La imaginación jurídica

Publicado el 10 de marzo de 2021


Jorge Alberto González Galván

Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM,
email jagg@unam.mx


En “Homenajes” de Opus (Radio IMER) Wilfrido Terrazas, flautista con 30 años de trabajo, comentó que sus planes no le preocupaban porque era un “improvisador”. Fue una metáfora, una deliciosa mentira, porque sólo alguien que domina su arte puede improvisar, crear, imaginar. Hubo, no hace mucho, una exposición de los dibujos de Goya llamada “Caprichos”, donde la publicidad destacaba una de sus frases: “En la pintura no hay reglas”. Lo mismo: sólo quien domina su oficio y sus reglas las puede “romper” para imaginar, crear, inventar. Por eso, dan un mal ejemplo quienes, por acción u omisión, niegan la importancia del estudio y práctica de los “métodos” y “técnicas” de cualquier arte u oficio. Es una mala costumbre también que no exista o no se favorezca en la formación de un profesionista las metodologías de estudio (lectura, comprensión, redacción, exposición) por considerar que son habilidades que el estudiante de licenciatura ya las debe tener o que son competencias secundarias al “núcleo duro” de la carrera en cuestión.

Las consecuencias de esta falta formativa son la frustración, el desempleo o la explotación laboral. Desde hace algunos años “la universidad de la vida”, quien suplía estas deficiencias, ya no existe. Incluso el empresariado decidió formar (y cobrar) a los profesionistas que necesitan sus empresas porque los egresados de las universidades públicas no les sirven y ya no quieren invertir en su preparación: así se creó, por ejemplo, el Tecnológico de Monterrey.

El Estado, por otra parte, no está garantizando el derecho a la educación superior para todos, ante lo cual han proliferado sin mucho control las universidades de baja calidad (“patito”), provocando una sobre-oferta laboral, donde los egresados para sobrevivir se dedican a empleos ajenos a su profesión o firman contratos a prueba con salarios miserables y sin prestaciones sociales.

Esto nos debe importar a todos porque la inversión en la formación de nuestros hijos (que se paga con nuestros impuestos) se está despilfarrando o no está dando los frutos que la sociedad espera. Una dramática prueba de lo anterior es la falta de profesionistas de la salud para atender las consecuencias de la pandemia. Se debe recuperar el vínculo indisoluble entre el derecho a la educación y el derecho al empleo. Todos debemos tener garantizado el acceso a una educación gratuita y eficiente desde la guardería hasta el doctorado, desde nuestra infancia hasta nuestra vejez, con una mentalidad profesional centrada en la independencia mental y laboral (con el autoempleo y apoyo financiero público).

¿Queremos mecánicos que se dediquen a arreglar los coches de los demás o queremos ingenieros que inventen coches nuevos? ¿Queremos formar a burócratas que se dediquen a obedecer o profesionistas con iniciativa propia, creativos? ¿Queremos políticos que se dediquen a administrar los problemas (“nadar de muertito”) o líderes que solucionen los problemas? ¿Los abogados que formamos en las universidades son ingenieros que crean nuevos principios, normas e instituciones? ¿Los abogados que formamos en las universidades son profesionistas con iniciativa propia o hacen sólo lo que les ordenan? ¿Los abogados que formamos en las universidades son líderes que proponen la solución de los problemas? Dime qué educación tienes y te diré qué egresados generas.

Charles Wright Mills, en su libro La imaginación sociológica se lamentaba de la falta de rigor metodológico de los observadores sociales que les impedía imaginar (crear, inventar, proponer) soluciones convincentes a los problemas cotidianos. Por ello, creo que el abogado del siglo XXI debe tener una buena formación metodológica para desarrollar su imaginación jurídica y así proponer de manera clara, precisa, convincente, la solución de los problemas que enfrenta en su casa, vecindario, trabajo, ciudad y país.

Ciudad de México, a 25 de febrero de 2021


Formación electrónica: Yuri López Bustillos, BJV
Incorporación a la plataforma OJS, Revistas del IIJ: Ignacio Trujillo Guerrero