Describir e instruir sobre los efectos psicológicos en el adulto mexicano, víctima de un abuso social en su infancia

Publicado el 6 de junio de 2022

Samantha Sofía Andrade Guzmán
Estudiante de licenciatura en Psicología; Taller de Psicología Jurídica, Universidad
Marista de San Luis Potosí
email29170275@umaslp.maristas.edu.mx

“La violencia no es fuerza sino debilidad, nunca podrá crear cosa alguna, solamente la destruirá”
Benedetto Croce

I. INTRODUCCIÓN

El tema de investigación es identificar los efectos psicológicos de un abuso sexual infantil en adultos mexicanos. El abuso sexual infantil se define como los “contactos e interacciones sexuales entre un menor de edad y un adulto o entre menores de edad si existe una diferencia de cinco años entre ellos, o si el niño/adolescente agresor se encuentra en una posición de poder o control sobre la víctima, aunque no haya diferencia de edad”. 1 Y las secuelas emocionales se refieren a los “efectos a largo plazo cuando éstos se encuentran a partir de los dos años siguientes a la experiencia de abuso, presentándose aproximadamente en un 20% de las víctimas de abuso sexual infantil”. 2 Así, el siguiente tema está considerado para crear conciencia en la sociedad acerca de los efectos emocionales que son generados en adultos mexicanos que fueron alguna vez abusados sexualmente a una edad temprana.

El método y tipo de estudio que se empleará será de diseño cualitativo, ya que se recopilarán datos no numéricos por medio de las entrevistas participativas y se implementan las narrativas conseguidas mediante el habla de los informantes. No obstante, las limitaciones en la travesía para poder realizar la investigación y conseguir a los entrevistados creo que será bastante difícil, pues el COVID‑19, el virus que ha causado un millón de muertes alrededor del mundo, me ha dejado sin recursos para poder acercarme a estas víctimas; por ende, la cantidad de entrevistas realizadas se asume que será menor de lo que se anticipaba.

El interés que me llevó a hacer esta investigación es que desde que tengo memoria me han apasionado varios temas que están relacionados con la psicología, de una manera u otra. Sin embargo, hace unos años tuve la oportunidad de ver un documental llamado Leaving Neverland, dirigido por Dan Reed y protagonizado por Wade Robson y James Safechuck; dos adultos que en su infancia fueron abusados sexual y psicológicamente por el difunto cantante Michael Jackson. Al terminar este gran documental, me quedé impactada por las consecuencias y constante tormento mental que tenían las víctimas aún tras el paso de las décadas. Así que cuando se me dio la oportunidad de elegir un tema que me apasionara para hacer un proyecto de investigación, decidí elegir las secuelas de un abuso sexual infantil. Me interesaría indagar profundamente sobre este tema desde el punto de vista psicoanalítico, al igual que conocer víctimas de esta desgracia directamente en persona.

II. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

“Los abusos, aún en el estado más sólido, son minas sordas que tarde o temprano estallan”

Joseph Sanial-Dubay

El abuso sexual infantil ha sido, y es aún, un problema colosal que ha generado consecuencias devastadoras tanto físicas como psicológicas en millones de adultos alrededor del mundo. El sufrimiento que viven a diario tantos menores de edad es inexplicable, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), “en el mundo al menos 150 millones de niñas y 73 millones de niños han sido víctimas de alguna forma de abuso sexual antes de cumplir los 18 años”. 3

Ahora bien, en los Estados Unidos Mexicanos, según el libro Abuso sexual infantil en México…, se registran “más de 4 millones y medio de niñas y niños víctimas de abuso sexual. Este registro de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ubican a este país en primer lugar mundialmente”. 4 Por desgracia, hay un hueco en la literatura y actualmente no hay datos públicos sobre los casos de estos atroces actos hacia niños en el estado de San Luis Potosí; sin embargo, este lamentable hecho es lo que me incita aún más a realizar mi investigación, ya que podré aportar a la sociedad algo nuevo.

No obstante, sabemos que aunque no hay estadísticas específicas sobre este tipo de abuso en el estado, sí sabemos que el que no haya datos no significa que esto no pase, ya que según el Instituto de Investigaciones Legislativas, en su Ley para prevenir, atender y erradicar la trata de personas en el estado de San Luis Potosí, existe una gran cuantía de menores que son “objeto de tráfico interno para ser explotados sexualmente, siendo sacados con engaños de regiones urbanas pobres, hacia zonas urbanas fronterizas y turísticas, ello mediante ofertas falsas de empleo, siendo posteriormente golpeados, amenazados y forzados a prostituirse…”. 5 Como se adelantó, este trabajo de investigación será de una metodología cualitativa, ya que los datos se conseguirán por medio de la observación; es decir, con entrevistas y su análisis, así como de una interpretación de éstas para aportar al estado de San Luis Potosí algunas estadísticas que serán vitales respecto a las víctimas del abuso sexual y las consecuencias que les han traído a estos residentes.

Pero ¿qué es lo que puede pasar años después?, ¿cuáles son las secuelas psicológicas en adultos mexicanos que sufren de un abuso sexual infantil? Esta injustificada e inhumana agresión ha sido estudiada por años y han encontrado que hay “posibles efectos a corto y largo plazo en la salud física y mental. Desafortunadamente, los resultados de los estudios en el área muestran que el abuso sexual sufrido en edades tempranas suele tener consecuencias severas”. 6 Sin embargo, desgraciadamente para las familias, damnificados, e incluso para el personal médico, “no hay un patrón de síntomas único, y sí una extensa variedad de síntomas en estas víctimas e incluso la ausencia total de síntomas que presentan algunas de ellas, lo cual impide establecer un síndrome que defina…”. 7 Esto es lo que deja este desmán completamente inadvertido, ya que no hay signos ni síntomas en los niños que se puedan relacionar inmediatamente con que están sufriendo un abuso sexual, y es por esto que pasan los años en silencio, sin decir nada a nadie y, por ende, sin recibir apoyo psicológico.

Ahora bien, algunas de las miles de complicaciones que pueden ser generadas a largo plazo por un abuso sexual en la infancia son, de acuerdo con un artículo denominado “Consecuencias psicológicas a largo plazo del abuso sexual infantil”, problemas emocionales, de relación, de conducta, de adaptación social, funcionales, sexuales, al igual que revictimización y la transmisión intergeneracional. 8 Y dentro de éstos también se incluyen el aislamiento y la ansiedad social, dificultades en la relación de pareja, dificultades en la crianza de los hijos, hostilidad, trastornos de conducta, trastorno depresivo y bipolar, síntomas y trastornos de ansiedad, trastorno por estrés postraumático, baja autoestima, alexitimia, trastorno límite de la personalidad, conductas autodestructivas, ideación y conducta suicida, autolesiones, trastornos de la conducta alimentaria, dolores físicos, trastorno de conversión, crisis convulsivas no epilépticas, trastorno disociativo, trastorno de somatización, desórdenes ginecológicos, abuso de substancias, sexualidad insatisfactoria y disfuncional, conductas de riesgo sexual, maternidad temprana, prostitución y revictimización.

Todo lo anterior demuestra que es de suma importancia este trabajo de investigación, ya que concientizar al público general es sustancial para el progreso no sólo de las víctimas, sino para México, e incluso del mundo, ya que el conocimiento de esta perniciosa e ilegal conducta al igual que los desgarradores efectos que ésta puede aportar en el futuro, y son esenciales para la temprana detección de que está sucediendo esto e incluso si alguien cercano pasó por lo mismo. Es mi principal objetivo evaluar el impacto psicológico en adultos mexicanos que sufrieron un abuso sexual infantil para así neutralizar el dolor de lo que una vez pasó e incluso salvar vidas; salvar vidas, ya que hace unas décadas realizaron un estudio con adultos alemanes que habían sido abusados sexualmente en su infancia y descubrieron que tenían “una percepción poco satisfactoria de la vida, recurrentes enfermedades psiquiátricas, ideación suicida, bajo funcionamiento social, percepción alterada de su imagen corporal y más enfermedades psicosomáticas que un grupo de pacientes psiquiátricos hospitalizados”. 9 En otras palabras, los individuos que abusan de niños y niñas alrededor del mundo los dejan con pensamientos y recuerdos tan dolorosos que incluso al pasar de los años consideran quitarse su propia vida, siendo ésta la única solución a sus problemas.

III. JUSTIFICACIÓN

“Desconfío de lo incomunicable, de lo indecible, ello es la fuente de toda violencia”

Jean Paul Sartre

Uno de los factores que más predominan, y que siempre perjudican, es la mala vigilancia por parte de los cuidadores del infante; por ejemplo, de la madre. Esto es lo que le permite al agresor que pueda abusar, ya que le da una entrada muy fácil a su víctima que ha sido previamente elegida. Después de tener esta detestable entrada, normalmente los abusadores tienen un número de pasos a seguir. Los autores del libro Abuso sexual infantil en México… afirman los siguiente:

Una de las argucias ocupadas por los/las predadores/as es producir confusión en los/as menores sobre lo normal y lo anormal en los contactos físicos. Tergiversando con supuestas justificaciones la manera de actuar. Las artimañas efectuadas del abusador tienen por objeto ir preparando el terreno de oportunidad para escalar el abuso sexual, es decir, situaciones tales como irrupción en el baño cuando el niño/a se está bañando o está haciendo sus necesidades o se está cambiando de ropa; oposición al uso de cerrojos en el baño y en los cuartos, que constituyen espacios personalísimos para el autocuidado, el descanso, el juego, el sueño, la auto-higiene, el ocio, entre otras cosas. Desfigurando los límites socialmente pertinentes de acercamiento corporal. Para de ahí pasar a mostrarse desnudo, hacer alusiones verbales que no hay ningún problema, que se trata de algo normal.
El predador buscará acercamientos físicos más prolongados, específicos y frecuentes. Para luego, invadir el espacio de la cama durante las noches, aproximarse al cuerpo del niño/a y tocarlo cuando está dormido/a y, gradualmente, en las visitas nocturnas, cuando todos en la familia duermen, ir manipulando su cuerpo, su ropa, aumentando su perversa auto-gratificación sexual. 10

Este método siniestro es lo que deja a, literalmente millones, de menores desamparados y con todos los problemas anteriormente mencionados cuando crecen… si es que lo hacen, ya que muchos se suicidan a una temprana edad. Sin embargo, los que si logran sobrevivir, viven con secuelas de estos recuerdos traumáticos por años y años aun después de que este abuso terminara. Pero ¿qué es lo que puede crear a este tipo de individuos? El trabajo “El abuso sexual infantil: perfil del abusador, la familia, el niño víctima y consecuencias psíquicas del abuso” menciona que existen cuatro factores decisivos que llevan a una persona a convertirse en un abusador de menores, así, Sarmiento menciona que son los siguientes: 11

● El motivo principal, es decir, el necesario desiderátum que sienten, ya sea causado por algún trastorno, por una identificación con su propio agresor del pasado o por alguna fijación obsesiva.
● La superación de los miedos sobre sus pensamientos.
● Competencia de desproteger al niño para que éste se vuelva vulnerable.
● Consecuencias psicológicas.

Uno de los varios efectos en los ahora a adultos, de acuerdo con una investigación que realizaron en 1995, es la baja autoestima; encontraron que el abuso sexual genera problemas con la imagen corporal en las víctimas, “también demostró que las víctimas de abuso sexual infantil presentaban una baja autoestima durante la etapa adulta, especialmente en los estudios realizados con muestras clínicas”. 12 Algunas de las víctimas, ya en la adultez, detestan su propio cuerpo; su relación con ellos mismos no es nada buena, ya que cada vez que se proponen a cambiar algo trabajan muy duro y lo logran, pero después se encuentran buscando otra imperfección y repitiendo este proceso. Es un tóxico ciclo vicioso con su persona. Aunque intenten decirse que se quieren, cambian cosas de ellas mismas, y aunque las personas a su alrededor les digan lo contrario, siempre se desprecian. Un artículo académico, denominado “El sentimiento de vergüenza en mujeres sobrevivientes de abuso sexual infantil: implicancias clínicas”, menciona que después de haber realizado una serie de investigaciones encontraron que según un grupo de mujeres que fueron víctimas del abuso sexual en su infancia, lograron disminuir su baja autoestima con la “búsqueda de apoyo emocional fuera de la familia, la capacidad de pensar bien de uno mismo, la espiritualidad, la atribución externa de la culpa y el reconocimiento de poder personal”. 13 Esto demuestra que una buena red de apoyo es vital en este tipo de situaciones para brindarle contención a estas víctimas que han recibido abuso, ayuda al individuo a ser un soporte en un proceso tan difícil. Con esta contención, el problema es atacado desde diversos sectores, algo que permite ayudar con el tratamiento tanto físico como psicológico.

Otra muy importante consecuencia es el trastorno de estrés postraumático, el cual es una alteración que restringe una adecuada recuperación al individuo que pasó por una situación traumática. Los elementos que incrementan la posibilidad de que aparezca este padecimiento son los trastornos psiquiátricos/personalidad, trauma y los factores demográficos, cognitivos, biológicos y genéticos. 14 Las modalidades terapéuticas que son eficaces para el tratamiento del estrés postraumático son la psicoeducación, la terapia cognitiva, la terapia psicodinámica y, por supuesto, la farmacoterapia; una mezcla entre terapia y fármacos es los que más ha tenido éxito con este tipo de pacientes, pues alrededor del 70% se éstos son efectivos. 15 Dawn M. Johnson, Timothy C. Sheahan, Kathleen M. Chard, en su artículo “Personality Disorders, Coping Strategies, and Posttraumatic Stress Disorder in Women with Histories of Childhood Sexual Abuse”, se dieron cuenta de que los sobrevivientes del “abuso sexual en la infancia que utilizaban estrategias evitativas para afrontar las dificultades, pero no aquellas que usaban estrategias de aproximación al problema, presentaban un mayor riesgo de desarrollar tanto trastorno por estrés postraumático como trastornos de personalidad”. 16 Esto demuestra que sí hay una alta probabilidad de que estos niños, cuando crezcan, tendrán una muy alta probabilidad para relacionarse con los demás, e incluso para afrontar problemas cotidianos.

IV. OBJETIVOS

“Lo que hacemos por nosotros mismos muere con nosotros, lo que hacemos por los demás y por el mundo permanece y es inmortal”

Albert Pike

El objetivo general de este trabajo de investigación es evaluar el impacto psicológico en adultos mexicanos que sufrieron un abuso sexual infantil. A partir de los estudios revisados, la presente investigación plantea cuatro objetivos específicos:

1) Indagar sobre los casos de la población mexicana que fueron víctimas de un abuso sexual en su infancia por parte de adultos, específicamente en adultos habitantes de la zona metropolitana de San Luis Potosí que lograron sobreponerse a este tipo de violencia y sobrevivieron.

2) Identificar las diferentes consecuencias/secuelas psicológicas que este tipo de abuso genera a largo plazo en las víctimas del mismo.

3) Reconocer los signos y sintomatología que se pueden observar en estos individuos al pasar las décadas desde una perspectiva externa.

4) Describir e instruir sobre los efectos psicológicos en el adulto mexicano víctima de un abuso sexual en su infancia.

V. MARCO TEÓRICO

Las secuelas que se pueden observar en el adulto que sufrió de un abuso sexual, que la profesora Noemí Pereda Beltrán menciona en su artículo “Consecuencias psicológicas a largo plazo del abuso sexual infantil”, son: trastornos de conducta, trastorno depresivo y bipolar, trastornos de ansiedad, trastorno por estrés postraumático, trastorno límite de la personalidad, trastornos de la conducta alimentaria, trastorno de conversión, trastorno disociativo, trastorno de somatización, aislamiento y ansiedad social, dificultades con la pareja y en la crianza, hostilidad, síntomas de ansiedad, baja autoestima, alexitimia, conductas autodestructivas, ideación y conducta suicida, autolesiones, dolores físicos, crisis convulsivas, desórdenes ginecológicos, abuso de sustancias, sexualidad insatisfactoria y disfuncional, conductas de riesgo sexual, maternidad temprana, prostitución y revictimización. 17

En su tesis de doctorado, Efectos psíquicos del abuso sexual en la infancia, la psicóloga Bettina Calvi menciona que ha tenido la oportunidad de ver, en sus años de psicoterapia psicoanalítica, que el abuso sexual infantil era más común de lo pensado; se dio cuenta que este es un gran problema y que “debemos precisar que se trata de una problemática que no es exclusiva del campo del psicoanálisis, sino que se manifiesta en el campo social y que, por lo mismo, ha tenido diferentes inscripciones en los diversos momentos históricos”. 18 Por su parte, David Cantón Cortés y María Rosario Cortés, encargados del Departamento Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Málaga y de la Universidad de Granada, definen el abuso sexual infantil como aquella actividad sexual hacía un niño sin consentimiento e “incluye los contactos sexuales que se producen a través del uso de la fuerza o la amenaza de su uso… independientemente de si hay un engaño o no, o si el niño entiende la naturaleza sexual de la actividad”. 19

“La violencia no es fuerza sino debilidad, nunca podrá crear cosa alguna, solamente la destruirá”

Benedetto Croce

El tema de investigación es identificar los efectos psicológicos de un abuso sexual infantil en adultos mexicanos. Y reiteramos que el abuso sexual infantil se define como los “contactos e interacciones sexuales entre un menor de edad y un adulto o entre menores de edad si existe una diferencia de cinco años entre ellos, o si el niño/adolescente agresor se encuentra en una posición de poder o control sobre la víctima, aunque no haya diferencia de edad”. 20 Y las secuelas emocionales se refieren a los “efectos a largo plazo cuando éstos se encuentran a partir de los dos años siguientes a la experiencia de abuso, presentándose aproximadamente en un 20% de las víctimas de abuso sexual infantil”. 21 El siguiente tema está considerado para crear conciencia en la sociedad acerca de los efectos emocionales que son generados en adultos mexicanos que alguna vez fueron abusados sexualmente a una edad temprana.

VIII. CONCLUSIONES

La aportación que daré será mostrar la alarmante necesidad de un cambio radical en nuestra sociedad para evitar estas garrafales consecuencias que el abuso sexual infantil crea y que no sólo trasgreden la seguridad física, sino también la emocional; al igual que brindar información a los que han vivido un abuso sexual para que puedan sentir un acompañamiento y reducir el estigma.

Después de meses de investigar información sobre este tema, sumamente interesante, creo con firmeza que será un éxito llevarlo a la práctica. Al planear este proyecto que llevaré a cabo con las víctimas de abuso sexual infantil sentí una emoción genuina, y como mencioné anteriormente, siempre me han apasionado temas relacionados con la psicología de una manera u otra, y me han impactado las desgarradoras consecuencias que viven todos los días estas víctimas. Estoy segura de que aun tras décadas de estos sucesos, lamentablemente habrá secuelas, entonces mi hipótesis se podrá confirmar.

IX. BIBLIOGRAFIA

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NOTAS:
1 Cortés, D. C. y Justicia, F. J., “Afrontamiento del abuso sexual infantil y ajuste psicológico a largo plazo”, Psicothema, vol. 20, núm. 4, 2008, pp. 509-515.
2 Beltran, N. P., “Consecuencias psicológicas a largo plazo del abuso sexual infantil”, Papeles del Psicólogo, vol. 31, núm. 2, 2010, pp. 191-201.
3 Mebarak, M. R. et al., “Una revisión acerca de la sintomatología del abuso sexual infantil”, Psicología desde el Caribe, núm. 25, 2010, pp. 128-154.
4 Delgadillo Guzmán, L. G. et al., Abuso sexual infantil en México. Un abordaje interdisciplinario, 2020.
5 Instituto de Investigaciones Legislativas, “Ley para prevenir, atender y erradicar la trata de personas en el estado de San Luis Potosí”, 2010.
6 Ramos-Lira, L. et al., “Prevalencia de abuso sexual en estudiantes y su relación con el consumo de drogas”, Salud Pública de México, núm. 40, 1998, pp. 221-233.
7 Pereda, N. y Gallardo-Pujol, D., “Revisión sistemática de las consecuencias neurobiológicas del abuso sexual infantil”, Gaceta Sanitaria, vol. 25, núm. 3, 2011, pp. 233-239.
8 Beltran, N. P., op. cit.
9 Quiceno, J. M. et al., “Calidad de vida, resiliencia e ideación suicida en adolescentes víctimas de abuso sexual”, Revista de Psicopatología y Psicología Clínica, vol. 18, núm. 2, 2013, pp. 107-117.
10 Delgadillo Guzmán, L. G. et al., op. cit., p. 144.
11Sarmiento, I. V., “El abuso sexual infantil: perfil del abusador, la familia, el niño víctima y consecuencias psíquicas del abuso”, Psicogente, vol. 16, núm. 30, 2013, pp. 451-470.
12 Arboleda, M. R. C., et al., “Consecuencias a largo plazo del abuso sexual infantil: papel de la naturaleza y continuidad del abuso y del ambiente familiar”, Psicología Conductual, vol. 19, núm. 1, 2011, p. 41.
13 Crempien, C. y Martínez, V., “El sentimiento de vergüenza en mujeres sobrevivientes de abuso sexual infantil: implicancias clínicas”, Revista Argentina de Clínica Psicológica, vol. 19, núm. 3, 2010, pp. 237-246.
14 Marty, C. y Carvajal, C., “Maltrato infantil como factor de riesgo de trastorno por estrés postraumático en la adultez”, Revista Chilena de Neuro-Psiquiatría, vol. 43, núm. 3, 2005, pp. 180-187.
15 Castro Carboni, N. et al., “Neurobiología y tratamiento del trastorno de estrés post-traumático”, Medicina Legal de Costa Rica, vol. 20, núm. 2, 2003, pp. 5-14.
16 Padilla, R. J., “Trastornos de personalidad en víctimas de abuso sexual infantil”, Actas Esp Psiquiatr, vol. 39, núm. 2, 2011, pp. 131-9.
17 Beltran, N. P., op. cit.
18 Calvi, B., Efectos psíquicos del abuso sexual en la infancia, 2004.
19 Cantón Cortés, D., y Cortés, M. R., “Consecuencias del abuso sexual infantil: una revisión de las variables intervinientes”, Anales de Psicología, vol. 31, núm. 2, 2015, pp. 607-614.
20 Cortés, D. C. y Justicia, F. J., op. cit.
21 Beltran, N. P., op. cit.


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