Una cierta idea del poder y de su ejercicio por golpistas africanos

Publicado el 11 de marzo de 2021

Bahdon Abdillahi Mohamed
Licenciado en ciencias políticas;
doctorando en sociología de la educación,
Universidad de Murcia, España
emailbahdonabdillahi@gmail.com

El otoño de 2020 será recordado en África subsahariana, y particularmente en el oeste de África, porque no solamente es un periodo de multitudinarias manifestaciones de la oposición y de la sociedad civil contra el tercer mandato de dos presidentes: Alassane Dramme Ouattara, de Costa de Marfil, y de Alpha Condé, de Guinea Conakry, y las crisis poselectorales en estos dos países, sino también por la desaparición de tres expresidentes en dos meses. Primero fue la muerte del exgeneral y presidente de Mali, Moussa Traoré, 1 el 15 de septiembre. Y en un intervalo de dos días murieron: Amadou Toumani Touré, de Mali el 10 de noviembre de 2020, y Jerry Rawlings 2 de Ghana el 12 de noviembre de 2020. Los tres eran militares, derrotaron a los presidentes de sus países respectivos y fueron gobernantes. Los dos presidentes malienses fueron derrotados. Amadou Toumani Touré 3 fue hospitalizado en un hospital de Estambul (Turquía) donde murió, y Jerry Rawlings murió en un hospital de Ghana.

El golpe de Estado es anticonstitucional, como medio para acceder al poder; sin embargo, algunos militares recurren al golpe de Estado para cambiar la política, la sociedad y el ejercicio del poder.

El poder para cambiar al país y a la sociedad

La intrusión de los militares en la política se caracteriza por la mala gobernanza o una crisis política. Es el caso de Mali, después de un golpe de Estado contra el presidente Ibrahima Babacar Keita el 18 de agosto de 2020, Moussa Traoré instauró un régimen autoritario de partido único.

En muchas sociedades africanas modernas, es decir postcoloniales, el poder es visto por una gran parte de la población como un sistema caracterizado por la corrupción de los dirigentes. Más allá del hombre fuerte en la cúspide, un grupo de personas afines que le rodea se enriquecen en el ejercicio del poder. Pero los hombres de Estado piensan en el futuro, no en el presente de sus amigos y sus familiares. Su meta es la construcción de una sociedad nueva. La idea que tenemos del golpe de Estado es negativa porque aniquila la aspiración de libertad y el respeto de los derechos humanos de la ciudadanía. Como en el caso de los procesos electorales, los golpes de Estado no se asemejan entre sí. Tanto Jerry Rawlins como Amadou Tomani Touré, y antes que ellos Tomás Sankara en Burkina Faso, llevarán a cabo golpes de Estado con un ideal: cambiar la política para mejorar la vida de sus pueblos. Son jóvenes militares de alto grado del Ejército de sus países. Tuvieron conciencia de cambiar el rumbo de la política y la economía nacional. Jerry Rawlings dio su primer golpe en mayo de 1979 a los 32 años, sin éxito, y en junio del mismo año derrotó al teniente-coronel Frederick William Kwasi Akuffo. Pero no ejerció el poder, se lo dejó a civiles. Era un hombre fuerte. Volvió a hacer “juez” de la política, criticó de corrupto al régimen civil y —como si fuera un profesional del golpe de Estado— lo derrocó en 1981. Era su tercer golpe de Estado. Esta vez tomó el poder para ejercerlo. Pero, 10 años después, siguió el movimiento de cambio político en los países subsaharianos 4 en la década de 1990, y así abrió los caminos difíciles de la democracia en su país. Ganó las elecciones presidenciales libres y abiertas de 1992 y 1996.

En cuanto a Amadou Toumani Touré, derrotó a otro golpista, Moussa Traoré. Pero contrariamente a este último, su golpe fue la vía para alcanzar el cambio político en Mali. El objetivo del golpe no era quedarse en el poder. Después de un año en la magistratura del país volvió a su puesto de general del Ejército nacional, cediendo el poder al presidente electo después de la adopción de la nueva constitución liberal y de la organización de elecciones presidenciales abiertas, plurales y libres. Por su decisión de seguir el movimiento de cambio político que se estaba desarrollando en África subsahariana, favoreció el proceso de transición hacia un régimen político pluralista, lo mismo que Amadou Toumani Touré en 1991.

Entre imagen popular y ejercicio del poder

Los militares golpistas se consideran como “liberadores”. Los golpistas tienen un ideario, un discurso y una imagen en la sociedad. Tienen tanto el apoyo como el rechazo de una parte de la ciudadanía y de la clase política. Sobre este punto podemos observar una diferencia entre Jerry Rawlings y Amadou Toumani Touré. El expresidente ghanés, golpista profesional, era anticapitalista e instauró un régimen político autoritario. Podemos destacar tres momentos de la gobernanza del expiloto: caótico, autoritario y en fin democrático. Su régimen político tenía semejanzas con Cuba por la existencia de Comités de Defensa de la Revolución (CDR) con la implicación de las capas sociales bajas de la sociedad en el cumplimiento de las decisiones del CDR. Su principal batalla fue la lucha contra la corrupción en Ghana. En el ámbito socioeconómico, el "revolucionario" se había dado cuenta, desde su llegada al poder, que para llevar a cabo su programa, los "capitalistas" occidentales le ofrecían más garantías que los "socialistas" del Este hacia los que inicialmente se inclinaba. No consiguió reducir la pobreza con el control de los precios y la nacionalización de las actividades económicas. Desde la mitad de la década de los ochenta aplicó una radical política de ajuste estructural y de reformas 5 en favor del libre mercado que incluyeron privatizaciones en los sectores productivos de la economía nacional. En los últimos años, criticaba la política de Francia en los países francófonos, hablando de colonización francesa a través del franco (CFA).

El expresidente maliense llegó al poder en pleno proceso de reforma constitucional y de transición hacia un régimen pluralista. En lugar de instaurar un nuevo régimen autoritario, favoreció el proceso que llevó a la instauración de un régimen político nuevo con una Constitución liberal y una gran participación de sus ciudadanos en la vida política y social en un proceso electoral abierto. En realidad, su gobernanza fue una transición entre dos periodos: el fin de un régimen y la instauración de otro diferente. Dejó el poder después de la elección del primer presidente elegido democráticamente en 1992. Retirado del Ejército en 2001, fue elegido presidente sin el apoyo de ninguna formación política 6 en 2002 y en 2007. Durante sus mandatos, se desarrollaron las infraestructuras (puentes y carreteras, hospitales y viviendas sociales para poblaciones de bajos ingresos) y se implementó el seguro médico obligatorio. En su favor, la continuidad del Estado democrático del régimen postransición, la participación ciudadana y la gestión de proyectos sociales. La ciudadanía guardó un buen recuerdo de su gestión de los asuntos del Estado. Fue prioritario para él la administración consensuada del poder a pesar del fin caótico de su presidencia en 2012. Pero el ejercicio del poder los ha llevado a situaciones diferentes: Jerry Rwalings 7 se retiró de la política al final de su segundo mandato, mientras que Amadou Toumani Touré fue derrotado por un golpe de Estado en 2012, a unos meses de las elecciones presidenciales.

Estos exmilitares y presidentes han dejado huella en la historia reciente de sus respectivos países, como otros generales: Olusegun Obasanjo (1976-1979) en Nigeria, Siwar ad-Dhahab (1985-1986) en Sudán, quien había aceptado entregar el mando usurpado a un civil, y Pierre Buyoya (1987-1993) en Burundi, quién dejó el poder después de una derrota electoral. Fueron figuras esenciales de la política de sus respectivos países. Estos dos “soldados de la democracia” no se aferraron al poder. Jerry Rawlings no quiso cambiar la Constitución para presentarse a las elecciones después de su segundo mandato. Con su muerte, una larga página de la historia de Ghana se ha cerrado. Se dice que es fácil llegar al poder supremo, no es complicado conservarlo, pero lo más difícil es dejarlo. Ellos han demostrado lo contrario de este dicho.


NOTAS:
1 Moussa Traoré fue el primer militar maliense que llegó al poder supremo en su país en 1968, derrocando por un golpe de Estado al primer presidente, Modibo Keita.
2 Nació el 22 de junio de 1947 en Accra, de padre escocés y madre ghanesa. Ingresó en 1967 en la academia militar.
3 El primer país de África subsahariana en proceder al cambio constitucional y político fue Benín, gobernado por un militar, Mathieu Kérékou desde 1972. Una conferencia nacional de las fuerzas vivas de la nación tuvo lugar, el presidente fue “apartado” y un nativo, alto funcionario del Banco Mundial, fue nombrado primer ministro con poderes. Elecciones plurales y libres tuvieron lugar. El presidente saliente no se presentó. Había respetado el nuevo orden constitucional.
4 Amadou Toumani Touré nació el 4 de noviembre de 1948 en Mopti; fue profesor de primaria antes de hacer carrera en el Ejército. Después de retirarse del Ejército se implicó en acciones humanitarias y sociales. En 1993 creó la Fundación para la Infancia. Fue también nombrado como facilitador en los conflictos políticos de países africanos como Argelia, Burundi, Ruanda y Zaire (actual República Democrática del Congo).
5 No ha escapado a la imposición de las instituciones dominadas por el capitalismo occidental: Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional y el GATT (antes de la Organización Mundial del Comercio). Como decía Ignacio Ramonet, exdirector de Le Monde Diplomatique, los 3 ejes del mal han asfixiado las economías de los países del sur, con programas de ajustes estructurales y préstamos para alargar las deudas de estos países.
6 Es excepcional ser elegido presidente en los países africanos, sin el apoyo de un partido político. Amadou Toumani Touré ha dejado una buena imagen, y tenía por lo tanto una popularidad en la población de su país.
7 No ha reformado la Constitución para permitirse un tercer mandato, como otros dirigentes africanos. Ha seguido el ejemplo del exdirigente militar beninés, Mathieu Kérékou, quien volvió a ganar las elecciones presidenciales de 1996 y 2001.


Formación electrónica: Yuri López Bustillos, BJV
Incorporación a la plataforma OJS, Revistas del IIJ: Ignacio Trujillo Guerrero