¿Valen más los niños franceses que nuestros niños mexicanos?

Publicado el 22 de noviembre de 2021

Íñigo Lanchares
Doctor en Derecho por la Universidad de Morelos
emaillancharesini@hotmail.com

No paro de hacerme esta pregunta todo el rato: ¿acaso los niños franceses valen más que nuestros hijos mexicanos? La razón por la que me hago esta pregunta está en los sucesos acontecidos en la escuela internacional francesa Liceo Franco Mexicano, A. C., plantel de Polanco en la Ciudad de México (en adelante, LFM). Como es sabido, esta elitista escuela francesa radicada en México, que pertenece a la red de liceos franceses incluidas en la Asociación de Enseñanza Francesa en el Extranjero (AEFE), organismo público del Ministerio francés para Europa y Asuntos Exteriores, ha decidido “mano militar”, con claro abuso y prepotencia despótica, “cerrar la sección mexicana” y dejar a decenas de niños mexicanos en la calle, tirados como “colillas”. Eran niños cuyo proyecto de vida, iniciado en el sistema francés, había comenzado, en muchos casos, desde la maternal (petite section) y, por tanto, cuyo deseo de aprender la lengua de Voltaire había sido escogido por sus padres de familia, respecto de entre otras opciones, y, más aún, la vinculación estrecha con Francia y sus instituciones eran guía rectora para estas familias. No es baladí el esfuerzo realizado por la mayoría de estas familias, esfuerzo primeramente económico (las reinscripciones y mensualidades de tantos años son caras) y segundo de dedicación a unos hijos en un entorno diferente al nacional, sin duda todo un proyecto de vida, como digo, que pasaba por la educación en el sistema francés.

Pero un buen día, la dirección de esa escuela, con claros “tics” autoritarios, “decide por sus pistolas”, sin ninguna habilitación legal ni administrativa de la Secretaría de Educación Pública (SEP), cerrar la sección mexicana y dar un puntapié a esas familias mexicanas. El coste es alto, no sólo en recursos perdidos, sino también en trauma psicológico para los pobres niños mexicanos, pérdida de sus amiguitos, asunción de que ellos “no valen” como los niños de la sección francesa, y dejar un proyecto de vida elegido; en fin, tener que dejar de amar a “Francia”.

Contrasta esta situación inédita del LFM con las declaraciones rimbombantes de las autoridades francesas, en el sentido de querer divulgar la lengua, la cultura y los valores franceses por todos los rincones del mundo (página de internet de la AEFE, declaraciones de los representantes diplomáticos de la embajada de Francia en México, etcétera); son eso “meras proclamaciones vacías de contenido”. En un principio, era plenamente creíble esa postura francesa por los “derechos de la infancia”, los “derechos del hombre”, de la que tanto ha hecho gala y ostentación la República francesa desde su Revolución de 1789, o eso nos habían querido hacer creer. ¿Dónde está esa Francia “paladín” y “guardián” de los derechos humanos reconocidos en las cartas, pactos y convenciones internacionales?, ¿acaso es todo Bluff?, o ¿es solamente para sus niños franceses? Entiendo como jurista que soy que esta decisión es ilegal, por cuanto:

1. Hay un tratado bilateral de educación entre México y Francia de 1970 “vigente” (no abrogado, pues), que establece una serie de obligaciones recíprocas entre ambas repúblicas y que ha servido de habilitación de la existencia de esa sección mexicana en el LFM. El argumento es sencillo: no habiéndose modificado dicho tratado, no parece lógico que se modifique la situación que tenía sustento precisamente en ese tratado.

2. La clara situación de “discriminación” que se produce con ese “abandono” de la sección mexicana, que no sabemos por qué razones inconfesables lo hacen (¿quizá habilitar más espacio a otras secciones más productivas?). Ya hay una resolución contra el LFM del Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación (COPRED/CA y C/Q-115-2018), donde se resolvió que hubo actos discriminatorios contra dos niños hermanos DLLDB y ELLDB, por no reinscribirles en los cursos 2017-18 y 2018-19. Como vemos, el discriminador no lo es de una sola vez, sino que repite, es reincidente, y eso que yo no creo mucho en las teorías del delincuente “nato” (predispuesto) de la escuela italiana de César Lombroso.

Está claro que el LFM no obra bien ni se espera que lo haga. No deja de tratar a los niños mexicanos como de “segunda”.

Esta escuela se ha venido riendo de las instituciones mexicanas a lo largo de los últimos tiempos. Para unas cosas es una escuela particular mexicana, y para otras es una escuela francesa, tal y como si las leyes territoriales mexicanas no fueran con ellos. Según le convenga, le comprenden las leyes mexicanas, y otras veces la inmunidad de Estado que otorga el derecho internacional (convenciones de Viena, etcétera). No olvidemos el verdadero alcance de la inmunidad de Estado, y que, en todo caso, sería inmunidad de la República francesa, no de la escuela; lo mismo ocurre con el personal diplomático de la Embajada de Francia en México, que no tiene inmunidad, e incluso ni el mismo embajador, sino sólo el Estado acreditado; por tanto, podría ser levantada dicha inmunidad por el Estado francés. Por cierto, hablando de diplomáticos, el Consejo de Administración de la escuela LFM tiene varios asientos ocupados por representantes de AFE, APE y de la embajada y consulado de Francia acreditado en México.

Cuando digo que se ríe de las instituciones mexicanas, eso es así, y si no, júzguenlo ustedes mismos estimados lectores leyendo la siguiente liga: https://forojuridico.mx/el-liceo-franco-mexicano-ac-omiso-a-los-senalamientos-requerimientos-y-apercibimientos-de-las-autoridades-mexicanas/. Los desaires, incumplimientos y omisiones del deber de colaborar del LFM con la autoridad mexicana son constantes y es una peligrosa inercia, que debe cortar la administración mexicana y otorgar una protección integral a los infantes mexicanos discriminados.

Estas conductas son detestables y no tienen cabida en una sociedad moderna como la nuestra y son totalmente contrarias al sentido mayoritario de la comunidad escolar mexicana y de los países de nuestro entorno. Esto podría afectar a la homologación de estudios del LFM por parte de la SEP, así como los pases directos a las universidades.

No paro de hacerme esa pregunta: “¿valen más los niños franceses que nuestros niños mexicanos?”. Y creo haber encontrado una respuesta: “no, no valen más… sólo tienen más dinero”.

Si estás de acuerdo, firma por favor en la siguiente liga: http://chng.it/JNB2jrbv.


Formación electrónica: Yuri López Bustillos, BJV
Incorporación a la plataforma OJS, Revistas del IIJ: Ignacio Trujillo Guerrero