El voto electrónico: ventajas y desventajas

Publicado el 12 de octubre de 2021

Liliana Rodríguez Bribiesca
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
emailliliarodriguez@politicas.unam.mx

Adrián Rodríguez Bribiesca
Programa de Posgrado de la Facultad de Derecho de la UNAM
emailadrian15_bribiesca@hotmail.com

En el presente texto estudiamos algunas de las consideraciones de las autoridades electorales respecto a la implementación del voto electrónico en los casos Vandoeuvre-les-Nancy (Francia) y Karlsruhe (Alemania). Tomando en cuenta que el voto forma parte de las acciones de participación individual como faceta de la ciudadanía, señalaremos las ventajas y desventajas de dicho mecanismo conforme a conceptos teóricos y destacaremos sendas conclusiones de este trabajo.

En este orden, es primordial comenzar con la definición de Estado, en virtud de que es dentro de éste donde surge la actividad política y permite definir la organización social a partir de su estructura, cuyos efectos se desencadenan en la interacción entre representantes y representados por medio de la participación política en sus diferentes vertientes.

Al Estado lo definimos como un fenómeno social relativo a la integración de personas asentadas en un territorio y conforme a determinadas disposiciones jurídicas; el Estado se caracteriza por ser producto del ejercicio de la soberanía y ha sido objeto de estudio desde la antigüedad por diversas culturas. Por ejemplo, los griegos llamaron polis a esa estructura social, mientras que los romanos introdujeron la concepción de civitas para referirse a dicho sistema organizacional. Sin embargo, fue hasta el siglo XV, en el modernismo italiano, bajo la visión del padre de la ciencia política moderna, Nicolás Maquiavelo, en su obra El príncipe, que dicha estructura social tuvo una nueva denominación: llamada desde entonces lo stato. Y se atribuye el concepto moderno de Estado al referido autor florentino porque en la célebre obra (El príncipe) refiere textualmente que: “Todos los Estados, todas la dominaciones que han ejercido y ejercen soberanía sobre los hombres, han sido y son repúblicas o principados”. A partir de ello, el uso de la palabra se extendió hasta nuestra actualidad con mayores matices y perspectivas multidisciplinarias, entre ellas, el derecho, la sociología y la ciencia política, entre otras, como las relaciones internacionales.

El Estado requiere elementos que le brinden movimiento, y por ello encontramos a la política. A ésta la definimos como el sistema de actividades humanas e institucionales cuyo objetivo es proveer bienes y servicios por representantes hacia los representados, conforme a los procesos de designación para ocupar el cargo público denominado voto; definido como la manera de expresar la volitidad del cuerpo electoral conforme al ordenamiento jurídico de un Estado particular.

Precisamos que hasta hace poco tiempo la participación política individual en sentido positivo por los ciudadanos podía realizarse mediante la manifestación de su voluntad a través del voto presencial, o también llamado tradicional, y que con independencia del sentido en que manifestaran la voluntad para aprobar o rechazar algún planteamiento público o consulta se realizaba mediante el uso de boletas impresas de papel por autoridades electorales de un Estado concreto.

Sin embargo, con el desarrollo y auge de las tecnologías de la información y comunicación, la participación política individual de las y los ciudadanos en asuntos públicos del Estado ha generado un cambio en la manera en que expresan esa aprobación o rechazo, por lo que se ha creado el voto electrónico. Al respecto, toda vez que cada Estado es diferente en la denominación que le atribuyen al voto electrónico, podemos encontrar, entre otros nominalismos, el voto informático, informatizado, telemático, tecnovoto, e-vote, e-voting, e-Poll, televoting, televote, electrovoto o voto automatizado, pero la acepción empleada comúnmente es la de voto electrónico.

Conforme a lo anterior, y sin entrar en peculiaridades, el uso de la ciencia y la tecnología ha aumentado en la implementación del voto electrónico en Europa, y también en América. Por ejemplo, en Francia el voto electrónico ha sido discutido respecto a las elecciones del Parlamento Europeo en el 2002 por las autoridades electorales del ayuntamiento de Vandoeuvre-les-Nancy (en Lorena, Francia), pues sometieron a consideración de la Comisión Europea la prueba piloto del e-Poll (Electronic Polling System for Remote Voting Operations), y consideraron que se trataba de una intromisión y vulneración de facultades del gobierno francés en su sistema político, porque conforme a las disposiciones contenidas en el Tratado de la Unión Europea (TUE) y el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE), cada Estado miembro de la Unión Europea cuenta con facultades propias para regular su sistema político sin la intervención de algún otro tipo de agente supranacional, y las autoridades electorales manifestaron que el Estado francés no reconocía en las disposiciones de esos tratados comunitarios que el Parlamento Europeo estuviera facultado para implementar el voto electrónico en Francia, ya que ello era propio de su sistema interno, por lo que la implementación referida violaba las convenciones comunitarias europeas.

Asimismo, las autoridades electorales de Vandoeuvre-les-Nancy argumentaron, en segundo momento, que en caso de celebrarse ese tipo de votaciones electrónicas, la validez, la seguridad y la confiabilidad de la votación electrónica sería objeto de reproches de la ciudadanía porque que el voto electrónico sería operado y vigilado por una empresa privada, lo cual no garantizaría la credibilidad en los resultados obtenidos al final de la elección del Parlamento Europeo, ya que el voto electrónico podría ser ejercido desde un domicilio diferente al del votante y ello podría ser puesto en duda por los ciudadanos votantes.

En aquel momento, la Comisión Europea estimó válidos los argumentos de la consulta de las autoridades electorales de Vandoeuvre-les-Nancy y el proyecto de voto electrónico puesto en operación por el Parlamento Europeo, el e-Poll, no se empleó en Francia.

Por otra parte, el uso del voto electrónico como forma de participación política fue con motivo de las consideraciones de un tribunal electoral con sede en Karlsruhe (Alemania), en que al resolver un asunto en 2009, estimaron que las votaciones internas de los comicios electorales celebrados el 2005, en las que participaron dos millones de ciudadanos, eran contrarias a lo previsto en la Constitución alemana porque lo que se buscaba con un sistema de votación como forma de participación individual de los ciudadanos era captar las manifestaciones de la voluntad del votante. Sin embargo, las autoridades electorales consideraron que el sistema de votación electrónico de aquel momento no era confiable al no garantizar que la votación hubiera sido efectuada por la persona que supuestamente así lo manifestara en la urna electoral.

También, las autoridades electorales de Karlsruhe consideraron que, de admitirse el voto electrónico como mecanismo de participación política de los ciudadanos en urnas electrónicas, ello impactaría en el cómputo y la técnica de escrutinio de resultados de la elección, ya que sería difícil de controlar el sistema electrónico que recibiera la urna electrónica y que, en todo caso, la captación de votos podría presentar inconsistencias, porque los sistemas electrónicos eran fácilmente manipulables por personas que tuvieran conocimiento en informática al sustituir los chips del sistema de las urnas electrónicas y podrían alterar los resultados de la votación fácilmente. Por ello, las autoridades electorales de Karlsruhe se pronunciaron respecto a la invalidez de la votación registrada por esos dos millones de ciudadanos en esas urnas.

Como se advierte, mientras que el primer ejemplo se refiere a un contexto de votaciones previas del Parlamento Europeo en el contexto internacional a la luz de dos de los tratados de la Unión Europea. El segundo caso se refiere a un contexto político alemán posterior a la celebración de las votaciones electrónicas. Sin embargo, ambos casos tuvieron repercusión en el sistema político electoral de sus países y en la participación y confianza de los ciudadanos votantes; de ahí la importancia de conocer esos casos en el ámbito de estudio del voto electrónico y su implementación.

Ahora, conforme a los casos señalados y la importancia que representaron para el estudio electoral en general, es importante reflexionar sobre las siguientes preguntas: ¿qué opiniones hubo en principio en esos países y qué dudas despertaron en los estudios de la ciencia política sobre la implementación del voto electrónico? ¿Cómo las consideraciones de las autoridades electorales afectaron al sistema político de esos países y en la implementación del voto electrónico como mecanismo de participación política en la ciudadanía?

Las opiniones que hubo en los casos indicados despertaron el interés de los investigadores por analizar el voto en electrónico, situación que en ese momento era novedosa, y fue tanto el interés, que por ello al estudiar el fenómeno político fue llamado de diversas maneras, incluso, a la fecha, sigue siendo objeto de análisis, dado que constantemente se agregan nuevas opiniones respecto al tema. Ahora bien, las consideraciones que mantuvieron las autoridades electorales permearon en la ciudadanía, y ello expandió el interés por el estudio del voto electrónico desde la ciencia política hasta otras áreas de conocimiento que, al día de hoy, son interesantes de conocer, y podemos aproximarnos a nuevas ideas permanentemente.

Como vemos, el voto electrónico, con independencia de la denominación que las autoridades electorales y que los estudiosos le atribuyan según el país en que se encuentren, ha sido objeto de cuestionamientos y opiniones controvertidas que pueden originarse con anterioridad o después de la jornada electoral, como ocurrió en Francia y Alemania, respectivamente. Y en este sentido, para ir concluyendo, presentamos algunas ventajas y desventajas que los estudiosos del fenómeno político y las autoridades han considerado respecto a la implementación del voto electrónico, las cuales se enuncian sintéticamente a continuación:

Ventajas:

a) Ausencia de coacción y ausencia de entornos controlados legalmente por parte de la administración electoral organizadora.

b) Se puede realizar desde cualquier dispositivo electrónico con acceso a internet, e incluso el gasto público de las autoridades destinado a insumos e infraestructura para emitir la votación se reduciría o abarataría los costos en las jornadas electorales.

c) El uso del voto electrónico permitiría votar a los ciudadanos, quienes por condición de motricidad se ven limitados en desplazarse desde cualquier parte del mundo.

d) Las mesas electorales no estrían saturadas el día de la elección, ya que permitiría captar el voto en cualquier lugar en que se encuentre el votante, ello sin olvidar los problemas respecto a la desconfianza en el cómputo final que hemos señalado.

e) El número de votos podrán consultarse públicamente en la página electrónica de las autoridades encargadas de celebrar los comicios simultáneamente, sin necesidad de esperar a que finalice la jornada electoral para conocer el avance y el resultado, lo que se traduce en trasparencia para el electorado.

Desventajas:

a) En el caso de los países de la Unión Europea, establecer el voto electrónico podría suponer una vulneración a la esfera competencial de los Estados miembros que las autoridades competentes pueden someter a consideración de la Comisión Europea para que decida arbitralmente las cuestiones, como es el expuesto caso de las autoridades de Vandoeuvre-les-Nancy.

b) Hay incertidumbre respecto a la veracidad de la voluntad del votante porque se desconoce realmente la ubicación geográfica del ciudadano votante, como ocurrió en el caso de Karlsruhe, en Alemania, además, el sistema de votación electrónica no es confiable al no garantizar que la votación haya sido secreta y conforme a la Constitución alemana.

c) En la realidad, no todas las personas tienen dispositivos electrónicos con conexión a internet y ello dificultaría la emisión del voto para algunas personas, lo que incluso puede llegar al extremo de considerarse discriminatorio por condición social de marginación o pobreza o por desconocer el funcionamiento de los sistemas electorales electrónicos.

d) La dificultad para que el Estado garantice el principio de secrecía que debe imperar en las votaciones, así como la confianza de los resultados obtenidos al final del día de la jornada electoral por los ciudadanos.

En conclusión, podemos decir que la participación política individual a través del voto electrónico al día de hoy no es uniforme en todos los Estados, inclusive en denominarlo voto electrónico, y ello puede impactar en la voluntad de la ciudadanía para emitir su voto a través del uso de medios electrónicos, por múltiples motivos, lo cual se reflejaría en un descenso en el índice de participación política de los ciudadanos al momento de votar en las jornadas electorales, ya que no hay credibilidad suficiente en el empleo y control de las herramientas de las tecnologías de la información y comunicación que las autoridades e instituciones electorales emplean en las jornadas electorales. Aunado a ello, la desconfianza de los ciudadanos respecto a los procedimientos de conteo y cómputo de votos electrónicos recibidos en urnas electrónicas; retos a los que el Estado, la política y la implementación del voto electrónico se enfrentan constantemente.


Formación electrónica: Yuri López Bustillos, BJV
Incorporación a la plataforma OJS, Revistas del IIJ: Ignacio Trujillo Guerrero