El derecho penal y la cibernética
Publicado el 23 de octubre de 2021
Rubén Alberto Pérez Ruíz
Estudiante de la licenciatura en Derecho de la Facultad de Derecho de la UNAM
rubenprzruiz@gmail.com
Eduardo Daniel Vázquez Pérez
Sociólogo, egresado de la FES Acatlán, UNAM
Investigador invitado por la Universidad
Complutense de Madrid, España, y
maestrando del Posgrado en Derecho de la UNAM
vazquezdaniel252@gmail.com
En el libro El derecho penal y la cibernética, Augusto Sánchez Sandoval y Alicia González Vidaurri (ediciones Acatlán, UNAM, 2012) realizan una introducción respecto a la organización de lo vivo y refieren al respecto que son los átomos de carbono los que dan la posibilidad de creación de cadenas orgánicas de múltiples tamaños, con el único objetivo de mantener la existencia de los organismos vivos.
En ese sentido, los organismos poseen características peculiares, entre las cuales se pueden mencionar las siguientes:
1) Autopoyético: los organismos tienen la capacidad de regenerarse a sí mismos continuamente.
2) Metabólico: sus elementos constitutivos están interconectados dinámicamente en redes sobre más redes.
3) Autónomo: cada uno de sus componentes permite la creación de más componentes dentro de la membrana, es decir, como unidad autónoma puede reproducir relaciones características de su sistema.
En relación con lo anterior, se pueden mencionar también al menos tres mundos:
a) El mundo de lo concreto: es aquel que está ahí y es independiente a la percepción humana que se tenga de él.
b) El mundo del lenguaje: es aquel que construimos con las comunicaciones que se dan a partir de las relaciones sociales.
c) El mundo biológico-individual: es donde se dan múltiples cambios biológicos que hacen al organismo ser único. De igual manera, en este mundo se pueden crear “distinciones” o “pautas de diferenciación” para “poder conocer”.
Bajo esa perspectiva, los autores, citando a Gregory Bateson, mencionan lo siguiente: “La epistemología es aquel proceso mediante el cual los organismos deciden, conocen o piensan”. Es decir, cuando el organismo conoce crea una realidad consciente que se da en dos niveles:
a) Fisiológico: por las diversas pulsiones bioquímicas y electromagnéticas (energía cuántica) que se suscitan en el mundo biológico-individual.
b) Energético-fenomenológico: va más allá de lo fisiológico, que junto con el lenguaje se traducen en pensamientos, sentimientos y sonidos.
En ese orden de ideas, Sánchez Sandoval y González Vidaurri, citando a Bradford Keeney, resaltan al respecto: “La epistemología es aquel proceso mediante el cual el organismo conoce o cree haber conocido algo”.
Entonces, se puede decir que los procesos epistemológicos se dan en dos niveles, el energético-fenomenológico y fenomenológico, porque la información que se nos presenta como “capto” es un cúmulo de “captados” que crean una conciencia de la realidad.
En el capítulo primero del libro, Sánchez Sandoval y González Vidaurri refieren sobre Karl Ludwig von Bertalanffy, biólogo que propuso la teoría de sistemas durante la primera mitad del siglo XX, para superar el método tradicional mecanicista, el cual no tomaba en cuenta a los organismos vivos como sistemas abiertos, debido a que la termodinámica consideraba que los sistemas vivos eran sistemas cerrados.
a) La ley de la conservación de la energía: toda la energía que yace en el sistema cerrado es constante.
b) La ley de la dispersión de la energía: el sistema es cerrado y por lo tanto su energía es constante, sin embargo, ésta se pierde (se desgasta) y tiende al desorden, en otras palabras, a la entropía.
Por ello, se propuso la termodinámica irreversible. En ella, los organismos eran considerados sistemas abiertos, bajo los siguientes principios:
1) Equifinalidad: el sistema es abierto y llega a la misma etapa final, no obstante, lo hace a partir de diferentes elementos iniciales.
a. Retroalimentación: existe el mantenimiento del equilibrio en el sistema, también conocido como homeostasis.
b. Comportamiento adaptativo: sus elementos componentes del sistema lo definen a éste como funcional
2) Dispersión de la energía o evolución en biología: todos aquellos organismos en la naturaleza física tienden al desorden: entropía.
3) Organización: todo organismos es una cosa organizada, y se rige bajo las siguientes leyes:
a. Malthusiana: la población es mayor a la cantidad de recursos que se producen.
b. Dimensiones ópticas: mayor población, mayor será la organización comunicacional.
c. Inestabilidad: las estructuras no están en equilibrio.
d. Monopolio: los organismos están en competencia y sus conflictos aumentan hasta su destrucción.
En tanto, de acuerdo con Fritjof Cabra, el sistema es un todo por sus elementos constitutivos, y son éstos, a su vez, el resultado de la interacción de sus partes, porque su dinámica es cibernética. Por un lado, cibernética de primer grado: el estudio de la organización de lo vivo y la pauta desde aspectos físicos y mentales. También se puede decir que la cibernética es aquello que manipula el sistema; y por el otro, la cibernética de la cibernética: es un proceso de recursividad y todo está condicionado por la retroalimentación.
Por otro lado, el capítulo segundo nos menciona que las neuronas tienen un extremo llamado dendrítico que pasan información a otra neurona, sin que exista un choque entre ellas. A este proceso se le conoce como axón terminal pre-sináptico.
Al espacio entre las neuronas se le conoce como sinapsis, y en éste existen múltiples pulsiones bioquímicas y electromagnéticas que pasan por los microtúbulos a las etapas pos-sinápticas, sin embargo, en este espacio también existen comunicaciones como la paracrina, endocrina y sináptica, las cuales pueden darse en motores, sensoriales, cognitivos y de regulación-modulación, al mismo tiempo que hay sustancias trasmisoras como el glutamato y el aspartato, dopamina, sustancia p, acetilcolina y ácido gamma aminobutírico.
Entonces, se puede decir que el sistema nervioso tiene múltiples variaciones moleculares, celulares, anatómicas, fisiológicas y fenomenológicas, que como ya se mencionó con anterioridad, se pueden traducir en pensamientos, reflexiones e intuiciones. Por ello, el sujeto no es el que toma las decisiones, sino lo hacen las células en un proceso inconsciente, debido a que las neuronas tienen inteligencia particular y pueden decidir según sus necesidades funcionales.
Posteriormente, el capítulo tercero aborda el lenguaje como un sistema de comunicación que permite a los individuos tener representaciones simbólicas y, por lo tanto, nociones sobre los objetos. El lenguaje nace en la coordinación de las coordinaciones de comportamiento.
De acuerdo con Maturana, las distinciones de las distinciones dan el nacimiento de la autoconsciencia para que con el lenguaje se pueda describir sobre nosotros y así tener una consciencia reflexiva. Con base en ello, se puede decir que el lenguaje es dual, porque genera y da significados de algo y al mismo tiempo genera normas de comportamiento que, para los estudiosos de las ciencias sociales, se pueden traducir en estructuras sociales.
Por otro lado, la llamada autoconciencia es una unidad autónoma construida por sí misma y que busca ser sí misma y pueda luchar con otras autoconciencias para su reconocimiento, sin embargo, en esta lucha se puede perder la vida, se pierde la lucha y el poseedor se suicida para no ser dominado, quedan en equilibrio las autoconciencias y se respetan recíprocamente, o el vencido prefiere vivir y se somete a la humillación del vencedor.
En consecuencia, la conciencia es biológica, en primera instancia, porque la naturaleza cognitiva permite la autonomía operacional de ser humano; en un segundo plano, porque existe un proceso de recursividad entre sujeto-objeto y objeto-sujeto, es decir, objeto y sujeto son lo mismo, y un tercer supuesto sería la existencia del acoplamiento estructural que con el lenguaje se puede dar la aceptación del otro.
En tanto, los comportamientos no resultan del libre albedrío, sino son comportamientos que nacen en los procesos inconscientes.
En ese tenor, Fritjof Capra menciona al respecto lo siguiente: “La mente es un proceso de conocer, el cerebro no es una cosa, sino un supuesto”.
Por ello, Sánchez Sandoval y González Vidaurri proponen los siguientes paradigmas en el proceso de educación:
1. La totalidad es lo primario, su dinámica permitirá inferir la interacción de sus partes.
2. Lo primario es lo básico, y cada estructura es una manifestación subyacente.
3. La ciencia objetiva tiene que superarse para abrir nuevos caminos epistemológicos.
4. El conocimiento no es una construcción sólida.
5. Los conocimientos al igual que las teorías son aproximaciones.
6. La dominación y control sobre la naturaleza debe cambiar por el sistema de producción-dominación y no violencia.
En el capítulo quinto los autores mencionan que la persona cuenta con capacidad biológica, neuro-fenomenológica y cultural, sin embargo, los operadores del derecho no conocen el proceso científico de estas características, por lo que la imputación penal no puede cumplirse. Asimismo, la persona es capaz de conocer y comprender la norma jurídica promulgada, así como su elemento restrictivo, porque la información que aparece como “capto” es decodificada por el sistema nervioso.
Lo anterior demuestra que las decisiones de las personas se deciden en los procesos inconscientes, no obstante, el desconocimiento de la ley no exime a la persona de la responsabilidad.
En consecuencia, las personas que poseen las características anteriormente mencionadas, al trasgredir la norma jurídica, las hacen acreedoras de culpabilidad penal.
Finalmente, en el capítulo sexto Sánchez Sandoval y González Vidaurri enuncian al menos diez mandamientos neuro-fenomenológicos y cinco pecados en el proceso penal:
Mandamientos:
1. Los universos nos dan información consciente e inconsciente para hacer diferencias.
2. La percepción se obtiene por los sentidos y el flujo energético del universo en el que nos encontramos.
3. Todo lo narrado y percibido es mayor a la suma de sus partes.
4. El conocimiento que tenemos es un conocimiento superficial que nace en la recursividad.
5. Las palabras que utilizamos permiten explicar nuestra conciencia de realidad. Las palabras son ideología y cultura.
6. No se puede construir el pasado, pero con las palabras puede inventarse.
7. Lo narrado en el hecho jurídico nunca será lo ocurrido.
8. Los participantes en el procedimiento penal son distorsionadores jurídicos.
9. Los operadores del derecho son distorsionadores de la norma jurídica.
10. Sin emociones, los operadores del derecho no pueden decidir.
Pecados:
I. Confundir las palabras y emociones con el deber del derecho.
II. La construcción de una norma jurídica en el presente tiene efectos en el futuro.
III. Pensar que existe la imparcialidad en el procedimiento penal.
IV. Creer que cuando se juzga se administra justicia, cuando en realidad es poder.
V. Las decisiones judiciales se hacen por medio de argumentos que se hacen normas jurídicas bajo los supuestos.
Formación electrónica: Yuri López Bustillos, BJV
Incorporación a la plataforma OJS, Revistas del IIJ: Ignacio Trujillo Guerrero