Aquel diálogo entre católicos y marxistas: a 50 años del Encuentro Latinoamericano de Cristianos por el Socialismo

Publicado el 24 de marzo de 2022

Alfonso Guillén Vicente
Profesor-investigador en la Universidad Autónoma de Baja California Sur
emailaguillenvic@gmail.com

El Primer Encuentro Latinoamericano de Cristianos por el Socialismo se celebró en Santiago de Chile en abril de 1972. Fue impulsado por el llamado Grupo de los Ochenta, los sacerdotes chilenos que, en 1971, manifestaron su apoyo al gobierno socialista del médico Salvador Allende, y coincidió con la III Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD III).

El temario de ese evento comprendió 10 asuntos importantes, particularmente en aquella época: subdesarrollo, dependencia y transición al socialismo; movilizaciones de masas; condiciones para una alianza estratégica entre cristianos y marxistas; ideología y religión; lucha de clases; posiciones éticas y obstáculos para los cristianos; instituciones cristianas e ideología; teología de la liberación; partidos populares y uniones; labor de campo e iniciativas eclesiales; las clases medias; la mujer en la revolución, y el factor cristiano. 1

La delegación mexicana iba encabezada por el obispo de Cuernavaca, don Sergio Méndez Arceo, y contaba con destacados sacerdotes y laicos comprometidos, partidarios de la teología de la liberación. En ese tiempo gobernaba México, Luis Echeverría Álvarez, con una evidente cercanía con el presidente chileno Salvador Allende, e interesado en promover la llamada Carta de los Derechos y Deberes de los Estados en el seno de las Naciones Unidas.

Dentro de la alianza gobernante de partidos chilenos, denominada Unidad Popular y encabezada por Allende, figuraba el MAPU (Movimiento de Acción Popular Unitaria), de inspiración cristiana y conformado por organizaciones barriales, clases medias y estudiantes de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Pero frente a las otras organizaciones partidarias de esa coalición, como el Partido Socialista de Chile y el Partido Comunista, parecía un hermano menor.

El diálogo entre católicos y marxistas fue una de las muchas consecuencias del Concilio Vaticano II y de las Encíclicas Papales como Pacem in Terris, de SS Juan XXIII, y Populorum Progressio, de SS Paulo VI. Como también lo fue la participación de algunos católicos en el Partido Acción Nacional (PAN) en la segunda mitad de los sesenta, cuando los blanquiazules querían parecerse más a la democracia cristiana sustentada en la doctrina social de la Iglesia.

Particular importancia tuvo la II Conferencia del Episcopado Latinoamericano, celebrada en Medellín, Colombia. Amalia Casas, de la Universidad Nacional 3 de Febrero de Argentina, ha señalado que “una atenta mirada a los Documentos Finales de Medellín («Justicia» y «Paz») da cuenta de la introducción de la Teoría de la Dependencia en el análisis de la situación”. 2

Uno de los mexicanos más destacados en ese diálogo entre católicos y marxistas lo fue Porfirio Miranda de la Parra, con su clásico libro Marx y la Biblia. Miranda, primero jesuita y, a su salida de la Compañía de Jesús, destacado académico de la Universidad Autónoma Metropolitana, aprovechó su facilidad para los idiomas y la filosofía para cursar estudios de economía en Alemania y el doctorado en Ciencias Bíblicas en el Pontificio Instituto Bíblico de Roma. 3

El texto de Marx y la Biblia, publicado por primera vez en 1971 por el autor y con el apoyo del entonces Provincial de la Compañía de Jesús Gutiérrez Martín del Campo, tuvo una amplia difusión antes y después de que Porfirio Miranda abandonara la orden religiosa. Llegó a exponer lo que fue su tesis doctoral ante los estudiantes jesuitas de Teología en su sede de San Ángel, en la Ciudad de México, antes de dejar los hábitos religiosos.

De aquel esfuerzo por acercar las posiciones entre la doctrina católica y el pensamiento marxista me queda la impresión de que fue un camino en un solo sentido, porque no se apreció el interés de los militantes de izquierda revolucionaria por valorar las aportaciones de los pensadores interesados en la interpretación de la Sagrada Escritura.

En realidad, desde los partidos comunistas no se supo apreciar la propuesta de diálogo generoso y hasta incondicional de los católicos. Igual en 1936, cuando el Partido Comunista francés invitó a la formación de un Frente Popular, “más un llamamiento a una alianza política que un intento de diálogo”; 4 que a finales de los años setenta, en México, cuando varios destacados católicos se acercaron a conversar con el Partido Comunista mexicano, que estrenaba registro legal con la reforma política de 1977.

Como bien lo afirma Jorge Castañeda en su biografía Amarres perros (Alfaguara, 2015), para su XIX Congreso el PCM prefirió incorporar en su agenda temas de género y derechos de las minorías, muy acordes con su clientela del Valle de México. 5 Asuntos que no son menores, pero que soslayaron el diálogo entre católicos y marxistas.


NOTAS:
1 Records of Primer Encuentro Latinoamericano de Cristianos por el Socialismo, The Burke Library Archives.
2 Casas, Amalia, “En busca de las razones del otro: Conrado Eggers Lau y el diálogo católico-marxista (1958-1968)”, Investigaciones y Ensayos, núm. 58, s. f.
3 Oliveros, María Adela, “José Porfirio Miranda de la Parra: una vida entre Marx y la Biblia”, Signos Filosóficos, núm. 7, enero-junio de 2006.
4 Casas, Amalia, op. cit., p. 98.
5 Guillén Vicente, Alfonso, “La izquierda mexicana vista desde la provincia…”, Hechos y Derechos, México, núm. 38, marzo-abril de 2017.


Formación electrónica: Yuri López Bustillos, BJV
Incorporación a la plataforma OJS, Revistas del IIJ: Ignacio Trujillo Guerrero