Carta de un grupo de mujeres el FMI contra un préstamo a Camerún

Publicado el 15 de diciembre de 2021

Bahdon Abdillahi Mohamed
Licenciado en Ciencias Políticas, doctorando en Sociología de la Educación en
la Universidad de Murcia, España
emailbahdonabdillahi@gmail.com

¿Qué tipo de relaciones puede existir entre un grupo de mujeres de un país determinado y una institución financiera internacional? A primera vista, ninguna. La institución financiera trabaja con los Estados y las instituciones financieras. El grupo de mujeres puede ser de índole económica, filantrópica, política, social… Analizando la cuestión, no se puede afirmar que una relación pueda surgir entre estas dos estructuras. Pero una cierta comunicación puede surgir en un momento dado. Y el origen de un contacto entre un grupo de mujeres, formal, reconocido por el gobierno de su país, o informal, puede responder al trabajo o a las actividades de la institución financiera y un gobierno, al cual estas mujeres combaten políticamente.

Ante todo, algunos elementos para entender la actitud de dicho grupo de mujeres: primero, las instituciones financieras internacionales y regionales financian proyectos de infraestructura de los países miembros. Sus principales actividades son préstamos que hacen a los Estados, pero también donaciones, aunque pocas. En realidad, lo que llaman “donaciones” son mecanismos para ayudar a los países pobres, o con recursos menores, y endeudados a llevar o mantener un nivel sostenible. No es un mecanismo para reflotar la economía de estos países, pero para el que siguen pagando sus acreedores. Estas instituciones han desarrollado varias formas de préstamos, por ejemplo, la facilidad de crédito rápido (FCR). En una economía de especulación, lo más importante es ganar más y rápidamente.

Segundo, los préstamos a los países del sur constituyen un trabajo importante para el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para controlar la economía de estos países. Como los bancos nacionales o regionales, estas instituciones influyen directamente en lo que se llama “política de desarrollo” de los gobiernos de los acreedores; una política dictada por los bancos Mundial y regionales.

Tercero, desde que reciben préstamos del Banco Mundial y del FMI, no hay un verdadero desarrollo de los países del sur. Para desviar la cruda realidad, el discurso neoliberal ha inventado nuevas expresiones, como países emergentes, desarrollo sostenible… Entonces, ¿qué cambia en la vida de millones de personas que sufren de todo?

Camerún es un país de África Central muy conocido por su participación en varias copas mundiales de fútbol y es uno de los productores africanos de petróleo. Ha recibido, como otros países africanos, préstamos del FMI desde su independencia en 1960. Dispone de recursos naturales (petróleo, gas, minerales, madera preciosa) y agrícolas (café, cotón, cacao, maíz, manioc). Hasta hace unos años, su principal fuente de riqueza era el petróleo, pero con la bajada del precio del crudo y el de materias primas, aunada a la corrupción que sufre el país, su capacidad financiera no le permitía reembolsar sus préstamos. Desde hace unos cinco o siete años, a la crisis socioeconómica y política que atraviesa el país se añaden una guerra civil y la crisis del COVID-19. La ciudadanía camerunesa está en un cúmulo de malestares.

PRÉSTAMOS SIN CONTROL

Teóricamente, el control está en todos los campos de la vida humana. Y en un contexto de supuesta lucha contra una pandemia, estamos inmersos/as en el control de un capitalismo de vigilancia. 1 Prestar dinero está relacionado con la idea de control. Los ciudadanos lambda saben bien lo que es un control cuando pide una ayuda por sus derechos fundamentales. El 27 de mayo de 2021, el FMI anunció que había alcanzado un acuerdo de nivel de servicio para un préstamo “para mitigar las consecuencias de la pandemia” del COVID-19, entre otros objetivos. El FMI no especificó la cantidad o el detalle de las medidas concretas para combatir la corrupción, excepto que “la aplicación efectiva del marco legal anticorrupción también será esencial”. Pero no fue el único préstamo, esta institución financiera había desembolsado previamente dos préstamos de emergencia a Camerún por un total de 382 millones de dólares, y el gobierno se había comprometido con el FMI a utilizar estos fondos de manera transparente y responsable. Pero el gasto relacionado con la lucha contra el COVID-19 se ha visto empañado por la opacidad y acusaciones creíbles de mala gestión y corrupción generalizadas. Las/os miembros del gobierno, las/os gobernantes, tanto nacionales como regionales, y funcionarias/os están acusadas/os de corrupción por la ciudadanía. Para la ciudadanía, la mala gestión del país es el resultado de la corrupción 2 a todos los niveles del Estado y del mundo empresarial.

Los pocos medios de comunicación cameruneses libres publicaron el resumen de una auditoría realizada por un órgano de investigación de la Corte Suprema de país, la Cámara de Cuentas. Ésta revela el alcance de la corrupción y la mala gestión, estimada en 180,000 millones de francos CFA (aproximadamente 333 millones de dólares), en gasto en respuesta al COVID-19 hasta el 31 de diciembre de 2020. La Cámara de Cuentas recomendó “iniciar 10 procesos judiciales sobre situaciones que probablemente violen la ley penal”.

Frente a este escándalo, el FMI ha pedido al gobierno que dé cierta información sobre los contratos adjudicados, incluidos los nombres de todos los beneficiarios reales de las empresas involucradas, antes de otorgar el segundo préstamo. Pero la novedad es la reacción de la sociedad civil.

REACCIONES DE LA SOCIEDAD CIVIL

Aun en el régimen del presidente de Camerún, Paul Biya, 3 en el poder desde 1982, la sociedad es activa. El gobierno recurre la represión y al arresto de opositores, como el último candidato de la oposición frente al actual presidente, Maurice Kamto. 4 Una gran parte de la ciudadanía ya no tiene miedo en manifestar su descontento. Frente a un escándalo como éste, las reacciones sociales no podían esperar. Pero para sorpresa general, en una sociedad cuyas instituciones políticas y representativas están, política y socialmente, dominadas por los hombres, la primera reacción vino de las mujeres. 20 mujeres de diferentes horizontes de estudios (universitarias), políticos (presidenta de un partido político) y profesionales (abogadas, empresarias, funcionarias, rectora de universidad) interpelaron al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y al Fondo Monetario Internacional con dos cartas sobre el fraude de los fondos del FMI.

CONTENIDO DE LAS CARTAS

Numerosos hechos nos llevan a pensar que los préstamos otorgados por el FMI, que serán reembolsados por ciudadanos cameruneses, se desvían y se utilizan para comprar las armas que matan a estos mismos cameruneses. Para acceder a la Facilidad de Crédito Rápido (FCR) otorgada a Camerún en mayo de 2020, el ministro de Finanzas de Camerún contrajo el siguiente compromiso en su carta de intención del 28 de abril de 2020: “la estricta aplicación de los procedimientos y controles presupuestarios previstos por las leyes antes mencionadas. Además, nos comprometemos a publicar un informe semestral sobre los gastos relacionados con COVID-19”.

Sra. Georgieva (presidenta del FMI), el ministro de Finanzas y el gobierno de Camerún, obviamente, no han cumplido este compromiso con el FMI. Peor aún, no respetaron su contrato de gestión con el pueblo camerunés. Hasta donde sabemos, no se han proporcionado informes periódicos sobre los gastos de la Línea de Crédito Rápido. No se respetaron los procedimientos administrativos del gobierno de Camerún. El primer informe de auditoría sobre el uso de estos fondos muestra gastos 20 veces mayores que las provisiones para múltiples líneas presupuestarias, sobreprecios que se duplican o quintuplican, contratos adjudicados a proveedores no aprobados y a proveedores con vínculos familiares con personal del ministerio, pagos en efectivo en violación de trámites administrativos.

Su reacción no ha dejado indiferentes a las mujeres próximas al gobierno, que han escrito una carta al FMI para mostrar otra opinión de la gestión del préstamo.

Edith Kah Walla 5 acusa, con razón y a la vez, a su país y al FMI afirmando que

Camerún no ha publicado un informe semestral, ha publicado la lista de las empresas beneficiarias unos meses después, ha demandado una auditoría independiente bajo la insistencia del arrendador y más allá de los plazos previstos. Lo más grave es que en ningún momento la ley camerunesa sobre los mercados públicos ha sido respetada, en ningún momento el pueblo camerunés ha sido informado sobre la gestión de los fondos públicos. 6

La carta de estas mujeres es un recordatorio de los principios del FMI. Edith Kah Walla explica que “No pedimos al FMI de salir de su marco. Le decimos de respetar los términos del acuerdo que ha validado con Camerún, quien ha prometido en su carta de intención de gestionar de manera transparente estos fondos”. 7

La interpelación de estas mujeres muestra su concientización sobre la gestión de los préstamos de las instituciones internacionales. Para ellas, es la población quien paga estos préstamos sin beneficiar su vida cotidiana. Y por otra parte, cuestiona la seriedad de la institución que presta. Es cuestionable, pues, la intención de una institución financiera que presta a un gobierno corrupto, a un país cuya economía está paralizada por factores internacionales: la bajada del precio del crudo. Pero realmente el FMI se da los medios para controlar el uso de sus préstamos.

Podemos concluir que prestar sin condiciones y exigencias fue, y es, la política del FMI y del Banco Mundial a países cuyas economías están controladas por el capitalismo occidental desde la época colonial. Los préstamos nunca han favorecido el desarrollo de los países del sur, al contrario, los han mantenido, y los mantienen, en la dependencia. Los conceptos “desarrollo” y “país emergente” son puras creaciones de economistas y desarrollistas de los países que controlan la economía a nivel global. Unas diversiones para afinar sus técnicas de acaparar los recursos de otros países. Los préstamos aumentan la deuda injusta; préstamos y deuda constituyen una espina en el desarrollo de estos países. La facilidad de los préstamos de las instituciones, creadas y controladas por los países ricos, en realidad es un medio para mantener bajo control las economías de estos países. Desde la liberalización de la economía en los años ochenta del siglo pasado, lo más importante no es la producción ni la innovación promovida por un discurso de diversión, sino la especulación. Los préstamos no escapan de la especulación. Es una especulación mortal para billones de personas en el mundo, más que la hambruna y las guerras civiles.


NOTAS:
1 Zuboff, Shoshana, “Le capitalisme de surveillance”, Le Monde Diplomatique, Janvier, 2019, pp. 1, 10 y 11.
2 Por si sirve algo, en el “Índice de corrupción” publicado por Transparency, Camerún ocupa el puesto 142 en 2021; ha bajado cuatro puestos respecto al año anterior.
3Paul Biya, presidente desde 1982, es el segundo presidente de África negra más longevo en el poder del Estado, después del presidente de Guinea Ecuatorial, en el poder desde el golpe de Estado de 1979.
4Maurice Kamto es, ante todo, un destacado profesor de derecho en las universidades de su país. Fue ministro delegado en un gobierno de Paul Biya, pero pasó a la oposición; se presentó en las últimas elecciones presidenciales. Se proclamó ganador y el poder le arrestó.
5Entrevista a Le Point Afrique del 6 de julio de 2021: disponible en: https://www.lepoint.fr/afrique/kah-walla-il-ne-faut-plus-preter-au-cameroun-06-07-2021-2434331_3826.php.
6Idem.
7Idem.


Formación electrónica: Yuri López Bustillos, BJV
Incorporación a la plataforma OJS, Revistas del IIJ: Ignacio Trujillo Guerrero