El nacimiento del nuevo ogro filantrópico

Publicado el 15 de abril de 2021

Antonio Fernández Fernández
Maestro en Derecho por la UNAM y profesor de posgrado de la misma
email afernandez@geo.uned.es

“Si no puedes alimentar a cien personas,
entonces alimenta a una sola”
Madre Teresa de Calcuta

En 1979 Octavio Paz publicó un libro que conmovió a la clase política mexicana llamado El ogro filantrópico. El título del libro hacía referencia al ogro como un gigante en cuya cabeza se encontraban el gobierno y la oligarquía, que tenía capturado al pueblo; siendo el ogro caprichoso, discrecional, el que asigna y quita derechos, generosamente planifica destinos, sonríe, nos perdona, pero de pronto se enoja, nos reprende y castiga, y otras veces nos premia.

La crítica de Paz en El ogro filantrópico fue hacia el Estado mexicano gobernado por el PRI y toda su esfera política, desde el presidente de la República hasta toda la clase dorada de la burocracia, todos eran lo mismo, funcionarios iban y venían del PRI al gobierno, con toda naturalidad, como una simbiosis.

En el libro se describe una burocracia insaciable, displicente, aprovechada, soberbia, con una idea de propiedad de las instituciones, las cuales eran para servirse y no para servir; Paz delinea al gobierno con un carácter estatista, dueño de todo y de todos, cuya cara no tenía rostro, pero era desalmada y temida. Este ogro filantrópico controlaba pero también premiaba, o compraba, ahí estaban la mayoría de los medios de comunicación y de los intelectuales.

Octavio Paz señaló que el sistema político se había convertido en una reliquia, pero temible, donde todos habían sido culpables de su desarrollo, desde el pueblo hasta los intelectuales, todos aceptaban las reglas del premio y castigo; el Estado era el ser y la nada, era el mal encarnado en el bien, nos engañaba haciéndonos creer que era un buen padre.

Para entrar a la alta burocracia se tenía que pertenecer al partido, ser compadre, pariente o amigo de alguien influyente, de lo contrario era muy difícil, a menos que fuera otorgado el cargo como un premio para callar una voz crítica o para compensar un buen servicio, todo estaba entrelazado para un mismo fin: cooptar a todos los disidentes.

Paz observó que para que ese Estado obsoleto y corrupto cambiara se requería, en primer lugar, que transparentara sus decisiones, escogiera a los mejores, educara mejor al pueblo, que hubiera una oposición real y poderosa de los partidos y, sobre todo, que hubiera democracia.

Con la caída del PRI en el 2000 y la llegada de Vicente Fox, se logró muy poco en este sentido, pero por lo menos en la democracia se avanzó. Hasta ahora, con la llegada de AMLO se esperaba un verdadero cambio, que se desmontara toda la corrupción, que se nombraran a los burócratas por su capacidad y no por su filiación política y que fuera un gobierno totalmente transparente.

Todas las críticas y recomendaciones que hizo Paz en 1979 siguen vigentes, parece que se está destruyendo al ogro filantrópico del viejo PRI, pero se está gestando un nuevo ogro, igual o más cruel y filantrópico que el anterior. Esperemos que AMLO se dé cuenta de ello a tiempo y pueda abortarlo.


Formación electrónica: Yuri López Bustillos, BJV
Incorporación a la plataforma OJS, Revistas del IIJ: Ignacio Trujillo Guerrero