El fetichismo electoral y la política de implacabilidad de la
Comunidad Económica de Estados de África Occidental
Publicado el 3 de febrero de 2022
Bahdon Abdillahi Mohamed
Licenciado en ciencias políticas, doctorando en Sociología
de la Educación en la Universidad de Murcia, España
bahdonabdillahi@gmail.com
La región del África Oeste vuelve a ocupar la actualidad subsahariana en estos días con grandes manifestaciones en las capitales de varios países; así es la diáspora africana en el mundo a raíz de las sanciones contra una Junta Militar que gobierna el país desde 2018.
En primer lugar, hay que recordar que esta Junta Militar, dirigida por el coronel Assimi Goïta, acompañó un importante movimiento social a finales de 2017. La intervención de los militares malienses es diferente de las de Guinea Conakry, en septiembre de 2021, y Burkina Faso, 1 el 23 de enero de 2022; fue apoyada por una gran parte de la opinión nacional.
Las organizaciones de la sociedad civil y los partidos de la oposición se manifestaban contra la mala gestión de un gobierno corrupto —que tenía el apoyo de Francia—, mientras que la población sufría, y sigue sufriendo, una creciente inseguridad tanto en las grandes ciudades como en el campo, donde el Estado ha desaparecido.
La detención y la deposición del ex presidente Ibrahima Boubacar Keita 2 por los militares de Malí en 2018 no resolvió la grave crisis institucional y política. Estas elecciones han suscitado tensiones en la clase política y en la población, a pesar de que Malí fue uno de los países de África que fue modelo en la transición a un régimen pluralista y democrático en los años noventa y donde los sucesivos presidentes no han tocado la Constitución, como otros países vecinos, para un tercer mandato inconstitucional. Algunos candidatos de la oposición y organizaciones de la sociedad civil habían pedido la dimisión del ministro de Administración Territorial encargado de las elecciones.
Tal y como permiten sus estatutos, la organización regional, la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) 3 intervino para ayudar a los dirigentes malienses a encontrar una solución política a la crisis, pero desde el principio optó por un punto muerto al imponer un plazo para la organización de elecciones presidenciales libres y transparentes. Al centrar su política en la organización de las elecciones presidenciales, los dirigentes de la CEDEAO —de hecho los demás presidentes de los países miembros— han optado, se podría decir, por enfrentarse a una Junta Militar y a los políticos de Malí. Si el gobierno está dirigido por un militar, también hay civiles: el primer ministro es de un partido político.
En septiembre de 2020 un general retirado, Bah N'Daw, fue nombrado presidente de la transición hasta su derrocamiento en mayo de 2021. Los militares sospecharon que colaboraba con el gobierno francés después de una visita oficial a París. Desde hace unos años la antigua potencia colonial, Francia, está acusada de no lograr resultados en la supuesta cooperación militar que pidió un presidente civil en 2013. Francia creó una fuerza militar, Barkhane, 4 al lado de la Minusma de la ONU, para combatir el terrorismo que sufren varios países del Sahel (Chad, Burkina Faso, Mali, Mauritania y Níger); cuatro de éstos son enclaves.
Con una creciente violencia no solamente en los pequeños pueblos, sino también en las grandes ciudades, un sentimiento antifrancés se desarrolló a finales de 2017. Malí es el país más castigado, seguido por Burkina Faso. Para aumentar sus fuerzas, estos países crearon, con la ayuda de Francia, el Grupo G 5. A pesar de tal política, la seguridad se ha degradado mucho en todos estos países. Los Estados, ya debilitados por programas de ajustes estructurales de las sociedades anónimas de Asia y de Occidente (FMI y Banco Mundial), ha perdido el control de una parte del territorio. En algunos países se ha decidido negociar con los representantes de grupos armados y separatistas, imitando lo que sucedió entre los talibanes y Estados Unidos sobre Afganistán. No obstante, a diferencia de Afganistán, en el caso de países africanos, la llamada comunidad internacional —en realidad Occidente— propone como solución la organización de elecciones libres y transparentes.
ESTABILIDAD POLÍTICA Y SOCIAL MEDIANTE LA ORGANIZACIÓN DE ELECCIONES LIBRES Y TRANSPARENTES
Las elecciones no son la panacea para la estabilidad política de un país y para los ciudadanos, que tienen prioridades más básicas: alimentación, seguridad, educación, sanidad...
Con buena intención podemos decir que la organización adoptó el Protocolo A/SP1/12/01 sobre Democracia y Buen Gobierno adicional al Protocolo relativo al Mecanismo de Prevención, Gestión y Resolución de Conflictos, Mantenimiento de la Paz y Seguridad, adoptado el 21 de diciembre de 2011 en Dakar (Senegal) para acompañar a sus miembros en lo que puede llamarse “un proceso de consolidación democrática”. Arte. El apartado 1 b) de dicho protocolo estipula que “cualquier acceso al poder debe realizarse mediante elecciones libres, justas y transparentes”. A primera vista puede decirse que se trata de un paso importante hacia la construcción de sistemas políticos en los que las disputas poselectorales 5 no conduzcan a una gran inestabilidad política y social, que es dura para la población; la primera en pagar las consecuencias en términos humanos.
Otro punto positivo de este protocolo es el reconocimiento de cierta dignidad a los antiguos jefes de Estado. Según el apartado 1 del artículo 1o., todos los antiguos jefes de Estado gozan de un estatuto especial que incluye la libertad de circulación. Asimismo, disfrutará de una pensión y de prestaciones materiales adecuadas a su condición de antiguo jefe de Estado. Tras la absolución por parte de la Corte Penal Internacional, Laurent Gbagbo 6 tuvo todos los problemas del mundo para conseguir su pasaporte como ciudadano de Costa de Marfil para volver a su país. La CEDEAO ha guardado silencio, pero ha agitado el caso de Alpha Conde, 7 autor de un golpe constitucional en 2020, pidiendo a la Junta Militar un trato humano.
La organización de las elecciones depende de una administración central y de diversos organismos públicos con la participación de formaciones políticas oficialmente reconocidas, actores de la sociedad civil y la legislación electoral. El artículo 2o., párrafo 1, del protocolo del 21 de diciembre de 2011, estipula que “no se llevará a cabo ninguna reforma sustancial de la ley electoral en los seis (6) meses anteriores a las elecciones, sin el consentimiento de una amplia mayoría de los actores políticos”. Todos los demócratas acogieron con satisfacción esta disposición. En cuanto a su aplicación; es una gran decepción.
Malí no es el primer país que sufre una crisis política. Costa de Marfil vivió una grave crisis política en 2010 y la CEDEAO guardó un silencio ensordecedor. Es cierto que el protocolo sobre democracia y buen gobierno se adoptó cuando Alasanne Ouattara llegó al poder, pero el silencio de la organización continuó durante la manipulación de la Constitución por parte de Ouattara y Alpha Conde, especialmente los golpes constitucionales al presentarse por tercera vez en 2020. Esta práctica parece estar comprendida en lo que se denuncia en el artículo 2o., párrafo 1. ¿Por qué este doble rasero? ¿Hay países o líderes intocables?, ¿y otros a los que hay que aplicar con dureza las normas del protocolo?
Después de Malí, el Ejército volvió al poder en Guinea Conakry, donde también recibió el apoyo de una parte de la opinión pública, y el 23 de enero tomó el poder en Burkina Faso. No es por el poder que estos jóvenes soldados deponen a los civiles, que son incapaces de gestionar su país y sus sociedades. En cuanto a la situación cada vez más deteriorada en África Occidental, como africanos nos seguimos preguntando: ¿por qué un trato diferente entre los miembros de una misma organización?
Con las injustas e inhumanas sanciones adoptadas contra Malí, no se puede evitar pensar en una política de implacabilidad por parte de ciertos dirigentes, no contra una junta, sino contra un pueblo.
UNA POLÍTICA IMPLACABLE
Una política implacable no se basa en tratados y protocolos, sino en otras consideraciones y prácticas ilegales de personas que, en un momento dado, tienen la capacidad de decidir sobre el destino de un líder, un país y una sociedad. La política de persistencia significa encerrarse en un horizonte en lugar de buscar otras soluciones. Además, un texto no puede limitar el espíritu y las capacidades de una institución que debe escuchar y comprender el contexto antes de pasar a sancionar.
Las normas de un tratado deben establecer un trato idéntico para los países miembros; sin embargo, los contextos no son los mismos, pero el trato no debe ser diferente. Con las diferentes crisis políticas y sociales de sus miembros, se puede ver la diferencia en el trato y la política de la CEDEAO. Ayer fue Gambia, 8 que fue víctima de esta implacabilidad. En 2021 es Malí.
En Malí el acoso se ha manifestado de forma violenta con el cierre de fronteras, la suspensión de las transacciones comerciales entre Malí y los países de la CEDEAO, la congelación de los activos de Malí en los bancos centrales de la CEDEAO y la suspensión de la ayuda financiera de las instituciones regionales. Se trata de decisiones ilegales no previstas por el estatuto de la organización.
Ningún otro país ha sufrido la misma suerte: ni Costa de Marfil ni Guinea Conakry ni Burkina Faso... ¿Por qué no se despliegan las fuerzas de reserva de la CEDEAO en los países miembros que sufren atentados terroristas? De hecho, es por presión de Francia que se toman estas sanciones. Parece que se decidieron en la cumbre del Foro Internacional de Dakar sobre la Paz y la Seguridad en África. Francia siempre está representada en este foro internacional. Y en un contexto de rechazo a la presencia francesa y de fuertes tensiones con la junta maliense, la posición francesa ha caído en saco roto, sobre todo porque dirigentes como Macky Sall y Alassan Ouattara nunca han ocultado su francoafricanismo, o, más bien, su sumisión y abandono de la soberanía de sus países.
La participación de una delegación francesa en el foro internacional y la adopción de sanciones contra Malí son una pura coincidencia. No, este país jugó con sus partidarios en la región. El único país europeo que ha reaccionado ante las injustas sanciones impuestas a Malí ha sido Francia. Y como si las sanciones de la CEDEAO no fueran suficientes para asfixiar al pueblo maliense, la antigua potencia colonial convocó a una reunión del Consejo de (in)Seguridad de las Naciones Unidas para apoyar las sanciones. La resolución no pudo ser adoptada, a pesar del apoyo de Gabón y los países africanos del “A3”, gracias a los vetos de China y Rusia.
En esta crisis alimentada por Occidente, Francia no actúa sola; cuenta con el apoyo regional y occidental. 9 De las ex potencias coloniales europeas, Francia es el único país en mantener una presión sobre sus ex colonias, ya sea con el franco CFA (franco de las colonias francesas vigente desde la época colonial en 14 países, pero que todo se decide por el Tesoro francés) o con bases militares en muchos países. Su política africana está criticada por algunos de sus socios de la Unión Europea. 10 La élite política francesa ha llegado en el momento y con los líderes equivocados a Malí y Burkina Faso, pero también a otros países de esta parte de África. No se puede hacer algo nuevo de lo viejo.
En la crisis de Malí, pero también en Guinea y Burkina Faso, la CEDEAO hace oídos sordos al clamor de la población y a la diáspora africana contra estas medidas injustas, ilegales e inaplicables. Con la crisis maliense las y los manifestantes ponen encima de la mesa la soberanía de los Estados africanos.
La CEDEAO se ha desacreditado aún más a los ojos de los pueblos de África Occidental y del continente negro.
NOTAS:
1 Al igual que Malí, Burkina Faso es miembro del famoso G5, donde los militares franceses tienen la actitud de pasearse por su territorio sin intervenir en los atentados de los terroristas o yihadistas, sea cual sea el nombre utilizado. Ante los ataques asesinos de las poblaciones, de los militares burkineses ante la indiferencia de las fuerzas extranjeras, la sociedad civil y el Ejército no podían permanecer indiferentes. Militares descontentos tomaron las riendas del poder político, depositando el presidente civil, Christian Roch Kaboré. Es un país donde hubo varios golpes de Estado desde su independencia.
2 Ibrahim Boubacar Keita fue primer ministro de 1994 hasta el 2000, presidente de la Asamblea Nacional de 2002 hasta 2007 y presidente de la República de 2013 hasta 2020. Murió el 16 de enero de 2022.
3 La CEDEAO es un grupo regional de 15 países de África Occidental. Fundada el 28 de mayo de 1975 con la firma del Tratado de Lagos; su misión es promover la integración económica de la región.
4 Barkhane es una operación llevada a cabo en el Sahel por las Fuerzas Armadas francesas y las Fuerzas Armadas de los países aliados locales de la región africana del Sahel, cuyo objetivo es luchar contra el terrorismo y grupos insurgentes del Sahel. Es iniciada en agosto de 2014. En realidad es como la prolongación de operaciones del Ejército francés Serval (en 2013 en Mali) y Epervier. Integraban más de 3,000 militares y estaban equipados con 200 blindados, cuatro drones, seis aviones de combate, una decena de aviones de transporte y una veintena de helicópteros.
5 Es perfectamente normal que unas elecciones bien organizadas, libres y transparentes den lugar a protestas tras la publicación de los resultados. Este tipo de contestación se puede encontrar en todas partes. Sin embargo, utilizar los recursos del Estado o de la administración nacional y regional va en contra del principio de igualdad entre los candidatos y puede dar lugar a disputas. Esto ocurre en nuestros países.
6 El profesor Laurent Gbagbo lideró el movimiento de cambio político; fue opositor al presidente Félix Houpheit Boigny. Fue presidente de su país de octubre de 2000 hasta abril de 2011. Después de una grave crisis poselectoral fue trasladado a la CPI, juzgado por crimines de guerra y contra la humanidad. 11 años después fue absuelto.
7 Alpha Conde fue un opositor de Guinea Conakry que vivió mucho tiempo en el exilio en Francia. Fue elegido presidente en 2010 y en 2015. Modificó la Constitución para presentarse por la tercera vez a las elecciones presidenciales en 2020; la Corte Constitucional le dio ganador.
8 La CEDEAO ha mostrado una reacción digna a la decisión de un dictador como Yahya Jammeh, de la República d Gambia, que dio un giro de 180 grados a los resultados de las elecciones al ver una fuerza armada para desalojarlo. De hecho, apoya las políticas de Macky Sall. Entonces, ¿por qué no reacciona de la misma manera en otros contextos?
9 Tras la clara ineficacia de Barkhane, Francia y sus aliados europeos crearon una fuerza llamada Tabuka, que representa a 14 países. ¿En qué se diferencia esta fuerza de Barkhane? Cada país europeo aporta sus fuerzas especiales sin consultar a las autoridades malienses. Malí no es una zona de entrenamiento para los ejércitos de la OTAN.
10 Uno de estos socios es Italia. La llegada de inmigrantes de países africanos al Mediterráneo, a los puertos italianos, ha llevado a un conflicto diplomático con Italia, que acusa a su vecino de empobrecer África por su política, aprovechando los recursos naturales de estos países. Diputados y ministros italianos dan datos sobre los beneficios de Francia en estos países, como por ejemplo, la fuente de la energía nuclear francesa: controla el uranio en Níger con bajo precio, destruyendo el medio ambiente.
Formación electrónica: Yuri López Bustillos, BJV
Incorporación a la plataforma OJS, Revistas del IIJ: Ignacio Trujillo Guerrero