariamen (1991), el país ha sido gobernado por una coalición, el Frente Revolucionario Democrático del Pueblo Etíope (PRDF 3). El principal responsable del frente tigreano, Meles Zenawi, preparó, antes de derrotar militarmente el gobierno comunista, una gobernanza basada en el hecho étnico o, más bien, una afirmación de las identidades de los pueblos de este país. Así se crearon formaciones políticas y frentes étnicos. La coalición ha instaurado una gobernanza sobre la violencia de una minoría, la violencia de los derechos humanos, de las libertadas, proclamados en la Constitución 4 de 1994 y la represión de la oposición y de actores sociales como los sindicatos. Con esta Constitución, Etiopía es un Estado etno-federal con una nueva organización territorial basada en regiones etnolingüísticas con cierta autonomía, pero mal delimitadas étnicamente.

Esta coalición y la nueva organización eran una estrategia política de un grupo minoritario, los tigreanos, alrededor del 6% de una población de más de 100 millones de habitantes. No podía gobernar el país sin una implicación de los diferentes pueblos del país, aunque sea superficial, porque el poder central estaba detentado por los representes de esta minoría. Ya en los 2010 esta coalición, atravesada por oposiciones internas, no vio el recrudecimiento de las protestas sociales, las cuales adquirieron una dimensión inesperada en los jóvenes, adultos y campesinos, sobre todo de los oromos. El uso de la fuerza los líderes de las protestas y manifestantes ha fortalecido sus demandas políticas y sociales. En 2016 otros grupos étnicos, como los Amhara, se les unieron a estas protestas. Por primera vez en la historia del país, un primer ministro dimite, en abril de 2018, justificando que su renuncia era inevitable para permitir que se lleven a cabo las reformas que establecerán una paz duradera y una democracia. Fue sustituido por un dirigente oromo de la coalición gobernante, Abiy Ahmed Ali. 5 Su discurso en el Consejo de los Representantes de los Pueblos (la Cámara Baja), la paz con la vecina Eritrea y sus primeras medidas en términos de derechos humanos —la liberalización de los prisioneros, periodistas y políticos—, su mensaje a la diáspora etíope, le dieron una imagen positiva en la opinión nacional e internacional. Líderes nacionalistas oromo exiliados volvieron al país. Sin embargo, unos meses después de su toma de posesión, fue víctima de una tentativa de atentado. Uno de los puntos de su reforma es la lucha contra la corrupción que ha sufrido y sufre el país. Los líderes políticos de la región tigré se sintieron blanco de investigaciones anticorrupción que emprendió el gobierno.

El actual primer ministro ha heredado un país inmerso en dos tipos de crisis: de identidad; territorial, con una violencia intercomunitarias, y socioeconómica. 6 Desde el principio su gobierno tuvo que gestionar estas crisis, pero también la del covid-19. Para renovar la coalición gobernante, ha creado un nuevo partido, el Partido de la Prosperidad. En realidad, era más bien una manera de asentar su control político. Pero el Frente de Liberación del Tigrea no se integró. El parlamento nacional ha votado en mayo la prolongación de la actual legislatura más allá de octubre y sin fecha para las elecciones legislativas y regionales por razones sanitarias. Mientras tanto, las revueltas contra su política seguían. Su principal aliado, un líder oromo, se opuso a su política apoyando las manifestaciones. Ha sido arrestado, lo que ha provocado más revueltas en Oromia y en Addis-Abeba. Su política de apertura y las reformas sociopolíticas le valieron un cierto reconocimiento de una gran parte de la población.

Pero la mayor crisis es la oposición política entre los dirigentes de la región de Tigré y el gobierno central sobre varias cuestiones, y en particular la organización de las elecciones generales y regionales. Los primeros se han opuesto a la prolongación de la legislatura. Marcando su diferencia, las autoridades regionales han decidido organizar las elecciones en su región en septiembre. El gobierno central no tomó medidas para impedir, pero adoptó otras, por ejemplo, la cobertura por la prensa internacional. En el ámbito regional no había un desafío político en estas elecciones: desde 1991 el Frente de Liberación Nacional del Pueblo de Tigré domina el espacio político regional, pero era un desafío en la política nacional y el respeto de las leyes y la Constitución del país. Es una región rica, favorecida por proyectos de desarrollo del gobierno central, controlado por los ex rebeldes tigreanos de 1991 hasta 2018. Sin embargo, este año, con las tensiones entre la región y el gobierno central, hay una novedad en la oferta de los partidos políticos y las/os candidatas/os. Por la primera vez participa en estos comicios una formación política que pide la independencia, el Partido por la Independencia de Tigré. El lema político sobre la independencia de la región ilustra la profunda división entre un nacionalismo regional y el poder central. Es como una vuelta de los príncipes fuertes, que hacían la guerra contra el emperador, que ostentaba un poder débil. Eso muestra una nueva revuelta del viejo centro de la vida política y religión de Abisinia y Etiopía. Según un mensaje televisado del primer ministro, bases militares del Ejército federal en dos ciudades han sido atacadas. Una parte importante del Ejército nacional y materiales militares están concentrados en Tigré desde la guerra contra Eritrea. En 2020, la oposición es el resultado del rechazo del juego político y de la pérdida del control de un grupo minoritario centralista sobre la política, la gobernanza y los recursos del país.


NOTAS:
1 Es un ingeniero civil de formación. Su vida política comenzó con un acercamiento con la coalición gobernante, el Frente Revolucionario Democrático del Pueblo Etiope (FDRPE), a principios de 2000. De 2001 a 2006 fue presidente del partido de Naciones, Nacionalidades y Región Popular del Sur (NSNRP). Fue nombrado viceprimer ministro y ministro de Relaciones Exteriores en 2010. A la muerte de Meles Zenawi, en 2012, fue nombrado primer ministro.
2 Hay un conflicto fronterizo entre los dos países. Eritrea revindica una zona fronteriza del territorio yibutiense, que ocupa desde 2008.
3 Este frente es una reagrupación de frentes regionales étnicos y liderado por el Frente de Liberación del Tigre. Es a la iniciativa de su líder Meles Zenawi.
4 Esta Constitución reconoce el derecho de una región a pedir su separación de la Federación. Eritrea consiguió su independencia en 1993, bajo auspicios de las Naciones Unidas. Pero la región somalí ha visto negada su demanda de separación. El proceso previsto por la Constitución no es igual para todos.
5 Es un militar de alto grado, teniente-coronel, ha participado en la guerra contra Eritrea de 1998-2000. Fue Casco Azul en Ruanda después del genocidio. Recibió formaciones militares en Estados Unidos y Reino Unido. Ha sido un agente del servicio de inteligencia y ministro de las Ciencias y de las Tecnologías del gobierno de su predecesor.
6 El crecimiento económico del país, según las instituciones financieras durante una década, no ha permito una repartición, no ha creado empleos para millones de jóvenes, la pobreza no ha bajado tanto y más de dos millones de ciudadanas/os sufrían y sufren de las hambrunas y sequía cada dos o tres años.


Formación electrónica: Yuri López Bustillos, BJV
Incorporación a la plataforma OJS, Revistas del IIJ: Ignacio Trujillo Guerrero